“Pocas veces consideramos que la niñez tiene mucho que enseñarnos”

“Las iglesias somos educadoras de vida, una manera de vivir conforme al modelo que nos enseñó Jesús”, expone Harold Segura, director de fe y desarrollo de World Vision en Latinoamérica.

Daniel Hofkamp

BARCELONA · 21 DE MARZO DE 2019 · 13:22

Harold Segura será uno de los ponentes en el Congreso de Infancia min19. / Fb Harold Segura ,
Harold Segura será uno de los ponentes en el Congreso de Infancia min19. / Fb Harold Segura

Ante la violencia, ternura. Esa palabra encierra un cambio de concepto a la hora de acercarnos a la infancia, en la propuesta que realiza Harold Segura, teólogo y director de Fe y Desarrollo de World Vision para América Latina.

Harold Segura está estos días en España presentando el libro ‘Ternura: la revolución pendiente’, en el que varios autores invitan a invertir en la construcción de un mundo mejor partiendo del trato a los niños, un cambio de paradigma en el que desde el hogar, la escuela y la iglesia se apliquen los principios de Jesús en el trato hacia los demás.

Este teólogo y pastor colombiano será además uno de los ponentes del primer congreso estatal de ministerios con la infancia y la familia, min19, que se celebrará en Madrid los días 1 y 2 de noviembre de este año.

 

Pregunta. ¿Cuál es la situación de los niños en América Latina a la que se quiere dar respuesta en este libro?

Respuesta. El libro intenta, a través de la ternura, dar respuesta a la violencia contra la niñez que hay en el mundo, no solo en América Latina. La violencia intrafamiliar, la violencia social, es algo que padece la niñez en todo el mundo. Desde World Vision intentamos no solo hablar en contra de la violencia, sino presentar una alternativa. Esa es la ternura, que comienza en la casa, sigue en la escuela, en la iglesia. Es una propuesta alternativa para que procuremos un mundo más parecido al que Jesús quería: un mundo más tierno, afectivo, respetuoso, tolerante, que valore al otro… Eso debe comenzar por el hogar.

 

P. ¿Cómo cambiamos la perspectiva para entender la vulnerabilidad de los niños?

R. Las comunidades de fe tenemos una oportunidad de oro. Somos comunidades que estamos presentes en la mayoría de los países con una influencia muy grande, con una participación masiva en algunos casos. Además de ciertas presiones, para favorecer políticas de protección de la niñez, también el libro propone que no solo la instancia estatal o política resuelva esos grandes problemas, sino que está de parte nuestra, cambiando nuestros comportamientos.

Las iglesias somos educadoras de vida, una manera de vivir conforme al modelo que nos enseñó Jesús. Enseñando desde la casa, la escuela, la iglesia y el barrio una nueva forma de relación más parecida al evangelio podríamos atacar el problema de la violencia y otros de raíz, porque una política pública ayuda, pero debe estar complementado con un cambio cultural de fondo. Eso proponemos al hablar de ternura.

 

P. ¿Cuáles son los principios que aprendemos de Jesús en el trato con los niños?

R. Jesús tiene lecciones muy profundas. Encontramos varios pasajes donde, diferente a la actitud de los discípulos, Jesús acoge a los niños, los abraza y los bendice. Hay una valoración muy grande, sobre todo teniendo en cuenta que en el mundo del primer siglo los niños valían muy poco. Los niños estaban entre los pequeños de la sociedad, junto con los forasteros, las viudas y otros sectores que no tenían mucho valor. Jesús los valora, les da un trato preferencial, reconoce el lugar que tienen en el Reino. Esto es fundamental para entender el mensaje de Jesús, porque no solo los protege como objeto de vulnerabilidad, sino que los hace metáfora del Reino. Les dice a los discípulos que si no se hacen como ellos, tendrán problemas con el reino. Hay una valoración que hace a los niños protagonistas del Reino. Las iglesias tenemos mucho para pensar y aprender, transformando a las iglesias en centros de protección, enseñanza y valoración donde los niños sean parte de la misión de Dios.

 

P. ¿Qué podríamos hacer para aplicar estas enseñanzas?

R. Primero, debemos entender que los niños son más que almas espirituales. Soy pastor desde 1980, conozco las intimidades del ministerio, y sé que aun con buena voluntad, lo que nos interesa de los niños son sus almas, que conozcan a Jesús, lo cual está bastante bien. Pero que en este momento, reconociendo lo que el evangelio dice, deberíamos avanzar de la evangelización a un ministerio más integral con la niñez. Entendamos que hay un problema espiritual, pero también problemas sociales que les afectan. Los niños necesitan comida, educación, protección. Tenemos que entender esta integralidad. Deberíamos también involucrarnos a favor de la niñez dentro y fuera de la iglesia.

En segundo lugar, deberíamos abrir espacios de ministerio para la niñez. No deberíamos reducir el espacio ministerial al cuidado que reciben en la escuela dominical. Tenemos el desafío de pensar cómo la niñez podría estar en el centro de nuestros ministerios, como hizo Jesús. ¿Qué significaría para nuestras iglesias si aceptáramos el desafío de poner a la niñez en medio nuestro? 

En tercer lugar, ¿qué podremos aprender de la niñez? Hemos estado pendientes de qué podemos enseñarles. Los vemos como seres inferiores, nos hacen reír, nos hacen la vida más amable, pero pocas veces consideramos que la niñez tiene algo para enseñarnos. Jesús le dice a los discípulos que la niñez esconde el secreto del Reino. La iglesia haría bien en asumir su papel de discípula de la niñez. Que reflexionemos qué quiso decir Jesús con eso de poner a la niñez como metáfora de su Reino.

 

P. ¿Sobre el congreso que se organiza en noviembre, min19, cuál es tu expectativa?

R. Estoy muy agradecido por la celebración del Primer Congreso de Infancia de España. De parte de América Latina vendremos bastantes personas, de Ecuador, de Colombia, de Costa Rica… Nos gustaría aprender sobre lo que las iglesias y ministerios en España están haciendo. Tenemos expectativa de más iglesias conscientes acerca de la niñez, entendiendo su importancia para nuestros ministerios y asumiendo un papel más importante. Tenemos expectativa de juntar a unas mil personas. Trataré uno de los temas teológicos, sobre Jesús y la niñez en los evangelios, junto con dos personas más. Hay expositores y talleres que van a enseñarnos sobre cómo llevar a cabo un ministerio más efectivo. Así que creo que será muy bueno.

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