“El niño refugiado afronta situaciones muy duras”

Whitney Gerdes (IAFR) explica que el niño refugiado “desarrolla una ‘nueva normalidad’ muy rápido”, pero también “necesita ser niño”. La iglesia local tiene un papel muy importante en el proceso.

Belén Díaz , Joel Forster

  · Traducido por Noemí Moreno

CATANIA · 23 DE MAYO DE 2016 · 12:00

Niños en un campamento de refugiados en Europa / Getty,niños refugiados, campamento refugiados
Niños en un campamento de refugiados en Europa / Getty

Miles de refugiados están dejando todo lo que tienen atrás para buscar un mejor futuro. Hay muchos niños entre ellos y son quienes, normalmente, sufren más que los adultos.

En algunos países europeos, como el Reino Unido, ellos se han convertido incluso en el centro del debate político.

Whitney Gerdes (IAFR) cree que esos niños “muestran una esperanza increíble y tienen una profunda resistencia”, pero “esta situación es su primer encuentro con la vida y están afrontando situaciones muy duras, demasiado duras.”

Según Gerdes, las Iglesias locales están jugando un papel muy importante en relación a la ayuda a estos niños. La Iglesia “necesita acercarse a estos niños”, organizar actividades para ellos y, de este modo, “si sus padres ven el amor demostrado a sus hijos, harán preguntas. Esta es una buena manera también para la Iglesia de poder llegar a los adultos.”

 Lee la entrevista completa con Whitney Gerdes a continuación.

Pregunta. ¿Cuáles son algunos de los problemas que enfrentan los niños refugiados?

Respuesta. Los niños muestran una esperanza increíble y tienen una profunda resistencia. Ellos poseen esta increíble habilidad de ser en un momento absolutamente inocentes e ingenuos y, en un minuto, ser capaces afrontar una de las más grandes tristezas del mundo. De modo que, en mi opinión, uno de los problemas que enfrentan es que enmascaran las dificultades, sin exhibirlas, ni dejar que sean perceptibles. Los niños no poseen un amplio vocabulario, ni saben explicar por qué están tristes, o qué está pasando, o por qué tienen dificultades en la escuela, o por qué no quieren comer o no pueden dormir. 

Además, también poseen la capacidad de desarrollar una ‘nueva normalidad’ muy rápido. Incluso mucho más rápido de lo que lo hacen los adultos. Por lo tanto, muchas veces no son capaces de comprender que su realidad no es normal, y que hay desgracia en ella.

Esto ocurre, especialmente, fuera de las clases, o en etapas de desarrollo. Han sido arrebatados de sus casas, de sus familias, de su manera de vivir y, ahora, puestos en un lugar al cual no pertenecen. No encajan, no saben cómo hacerlo. De modo que diría que los adultos sufren, pero los niños…Esta situación es su primer encuentro con la vida y están afrontando situaciones muy duras, demasiado duras.

Normalmente, hay un proceso de entrevistas donde los niños tienen que hablar sobre lo que han visto, y esto es sumamente difícil para ellos, y el drama sigue y sigue.

Encajar en una nueva sociedad y cultura, es algo en lo que los padres tampoco pueden ayudar. Nunca lo han hecho y, por lo tanto, tienen que hacerlo por ellos mismos, teniendo que crecer demasiado rápido.

P. ¿Qué actividades recomendarías para ayudar a los niños en este contexto? 

R. En realidad, ayudarles con el idioma. Las clases de lengua son básicas.  Jugar con ellos también es importante. Los niños tienen que ser niños, a pesar de que hayan tenido que crecer rápido. La belleza de los niños es...Creo que todos hemos visto las imágenes de los niños en los campos de refugiados, cómo en todos lados empiezan a jugar al futbol, por ejemplo. Eso es lo que los niños hacen, jugar.

Por lo tanto, habiendo organizado actividades en éste ámbito, ayudándoles a hacer amistad con los demás niños de la ciudad y practicando la lengua con ellos es una buena manera de ayudarles. Los niños son increíbles cuando se les da una actividad y la oportunidad de hacer vida juntos, en comunidad.

 

Niños sirios en un campo de refugiados / Reuters

P. ¿Qué necesidades emocionales tienen los niños?

R. Especialmente, los niños que no tienen compañía porque sus padres han muerto, o están con su tía, o con sus familiares; ellos necesitan adultos en su mundo para mostrarles que no tienen que hacerlo todo en la vida por sí mismos y que hay alguien a quien les importan. De modo que, en esta circunstancia, tener un adulto cerca les permite ser niños por un tiempo, algo que no es común en su realidad, desgraciadamente.

Ofrecerles ese momento es genial y proporcionarles la compañía de otros niños del país de acogida es una manera muy dulce de quitar las barreras, porque los niños son muy buenos con los niños, es bonito verlo.

Yo lo he podido observar en una clase: los niños vienen y no hablan con los adultos, pero no paran de hacerlo con los demás estudiantes de clase. Por lo tanto, utilizar niños en quien confiamos, les ayudará a abrirse y sentirse parte de algo.

P. ¿Recomendarías la involucración de las Iglesias en este tipo de ministerio infantil? 

R. El ministerio infantil se puede desarrollar de muchas maneras diferentes. Es común pensar en atraer a los niños a la escuela dominical, sentarles y enseñarles las historias bíblicas, pero creo que no es la mejor manera de lidiar con sus problemas. Necesitamos ir a ellos.

El ministerio infantil es abrir nuestras puertas a ellos, sí, pero también es ir donde ellos están. Algunas de las cosas más maravillosas que he visto es cuando vamos a ellos y llevamos material para pintar las caras. Cuando llevamos la fiesta a donde ellos están, ellos salen. Los niños siempre vendrán si hay diversión y, especialmente, si hay comida. Donde hay futbol, allí están ellos. Quizás esta es una buena manera de empezar a construir las relaciones entre la iglesia y los niños.

Creo que la regularidad es un factor muy importante, que los niños sepan que “ei, vamos a estar aquí todos los martes.” y los niños estarán ahí cada martes y, además, van a traer amigos.

Así, las conversaciones surgirán, los padres y las familias vendrán y, de este modo, se desarrollarán las relaciones. Los niños están dispuestos a hacer amistad con todo el mundo, sin embargo, los adultos son escépticos y desconfiados.

Si sus padres ven el amor demostrado a sus hijos, harán preguntas. Esta es una buena manera también para la Iglesia de poder llegar a los adultos y desarrollar el ministerio también a través de sus hijos. Nunca pienses que jugar no es suficientemente bueno, o suficientemente espiritual. De hecho, es muy espiritual, y es muy importante para los niños.

 

Whitney Gerdes / J. Forster

P. ¿Se necesita ser un ‘profesional’ para involucrarse de esta manera?

R. Definitivamente, no hay que ser un profesional, ahí está la belleza. Los niños son increíblemente flexibles, no necesitas hablar su lengua, a ellos les encanta enseñar y también aprender. Hay una cosa, en cambio, que es realmente importante, especialmente a la hora de trabajar con los niños refugiados, es el aspecto del trauma.

Una cosa que puede ser realmente traumatizante es el contacto físico, dependiendo de las vivencias del niño. Es importante ser consciente de ello, especialmente con nosotros, los occidentales. Venimos a ellos con brazos abiertos y abrazos. Eso puede estar bien a veces, pero para algunos niños es algo que les puede asustar mucho.

Por lo tanto, es aconsejable dejar que los niños te guíen y no forzarlos a jugar. No debería haber problema en eso. Si hay un niño sentado en una esquina, invítalo a jugar, pero si el niño dice no, está bien.

Para las Iglesias, ¿cómo hacer esto? Primeramente, ser consciente de dónde están los refugiados, en qué lugar de tu ciudad están, y dónde van. Pienso en tener también contacto con algún miembro de la comunidad, porque si apareces de pronto, serás la persona rara jugando a juegos, y eso es lo último que queremos que piensen.

De modo que contactar con los miembros de la comunidad y mostrar que somos de confianza es clave, creo que es algo muy bueno. Y esta es la razón, precisamente, por la que empezar las actividades fuera de las iglesias es súper importante, porque cuando invitas sin que te conozcan es raro. Sin embargo, si estás en la calle jugando y todo el mundo te ve y ve que lo que estás haciendo está bien, estáis divirtiéndoos, desarrollando relaciones y confianza.

 

“El niño refugiado afronta situaciones muy duras”

Los “Refugiados en Europa”  son una serie de artículos fruto de la cooperación entre Envangelical Focus, los Refugee Highway Partnership in Europe y la EEA Hope for Europe.

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