El ‘ángel tatuado’ que salvó al ‘niño brujo’ de la muerte

La conmovedora y milagrosa historia de Hope, niño de dos años abandonado para morir por "ser brujo" en Nigeria. Anja, activista danesa, le encontró y le salvó la vida.

Agencias · Laos · 01 DE ABRIL DE 2016 · 17:00

El momento del encuentro con Hope, y tras su recuperación / Facebook de Anja Ringgren,Nigeria Hope, Anja Ringgren
El momento del encuentro con Hope, y tras su recuperación / Facebook de Anja Ringgren

Recuerda la parábola del "buen samaritano". Una mujer atea, con tatuajes, se para en el camino para atender a niños abandonados y maltratados. Los lleva al hos(pi)tal, y paga para cuidarles. Las imágenes y el relato de lo ocurrido con uno de ellos ha conmovido al mundo entero.

Hablamos de Hope, una de esas historias donde se muestra lo peor y lo mejor de la humanidad. El pasado 30 de enero, una activista danesa llamada Anja Ringgren se encontró vagando por las calles de Nigeria a un niño de dos años.

Estaba desnudo, desnutrido y plagado de gusanos. Sus padres lo abandonaron a su suerte porque creyeron que era brujo o tenía algún tipo de brujería

Nadie le hacía caso, simplemente esparaban a que muriese. Pero Anja se detuvo, le dio de beber, le llevó a un hospital, y le acogió. Esa imagen dio la vuelta al mundo.

Decidió sacar al menor de las calles y darle una nueva vida. Ahora, dos meses después de aquel rescate, el niño parece otro.

De comer lo que se encontraba en la basura y mendigando, el pequeño ha pasado a tener una buena alimentación, cuidados médicos y una gran familia adoptiva que lo cuida con mimo. Hope, como lo bautizó Anja por la esperanza que tenía puesta en él, ya sonríe, ha cogido algo de pelo y disfruta con sus 35 nuevos hermanos adoptivos.

“El día que cogí a este tierno y pequeño niño por primera vez con mis brazos pensaba que no sobreviviría. Cada respiración suya era una auténtica lucha”, explicó Anja al encontrarlo.

Anja Ringgren Lovén es la fundadora de la ONG danesa DINNødhjælp, que atiende a huérfanos en Nigeria. Anja se define como atea y es fácilmente reconocible por destacar con su pelo rubio y sus numerosos tatuajes; uno de ellos son las letras h-o-p-e en sus dedos, que además de “esperanza” simbolizan las siglas de “help one person everyday”.

Ahora, como se puede ver en las fotos, “está recibiendo una gran cantidad de amor y realmente está disfrutando de la vida. La semana que viene se someterá a una cirugía correctiva para tratar su hipospadia, pero se trata de una operación que los médicos han realizado muchas veces, por lo que va a estar bien”, explica Anja en sus redes sociales.

 

SENSIBILIZACIÓN GLOBAL

La viralización mundial del caso de Hope supuso una gran campaña de sensibilización. La ONG que fundó Anja con su marido recaudó más de un millón de dólares apenas unos días después de dar a conocer la historia de Hope (¡ojo, han surgido perfiles falsos para timar a los donantes!).

El dinero recaudado está sirviendo para construir un hospital al que quiere dar un nombre ya ligado inevitablemente a su historia: Hope.

Miles de niños están siendo acusados de brujería. Hemos visto torturas, abandonos y hasta muertes por este motivo. Es por esto por lo que seguimos luchando. Hay peores casos que el de Hope y el gobierno no hace nada para solucionar el problema”, dice la activista en diferentes posts de su Facebook.

En Nigeria es ilegal y considerado delito el abandono de menores “brujos”, pero es una práctica que desgraciadamente sigue muy presente.

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