Mirar dentro de nuestro corazón

Dios nos hizo a todos iguales, y nos ama a todos de la misma manera.

02 DE DICIEMBRE DE 2019 · 08:45

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Ella Fitgerald era la cantante favorita de Marilyn Monroe. Un día supo que uno de los clubs más conocidos de Estados Unidos se había negado a contratar a Ella para que cantase porque era de raza negra; Marilyn fue a ese club, llamó al propietario y le dijo que la contratara inmediatamente, porque ella en persona estaría en la primera fila cada noche. Marilyn así lo hizo, sabiendo que su presencia significaba que toda la prensa y cientos de curiosos estarían allí para ver a su amiga Ella. Con ese simple detalle consiguió que todo tipo de discriminación desapareciera.

A veces no somos capaces de comprender que cuando discriminamos a alguien suele ser por dos razones, la primera porque nos creemos superiores; y la segunda porque tenemos algún tipo de complejo que nos hace ver al diferente como a un enemigo. Si nuestro problema es de arrogancia mal estamos, porque nadie tiene mayor valor en si mismo que otro. Dios nos hizo a todos iguales, y nos ama a todos de la misma manera. 

Pero si la razón por la que alguien discrimina a otro es porque vemos reflejados en esa persona nuestros propios defectos ¡deberíamos mirarnos al espejo más de una vez! Creo que la mejor manera de que lo entendamos es contando una historia que conocí hace algunos años:  

Una pareja de recién casados se instaló en su nueva casa. A los pocos días, mientras tomaban café juntos, la mujer observó a través de la ventana, que una vecina colgaba sus sábanas en un tendedero cercano. 

- “!Que sábanas tan sucias, quizás necesita un jabón nuevo!... ¡Tengo que hacer algo para ayudarla!”

El marido la miró y se quedó callado. 

Cada dos o tres días, su mujer repetía lo mismo mientras veía a su vecina colgar su ropa al sol. Una semana después, la mujer se sorprendió al ver a su vecina tendiendo unas sábanas absolutamente blancas y limpias y le dijo al marido: ¡Por fin aprendió a lavar su ropa! ¿Le ayudaría alguien? Su marido respondió:

- “No querida, ¡Hoy me levanté más temprano y limpié los cristales de nuestra ventana!”

Creo que la lección es trascendental para todos: antes de mirar mal a otras personas deberíamos limpiar nuestro corazón. El mundo sería otro si dejáramos de juzgar y discriminar a los “diferentes”.

¡Y un último detalle para los “señalados” como diferentes! Si nos sentimos perseguidos por otras personas, tenemos que recordar que Dios nos ama de una manera incondicional a todos ¡El siempre cumple su palabra! “No os desaniméis ni tengáis miedo; no tembléis ni os asustéis, porque el Señor vuestro Dios está con vosotros; El luchará contra vuestros enemigos y os dará la victoria” (Deuteronomio 20:3-4). Dios te ama de una manera extraordinaria ¡No te preocupes por quién quiera discriminarte!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Mirar dentro de nuestro corazón