Prioridades

Lo material no debe gobernar nuestra vida. Tenemos que trabajar, estudiar, llevar a cabo actividades diferentes, etc. pero eso no debe llenar nuestra existencia por completo. 

14 DE OCTUBRE DE 2019 · 10:00

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Las frases que algunos entrenadores de fútbol dicen a sus jugadores rayan con lo increíble: uno de ellos dijo al explicar el trabajo que deberían hacer sus delanteros: "Si estás en el área y no sabes qué hacer con la pelota, métela en la red y ya discutiremos las alternativas más tarde” Así de simple, porque la prioridad en este deporte es el gol.

Cada año se editan cientos de libros sobre las prioridades en la vida, cómo aprovechar bien el tiempo y cómo tomar decisiones que merezcan la pena. Hay muchos autores que se han hecho millonarios al hablar de esos temas, porque a millones de personas les preocupan. Parecen situaciones trascendentales, y en cierta manera lo son, no voy a decir lo contrario. Lo que sí me gustaría recalcar es que seguimos siendo especialistas en complicar las cosas. 

En primer lugar, nosotros decidimos lo que es importante, porque el tiempo que le dedicamos a una actividad o a una persona define nuestras prioridades. Si quieres saber qué es prioritario para ti, haz un ejercicio muy sencillo: mira hacia atrás (quizás solo un par de meses) y anota el tiempo que le dedicaste a cada actividad y a cada persona durante las últimas semanas. No te engañes ¿vale? No se trata de lo que querrías hacer, sino lo que estás haciendo.

¿Ya lo tienes? Puede que te lleves una gran sorpresa. Cuando alguien hace este sencillo ejercicio, inmediatamente decide dedicar menos tiempo a la televisión, a internet, a algunos juegos pasivos... ¡Incluso a "dejar pasar el tiempo" como a veces nos sucede! Aunque sea difícil explicarlo aquí en un par de párrafos, lo material no debe gobernar nuestra vida. Tenemos que trabajar, estudiar, llevar a cabo actividades diferentes, etc. pero eso no debe llenar nuestra existencia por completo. 

A veces sólo nos preocupa lo que vamos a ganar cuando tenemos que tomar una decisión. Medimos todo en términos de dinero, posesiones materiales o posición, y esa no es una buena motivación. Si tenemos que escoger entre dos trabajos, ¿Cuál sería el elegido? ¿El que nos da más dinero, o aquel en el que podemos desarrollar nuestra cualidades? ¿El que nos hace mejorar nuestra posición o el que nos permite tener más tiempo para nuestra familia? Son preguntas muy personales, todos tenemos que responderlas, porque normalmente, a quién más engañamos cuando no hacemos lo que debemos hacer es a nosotros mismos. En último término, lo que llegamos a ser es, en parte, la suma de todas las decisiones que tomamos.

Esa es la razón por la que siempre tenemos que preguntarnos, ¿Cuáles son nuestras prioridades? 

El profeta Isaías comprendió perfectamente cuál debería ser la motivación principal en la vida: "Yo esperaré en El, pues en El tengo puesta mi esperanza” (Isaías 8:17)". La mejor decisión es vivir siempre en la Presencia de Dios. La prioridad número uno debe ser estar de acuerdo con la Palabra de Dios y buscar su Voluntad. La motivación perfecta es que el Espíritu Santo nos llene, y nos enseñe a ser nosotros mismos en el lugar en el que estamos. Disfrutando con nuestro trabajo y con las personas que tenemos a nuestro alrededor. 

Lo demás ya lo "discutiremos" más tarde.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Prioridades