Los últimos pensamientos de Bonhoeffer, a escena

Dietrich Bonhoeffer estuvo en Barcelona en en 1928, pastoreando la iglesia alemana de la ciudad. 79 años después de su ejecución en el campo de concentración de Flossenbürg, el nombre del teólogo protestante alemán regresa a España a través de una adaptación teatral de su obra Resistencia y sumisión. Cartas y apuntes desde el cautiverio. 

Se trata de un conjunto de escritos que muestran los últimos pensamientos de Bonhoeffer, aquellos que escribió a lo largo de sus dos años en prisión, acusado de formar parte de una serie de complots para asesinar a Adolf Hitler. 

La dramatización se estrenará el próximo 8 de octubre en el Teatro Echegaray de Málaga, y estará disponible hasta el 19. El formato será el de un monólogo, con Alejandro Morales interpretando al teólogo alemán, y único personaje de la obra, dirigida por Sigfrid Monleón a partir de una adaptación del texto original editado por Eberhard Bethge (el cuñado de Bonhoeffer), a cargo del escritor Alejandro Simón Partal. “Leyendo sus cartas vi que había pulso y mimbres dramáticos importantes que no habían sido llevados a escena todavía”, ha señalado Simón Partal. 

UNA EXPRESIÓN DE LIBERTAD ENTRE LOS MUROS DE LA CELDA

“Creo firmemente que Dios no es una fatalidad intemporal, sino que espera y responde a nuestras oraciones sinceras y a nuestras acciones responsables”, escribía desde su celda Bonhoeffer en 1943. “Hemos aprendido a no entregarnos bajo ningún concepto al malvado, para abandonarnos sin reserva en manos de quien merece nuestra confianza”, señalaba en otro de sus escritos. 

Ese carácter de máxima expresión de libertad, incluso dentro de una prisión, se esfuerza por transmitir la adaptación teatral dirigida por Monleón. “En esa clausura, él es capaz de superar las paredes y hacernos ver cómo es el mundo. Y nos lo hace escuchar”, señala. El objetivo, dice, es generar en el público “la convicción de que la vida merece ser vivida”. 

De carácter puramente reflexiva y desde una concepción más humanista que religiosa, la obra tampoco olvida el contexto nazi en el que Bonhoeffer escribió sus últimos apuntes antes de la muerte, convirtiéndolo en una referencia a la creciente inestabilidad política actual, que sigue conviviendo con el racismo, la intolerancia o la opresión en muchos lugares. “Ojalá sirva para recordar que todo ser humano merece un trato humano, y que solo el amor da firmeza a lo que somos”, remarca Simón Partal. 

O como dice el mismo Bonhoeffer en su obra: “La única relación fecunda con los demás es el amor, esto es, el deseo de entrar en comunión con ellos. Dios mismo no despreció a los hombres, sino que decidió hacerse hombre por amor a ellos”.