Ansiada rutina

Entre la renovada urgencia se nos irá acoplando octubre con sus matices otoñales, transitando ante nosotros para recordarnos que ya pasó el verano y que ahora irremediablemente reinará él. 

18 DE SEPTIEMBRE DE 2019 · 09:30

,

Rutina. Término muy devastado. Palabra que produce incomodidad en aquellos que necesitan más y más para poder alimentar sus emocionantes vidas y que visualizan lo rutinario como monótono y aburrido. Para ellos, hablar de rutina es hablar de vida pausada, cansina, sin expectativas, alejada de la acción, carente de aventura.

Admito que con el paso de los años y coronada de madurez; al menos en lo que a edad se refiere, cada día necesito mi dosis justa de rutina, ni más ni menos.

Necesito sentir que cada cosa está en su lugar y que pese a las variaciones del itinerario marcado, todo cuanto he de realizar tiene su programación dentro de mi pequeño caos interior.

Es por eso que llegado este maravillosos mes de septiembre, ¡uf! , suspiro aliviada. Parece ingrato por mi parte acunar este deseo de conclusión de la acalorada época estival, pero admito anhelar fervientemente que finalice este verano, que todo vuelva poco a poco a su cándida y rutinaria normalidad.

Deseosa por que comience el curso escolar, que las calles muestren de nuevo la algarabía de las prisas matinales, que las playas vuelvan a quedarse vacías y que el recuerdo de los días estivales desaparezca poco a poco derramando su suave dulzor nostálgico. 

El otoño abrirá sus brazos para acogerme, doblegando mis horas a la relajada melodía que emiten los anaranjados atardeceres que cada vez se adelantan un poco más. A la ansiada necesidad biológica de recurrir a una ligera prenda de abrigo. A ese estado de pausa que conlleva saborear los paseos frente al mar que por fin vuelve a pertenecerme. 

Los kioscos de prensa un nuevo año nos ofrecen infinidad de coleccionables (la mayoría de ellos absurdos) de los que sólo se adquieren los dos primeros ejemplares. Las librerías comienzan a lucir un colorido poco común, llenas de clientela ansiosa por adquirir, antes de que se agoten, los imprescindibles libros para el nuevo curso. Y así, entre la renovada urgencia se nos irá acoplando octubre con sus matices otoñales, transitando ante nosotros para recordarnos que ya pasó el verano y que ahora irremediablemente reinará él. 

Bienvenido serás otoño. Con gracia y cariño te otorgo adelantados saludos.

Bienvenidos seáis todos los que un año más, tras las vacaciones, seguís apartando unos segundos para posar vuestros ojos sobre mis palabras haciendo que ellas posean valor. Gracias una vez más por estar ahí, cerca, muy cerca.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - Ansiada rutina