Por qué los cristianos no podemos vivir desinformados

Cualquier aspiración de implementar el llamado misionero de Jesús hoy día, además de una posición de honestidad hacia la Biblia, pasa por conocer qué está sucediendo en el mundo.

06 DE SEPTIEMBRE DE 2019 · 08:30

También se deben buscar y explicar las buenas noticias que el evangelio está realizando allí, si se quiere mantener la coherencia con el mandato misionero de Jesús. / Burst, Pexels CC,
También se deben buscar y explicar las buenas noticias que el evangelio está realizando allí, si se quiere mantener la coherencia con el mandato misionero de Jesús. / Burst, Pexels CC

Una de las noticias de la semana ha sido la de las primeras declaraciones públicas de Asia Bibi desde su salida de Pakistán. Ha sido conmovedor leer a esta mujer, que pasó ocho años en el corredor de la muerte de su país por una acusación infundada, asegurando que cuando acababa la visita de sus hijas en la cárcel, “solía llorar sola, llena de pena y dolor”. Bibi se encuentra ahora en Canadá, con estatus de refugiada, aunque la idea de la familia es trasladarse a Europa próximamente.

Algo que hace que me pregunte si, como cristianos europeos, reconoceríamos el estatus de refugiados en Bibi y su familia y qué peso tendría en ello el conocimiento de que se trata de una familia cristiana. Sin embargo, también surge una duda. Si el caso de Asia Bibi no hubiese trascendido a nivel internacional y no hubiese salido de su país por la vía diplomática, sino de manera ‘ilegal’, ¿hubiese resultado más sencillo relacionarla con las mafias que trasladan a los migrantes, y más difícil reconocer su demanda de asilo? 

La cuestión de los movimientos migratorios se ha convertido en uno de los tantos frentes de desinformación que afectan a la sociedad, incluidos los cristianos. El caso de Bibi es una excepción de la que se ha tenido un conocimiento continuo y se ha recibido una información constante. Pero, es lo que tienen las excepciones, que no pueden responder por la mayoría. Y existe una tendencia que acostumbra a analizar a esa mayoría de casos, de personas, desde determinados discursos sesgados y parciales, que ponen el énfasis en lo ideológico y los miedos que podrían resultar realidades, en lugar de en lo humano y la tragedia de la situación en sí. Por lo general, creo que debemos considerar más fiable la información que relata en primera persona la situación de quienes están llegando a Europa, que los artículos en base a ruedas de prensa o mítines donde algún representante político, sea del color que sea, lanza una declaración al respecto. 

Además de evaluar nuestra información ante la situación migratoria en el mundo, el caso de Bibi también nos aboca a examinar nuestro conocimiento sobre la realidad de Pakistán. Y de Cabo Verde. Y de Kirguistán. Seguir, como cristianos, el caso de Asia Bibi porque se pretende una preocupación por la persecución de la iglesia pakistaní, pero no profundizar más en lo que está haciendo esa parte de la iglesia, las leyes que afrontan, los retos políticos a los que se exponen y las estructuras sociales en las que se están desarrollando, es irresponsable. 

Publicar información y buscar información sobre África solo cuando se produce un ataque contra una iglesia, es irresponsable y únicamente ofrecerá un conocimiento parcial y limitado de la región. También se deben buscar y explicar las buenas noticias que el evangelio está realizando allí, por ejemplo, si se quiere mantener la coherencia con el mandato misionero de Jesús. 

Los movimientos migratorios y la persecución de las minorías, como la cristiana en tantos países, son realidades que comprometen la comodidad de la sociedad occidental y, por ende, la comodidad de la iglesia en Occidente. Pero renunciar deliberadamente a conocer esas situaciones es el paso previo para evitar comprometerse en un alcance misionero también allí. Y, en última instancia, representa un grado de negación del mandato misionero de Jesús. 

Vivir en el momento de la historia de la humanidad en el que se producen más contenidos informativos implica sabiduría a la hora de escoger los discursos que influyen la cosmovisión propia. Pero, también, requiere de decisiones activas a la hora de filtrar qué contenidos van a ofrecer una visión parcial, o incluso nada correspondida, de la realidad, y cuáles van a buscar acercar más esa realidad que parece tan lejana, pero que también hay que alcanzar. En otras palabras, qué publicación va a dar cuenta de Nigeria únicamente cuando un ataque de Boko Haram acaba con la muerte de decenas de cristianos, y qué publicación va a explicar por qué existe el fenómeno de Boko Haram y cómo es la convivencia religiosa en Nigeria, por ejemplo. 

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