Hospitalidad a orillas del Tormes (Tejares, Salamanca)

Doy gracias por la Esperanza de un más allá, pero que ya hemos empezado a disfrutar en el más acá.

01 DE SEPTIEMBRE DE 2019 · 14:00

Amanecer a orillas del Tormes. / Jacqueline Alencar,
Amanecer a orillas del Tormes. / Jacqueline Alencar

A medida que nos acercamos a septiembre, la nostalgia se va apoderando de nosotros. El paisaje a orillas del Tormes se va desnudando de los colores del verano. Pero hay algo que no desaparece ni en los momentos más fríos del año, y es el calor de su hospitalidad, de sus brazos abiertos; de su poder de atracción para los que no se resisten ante su belleza. De su contemplación se han tallado bellos versos y se han entretejido los más cautivadores e interesantes diálogos. 

Todas las mañanas lo aprecio desde mi ventana, y ante tanta magnificencia agradezco, aunque también con pena, al Creador hasta por los más pequeños detalles con los que nos obsequia cada día de nuestras vidas. Le agradezco por no tener que estar formando parte de esas columnas de seres humanos que huyen despavoridos hacia los lugares más privilegiados buscando refugio a causa del hambre, los desastres naturales, la guerra, las persecuciones por las ideas, la fe, la raza; huyendo del matrimonio infantil, de la ablación, de la explotación sexual o laboral, o las dos... Dicen las noticias que todo sigue igual...

Agradezco por no padecer el hambre que corroe las entrañas de los niños que se ven arrastrados a deambular sin la esperanza de un puerto seguro. Gracias por no ser blanco de la xenofobia y la falta de una tarjeta sanitaria. Y doy gracias por la Esperanza de un más allá, pero que ya hemos empezado a disfrutar en el más acá.

Nadie nos puede despojar de la acogida del Tormes. Ni de su imán tan poderoso para atraer la amistad hasta sus orillas. Soy tan afortunada que hasta podré decir: "Yo tenía un pisito a orillas del Tormes..." en mis memorias, no las de África sino en las de Tejares. Porque al final lo que queda es la Palabra; pues aun cuando las personas ya no están queda sus versos o su prosa dejándonos retazos de sus vidas, como nos las dejaron aquellos poetas y escritores del libro sagrado. Y continúan hablándote a pesar del paso del tiempo y de la distancia. 

Y Dios nos habla a través de su Palabra. ¿Quién dice que en ella no encontramos buenos consejos y ejemplos a seguir? Hablando de hospitalidad, el apóstol Juan, en su Tercera Epístola, elogia la hospitalidad de Gayo, y le transmite su regocijo al saber cómo atiende a sus hermanos y, más aún, a aquellos que le son desconocidos. Cuánto me conmueve cómo se inicia esta carta: “El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad…”. 

 

Brazo del Río Tormes que pasa por el Barrio Tejares de Salamanca. / J. Alencar

Rebuscando, he encontrado dos poemas que, otrora, algunos visitantes a nuestra casa nos dedicaron, a nosotros, habitantes acogidos por la hospitalidad del río Tormes que pasa por Tejares, un barrio de Salamanca, que antiguamente fue un pueblo más de la provincia salmantina, y en el que se fabricaban tejas, de ahí el nombre. Este brazo del río se libró de ser convertido en un parque gracias a los vecinos de Tejares, quienes aunaron empuje y recursos para que las aguas volvieran a su cauce. Sin río ya no podríamos seguir siendo parte de la historia del Lazarillo de Tormes, que, según se dice, nació en Tejares, en las riberas del Tormes. Como todos saben, así empieza esta obra: "Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes...".

Aquí va un poema de la poeta Gloria Sánchez:

 

EL TORMES... DESDE TU VENTANA  

Para Alfredo, Jacqueline y José Alfredo (Los tres del Tormes)

I

Es cierto... desde tu ventana

Se ve que tu río, tu Tormes querido,

Se seca... su paso... se acaba

Y el espacio abierto que regala calma, la paz que ha soñado tu amado poeta, 

Te aprieta en el alma

Porque silencioso... quieto...

Su agua, que fue cristalina

Cuando en otro tiempo su caudal cruzaba,

Ahora es opaca, y llora en silencio

Esperando la lluvia que llene su espacio,

Que refresque el alma.

 

Y en ese día gris, cuando lentamente 

Me acerqué a tu casa,

Desde tu ventana, sentí tu sentir,

Y amé suavemente, sin decir palabra,

 Al río que a ti te ha robado el alma.

Y me he dado cuenta de que tu río querido 

Que se está secando,

Aún puede inspirar poesía muy dulce, 

A quien te visite y quiera mirarlo... Desde tu ventana.

 

ll

Comprendo... viajeros, de países dorados 

Donde el Sol no falla, que añoréis la tierra 

Que no da la espalda,

Y sé que le habláis a ese río Tormes

Que se ha ido metiendo, muy poquito a poco, 

En vuestras entrañas.

Un lenguaje extraño, impregnado de amor, 

Que solo Él comprende, y que cuando os vais, 

Silenciosamente... compartís nostalgia.

 

Y aquí va este otro, de Luis Frayle Delgado…

 

PARA ALFREDO Y JACQUELINE, EN EL NACIMIENTO DE JOSÉ ALFREDO

 

"Por si sola la cuna derramará 

para ti blandas flores".

(Virgilio, Bucólica IV)

 

Ya ha estallado la luna 

por los cuatro costados del río 

y los espejos se van columpiando en la música 

de la noche.

 

El amanecer fragante 

de las curvas 

del amoroso viento 

iba dando la noticia 

desde las torres doradas. 

Lo vi pasar, fruto ardiente.

 

La isla se cubrió de cantos 

de aves

que traían brisas del océano

y nieves andinas.

La ubertad del Amazonas

se instaló en la ribera

de la vieja ciudad.

 

Junto a la ventana 

ya duerme la sonrisa 

cruzada de tantos caminos. 

La ternura nueva 

iba buscando un nido cálido, 

encontró sementera 

en tierras de pan y saberes.

 

Aquí echó raíces la amistad 

que va tejiendo un tiempo largo 

entre los dedos 

y abre el diálogo

que tiene siempre un hueco grande

en el recuerdo.

 

El acanto, la flor

para esperar con el balcón abierto.

 

(Salamanca, agosto, 1994)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Muy Personal - Hospitalidad a orillas del Tormes (Tejares, Salamanca)