No hables con versículos

¿Conoces el concepto de diálogo? Es enriquecedor, te lo aseguro.

16 DE AGOSTO DE 2019 · 11:30

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(A personas abundantemente presentes)

Cuando no sepas defender tu postura, no hables tanto con versículos, habla con tus propias palabras, habla como lo harías con cualquier persona que te encuentras fuera de la iglesia. Habla como si te estuvieses dirigiendo a la gente de la calle. Con ellos te explicas de otra manera. Prueba, a ver qué te sale, sé que puedes, inténtalo, nuestra lengua tiene mucha riqueza, y cuando lo hagas, sé valiente y mira a la cara de tu interlocutor, no respondas al que tienes al lado, ¿no ves que está delante de ti? 

No hables con versículos sacados de contexto para justificar tus propias ideas, sabes que al intentar colocarlos en el hueco que has previsto, por mucho que quieras, por mucho que empujes, no entran. Está claro, a eso se le llama prostituir la palabra de Dios y sin embargo, te asustas mogollón cuando alguien responde sin malicia a un estornudo con un "¡Jesús!" sin más. 

Seguidamente, cuando se trata de justificar tus acciones buscas los textos más benevolentes, ¡vaya con la ley del embudo! Te explico, no tienes todo el poder, conocer de memoria las Escrituras no te sube al podium, no te hace superhéroe, no te da supremacía.

No hables a troche y moche con versículos, procura dejar hablar al otro, dejarle terminar sus argumentos, que se explique, no lo veas como a un enemigo, ¿conoces el concepto de diálogo? Es enriquecedor, te lo aseguro.

Es posible que el otro conozca la Biblia mejor que tú pero no te amenaza con ella, no quiere herirte, no te condena. Pero tú quieres liquidarlo, como si fuese la mismísima palabra de Dios la que saliese por tu boca. ¡Cuánto darías por escupirle fuego abrasador!, ¡cuánto darías por fulminarle con el verbo de tu lengua!

Es inútil mantener cualquier conversación con los que no saben qué decir y recurren a toda prisa a sacar advertencias y acusaciones en textos desubicados, que no vienen a cuento. Todo lo convierten en debate, todo es echar un pulso, todo es vencer sin más excusa, no escuchan. Se les nota el miedo en la garganta y la sudoración en el rostro. ¿Temen que se les alteren sus convicciones?

Por favor, no hables con versículos. No corrompas el mensaje.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - No hables con versículos