‘El poder de la alabanza’, del pastor chileno Luis Cruz-Villalobos

Textos escritos en un momento de aflicción por este prolífico autor, miembro del Consejo Asesor Iberoamericano de Tiberíades.

25 DE JULIO DE 2019 · 21:15

Luis Cruz-Villalobos.,
Luis Cruz-Villalobos.

Aquí algunos datos sobre el autor de esta conmovedora serie de poemas: Luis Cruz-Villalobos (Santiago de Chile, 1976).

Psicólogo clínico y ministro protestante. Docente universitario (Universidad de Talca) y candidato Ph.D. (VU Amsterdam). Director editorial (Hebel Ediciones y Consejo Editorial de Tiberíades).

Como poeta, cuenta con una amplia producción (además de trabajos académicos en sus áreas de especialidad), con más de cincuenta obras publicadas, dentro de las cuales se destacan: Poesía Teológica / Theological Poetry (2014 / 2015), prologada por el reconocido filósofo norteamericano John D. Caputo; Como Abrazo Exacto (2015) y Ven a Mí (2018), antologías seleccionadas por mí.

También ha realizado un número importante de trabajos de “fotopoesía” con fotógrafos/as como David Gysel (Chile), Rosa Gómez (España), Julie de Waroquier (Francia), entre otros/as.

Varios de sus trabajos han sido traducidos a más de siete idiomas, destacándose la reciente traducción de su libro Con Cioran (2011), al rumano, por la poeta Carmen Bulzan (Cu Cioran, Editura Kult, București, 2018). Actualmente vive en Santiago con su esposa y sus tres hijos.

 

Fotografía de José Amador Martín.

 

EULOGIA KYRIEU

Poemas de alabanza

escritos durante la finalmente mortal enfermedad

de nuestro hijo Maximiliano

 

 

I

 

Quiero comprobar el poder de la alabanza

Quiero vivenciar

La transformación inmensa

Que generan las palabras dirigidas a tu trono infinito

 

Soy humos que mira al cielo

Soy tierra y agua que tu oxigeno hizo andar

Y quiero besarte con mis cantos

Pues eres digno

Eres el pleno

El fundamental y el gigantesco en ternura

Y al pensar en Ti es imposible que mi cielo quede opaco

Es imposible que mi vida no se derrame desde mi pecho

Es imposible que mi corazón no se abra y vuele por las costas

 

Te amo

Pequeñamente como lo sabes

Pero te amo sin interés

Tal como Tú nos enseñaste

Tal como tus pasos me lo han mostrado con claridad

 

Gracias

Eterno

Gracias

Rey

Gracias

Absoluto

Gracias

Padre

Gracias

Por ser quien eres para mi vida

Pues sin Ti sólo nada

 

II

 

Señor eterno

Qué miseria la mía de no descubrir antes

Que Tú habitas en la alabanza de tu pueblo

De allí su poder

De allí su potencia

De allí su transformadora dinámica

 

Gracias por decirme al oído

Esta verdad incontenible e inefable

 

Si Tú

Tú mismo

El soberano de los átomos

Y de los sistemas de galaxias

Tú que eres inicio y fin

Tú que sustentas lo real

Si Tú

Habitas en la alabanza de tu pueblo

Justo aquí en medio de estos gestos sencillos

De reconocer quién eres ante nosotros

Si Tú te haces presente lleno de alegría

Y me permites gozarme en Ti al glorificarte

Qué más puedo hacer sino darte gracias

Gracias Padre de gloria

Gracias Señor de misericordia

Gracias Espíritu de consuelo

Todo reconocimiento te pertenece

Dios

Pues todo surge de Ti

Y todo acaba en Ti

Tú eres la fuente primera

El río presente

Y el océano final

 

Foto de José Amador Martín.

 

 

III

Después de beber del agua de la alabanza

El desear más y más es inminente

 

Dependencia de tu habitar en mi oxigeno directo

Dependencia de tu invasión plena al corazón de mi corazón

 

Cómo no buscar que mi pecho profundo se deshaga en adoración

Cómo no anhelar que mi vida entera se alce de su noche

Para alcanzar el día de tu presencia

 

Necesito cada vez más de Ti

Cada vez más tu abrazo

Cada vez más tu llenura

Cada vez más de tu Ser

Pues mi corazón quiere ampliarse

Y su crecer será infinito

Pues apunta a la medida del corazón de nuestro Kyrios

 

Sin tu presencia mi ser se opaca

Sin tu activa y liberada presencia mi ser se desnutre

Pues tu abrazo es el que me libra

Aferrado y aprehendido por Ti mis ojos ven lo real

Por eso quiero que cada hora

Cada día y cada noche

Eternamente y para siempre

En todo tiempo y lugar

Desde el corazón de mi corazón surja la alabanza a tu Nombre

 

IV

Antes que nada florezca en mi día

Quiero alzar mi rostro hacia tus alturas

Y reconocer que Tú eres quien sustenta mi ser

Quien me permite nacer cada día de nuevo del sueño reparador

 

Te alabo porque sin Ti no hay madrugada

Sin Ti no hay despertar

Por eso antes que nada florezca en mi día

El brote de mi alabanza se alza hacia tu altura

 

V

Cuando el dolor se acrecienta

Y la conciencia del dolor de otros se hace clara

No resulta simple la alabanza de tu nombre

Pero desde lo hondo de mi silencio sufriente

Surge un beso desinteresado a tus alturas

Pues la alabanza surge como entrega total a tu reinado

Más allá de las razones y más allá de los motivos

De las cuentas y conveniencias

Tú-eres-el-que-eres y eso basta

Mi canto brota como flor hacia Ti

Aunque sea desde el dolor ya sin medida

 

VI

“Alabado sea el dolor

Lumbre de profundidad”

 

Alabado el dolor

Pues viene de tu mano cuando hace crecer

Alabado seas Tú

En medio de mi dolor nutritivo

Alabado en medio de mi florecer que tu lluvia genera

Alabado seas Tú en medio de mi lamento

 

Pues mis lágrimas limpian mis ojos

Y me dejan verte con más luz

Pues mis lágrimas lavan mi corazón

Y me dejan abrazarte con más transparencia

 

Alabado el dolor que va en pos de tu tesis

La cual busca mi más profundo y elevado ser en Ti

 

Portada del libro.

 

 

VII

Dios

Quiero que suceda lo que no tendría que suceder

Quiero que el sol se detenga

Que la luna no siga su curso

Que este monte salte en medio del mar

 

Dios

Poderoso como ninguno

Quiero que esta semilla de mostaza

Me permita secar la higuera

Abrir los ojos ciegos

Hacer caminar al paralítico

Multiplicar los panes y los peces

 

Sólo una acción especial

Sólo una interrupción de tu mano

Al curso natural de los grises acontecimientos

Para que tu luz brille

Para que tu plena gloria se haga más y más evidente

Que tu cielo baje

Que la tierra suba

Que mi hijo sane

Alabado Padre

 

VIII

Dios

Tú que te disfrazas de inexistente

Y guardas silencio por horas interminables

Para Ti

Desde mi más doloroso rincón

Quiero intentar un suspiro a tu altura abismal

Pero resulta difícil

Resulta difícil

Difícil

Cuando pareciera que no estás

Cuando pareciera que te has ido

 

IX

Detrás de todo estás Tú

No puedo negarte

No puedo negarme a alzar mi corazón hacia Ti

 

Sin saber cómo

Te he llegado a amar sin interés

Sin condiciones

Tal como Tú me amaste

Me amas

Y me amarás por siempre

 

Bendice alma mía a Yahvéh

Y bendiga todo mi ser su santo nombre

Bendice alma mía a Yahvéh

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

 

 

de Tormenta Crisol (2004)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - ‘El poder de la alabanza’, del pastor chileno Luis Cruz-Villalobos