El discapaz

De joven empezó a destacar en una afición que le entretenía a él y tranquilizaba a sus educadores.

26 DE JULIO DE 2019 · 06:10

Foto: Markus Spiske. Unsplash (CC0).,
Foto: Markus Spiske. Unsplash (CC0).

Nació en desventaja respecto del común de los mortales. Arrastró una discapacidad que le mantuvo marginado de los demás niños en la escuela.

No destacó en los estudios y se le dejó ir y venir como si fuera normal.

De joven empezó a destacar en una afición que le entretenía a él y tranquilizaba a sus educadores.

No fue hábil en ninguna de las funciones que le garantizasen un futuro productivo.

Continuó sin embargo con esa actividad con obcecación y persistencia.

Cuando por fin tuvo novia, ésta consultó al médico las probabilidades de que sus hijos heredasen la discapacidad paterna. Informada del bajo porcentaje se animó a procrear.

Las tareas propias de un señor de su casa las delegó en su totalidad y él tan solo se dedicó a la actividad ociosa de siempre, perfeccionándola hasta el extremo.

Básicamente su destreza consistía en dar patadas al balón y nadie lo sacó de esa obsesión ni le informó de la realidad de su mundo aparte.

El Fútbol Club Barcelona, en un gesto de humanidad inclusiva, le dejó jugar en el equipo de primera división.

Y parece ser que no lo hacía del todo mal, hasta le compensaron a modo simbólico con el salario mínimo interprofesional.

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