Proyecto Éfeso celebró la graduación de 21 alumnos

El cierre de toda etapa trae diversas emociones. La tristeza de la despedida se ve compensada por la alegría del trabajo terminado y la valoración de lo aprendido y vivido durante tres años. Así lo expresaron varios alumnos y profesores en el cierre de la octava promoción del Proyecto Éfeso, que celebró su acto de graduación el pasado 15 de junio en Toral de los Guzmanes.

La formación ha girado en torno a Hermenéutica, Homilética y Pedagogía, Teología, Misiones y Evangelización, Historia de la Iglesia, Cuidado Pastoral, Liderazgo... Desde Galicia, País Vasco, Castilla y León, Madrid y alrededores, veintiún hombres y mujeres, jóvenes y adultos (incluso próximos a la jubilación) de distintas profesiones y trasfondos, han tenido una meta común: adquirir herramientas y prepararse para servir mejor al Señor.

En un día soleado en el patio de la casa en calle Mayor, del Centro de Campamentos Eduardo Turrall en Toral de los Guzmanes (León), unas 140 personas participaron de la ceremonia, en la que hubo oportunidad de cantar juntos, escuchar la exposición bíblica, el testimonio de los alumnos y orar por ellos.

“Ha sido una etapa de conocernos a nosotros mismos, de querernos y saber cómo ayudar a los demás. Saber estar con el hermano, con el prójimo. Amar las almas de las personas y desear luchar por ellas. Ser luz. Jesús, como nuestro estilo de vida”, expresó una alumna.

“Éfeso es un referente de aprendizaje y acercamiento a la Palabra de Dios. Nos da herramientas para saber estudiar, entender y discernir. Nos ha llevado a amar la Palabra y querer que Dios obre a través de cada uno de nosotros”, resumía otro alumno graduado.

UNA NUEVA ETAPA

La ceremonia cerraba también la etapa del Proyecto Éfeso en el Centro de Campamentos de Toral de los Guzmanes, del que se despedía definitivamente. Rubén Lugilde, miembro del cuerpo directivo y profesor de varias asignaturas, cerró el tiempo de graduación con palabras de agradecimiento por todos estos años de ministerio en Toral.

“Pedimos a Dios que Toral siga siendo un lugar de bendición. El Señor nos abrió las puertas hace muchos años y ahora las cierra, pero el Señor sabe lo que tiene para nosotros”, expresó Rubén Lugilde.

El Proyecto Éfeso continuará los próximos años en un nuevo espacio. “De la manera más sorprendente Dios ha puesto en nuestro corazón un sueño: el de encontrar un lugar donde las iglesias puedan tener un lugar de conferencias, de formación, adecuado a la época actual, un lugar donde estudiar la Palabra y seguir con la labor que estamos llevando a cabo. Si Dios va por delante, no tenemos nada que temer”, añadió Lugilde.

Durante estos tres años, los alumnos no solo han recibido formación sino que han podido profundizar en la comunión en los seis fines de semana al año en los que se reunían para atender a las clases. Durante el resto del año, los alumnos mantuvieron el contacto con sus tutores y profesores a distancia.

El Proyecto Éfeso continuará en septiembre en Valladolid con los alumnos de la 9ª promoción que iniciarán las clases de su segundo curso.