Ébano negro

En la Biblia únicamente se menciona el ébano en una ocasión, en el libro de Ezequiel.

06 DE JUNIO DE 2019 · 19:10

El color negro de la madera de ébano junto al blanco del marfil se combinaba para realizar figuras ornamentales, como estos elefantes africanos. / Foto: Antonio Cruz.,
El color negro de la madera de ébano junto al blanco del marfil se combinaba para realizar figuras ornamentales, como estos elefantes africanos. / Foto: Antonio Cruz.

Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron por sus pagos.(Ez. 27:15)

La madera negra del ébano (Diospyros ebenum) se denomina hobní, הָבְנִי en hebreo y en Egipto se la llama también hbny.

Este término significa literalmente “piedra” o “piedra de madera”, debido a su extraordinaria dureza. El nombre genérico “Diospyros” deriva del griego y etimológicamente es “grano o fruto de Dios”.

Existen muchas especies de árboles de ébano, tanto en Asia como en África, aunque no todas presentan la madera tan oscura y uniforme.

En la antigüedad, los buques mercantes de Tiro importaban el ébano y el marfil de las costas del Océano Índico, ya que los fenicios comerciaban con tales productos.

Su color negro intenso, así como su elevada densidad y fácil pulido, permitían que se combinara con el marfil blanco, creando un contraste muy apreciado en marquetería y ornamentación.

Los árboles de ébano pertenecen a la familia Ebenaceae, suelen alcanzar de 20 a 30 metros de altura, tienen la copa ancha y el tronco grueso. Éste posee una corteza clara (albura) que envuelve un duramen negro, que es el que constituye la apreciada madera de ébano.

De ella se han fabricado mangos de cuchillos, cepillos y herramientas, instrumentos musicales como los clarinetes, piezas de ajedrez, teclas negras de los pianos, figuras de diversos animales, etc.

A partir del siglo XIII y hasta el barroco, el ébano se empleó en Europa para elaborar objetos de lujo como muebles con enchapado negro (de ahí el término ebanistería) y sofisticados escritorios. No obstante, el comercio de la caoba, en el siglo XVIII, provocó el paulatino abandono del ébano.

Las hojas del auténtico ébano (Diospyros ebenum) son lanceoladas, de color verde oscuro y se disponen alternativamente en los tallos. Las flores también suelen ser verdosas y los frutos están dispuestos en bayas redondas y amarillentas.

No obstante, existe una gran variedad de especies diferentes que, en ocasiones, se agrupan bajo el mismo nombre vulgar. Por ejemplo, el llamado “ébano de Ceilán o de Bombay” agrupa a las especies D. bupru, D. ebenaster, D. ebenum, D. melanoxylon, D. peregrina, D. silvatica, etc.

El “ébano de Manila” corresponde a las especies D. ebenaster, D. philippensis y D. nigra. Pero existe también el “ébano de Filipinas”, el “ébano verde de la India”, el “ébano blanco”, el “ébano del Gabón”, el “ébano de Madagascar”, el “ébano rojo de la isla de Mauricio”, etc., cada uno de ellos con sus respectivas especies distintas. Lo cual proporciona una ligera idea de la elevada diversidad existente entre los árboles y maderas de ébano.

En la Biblia únicamente se menciona el ébano en una ocasión, en el libro de Ezequiel, tal como aparece al principio de esta entrada (Ez. 27:15), a propósito del rico comercio marítimo y el esplendor de la ciudad portuaria de Tiro.

Este capítulo se refiere a que, a pesar de toda su grandeza y lujo, los habitantes de esta ciudad mostraban una indiferencia casi absoluta por las normas morales más básicas.

Lo más importante para ellos eran los negocios y las riquezas materiales que les proporcionaba el comercio, aunque para obtenerlas se comportaran mediante una dudosa moralidad.

Se habían llegado a endiosar, creyendo que su abundancia y bienestar dependía exclusivamente de ellos. Se olvidaron por completo de Dios y las consecuencias resultaron fatales.

La ciudad de Tiro fue borrada del mapa. La lección es clara: toda sociedad que le da la espalda al Altísimo y se opone conscientemente a su voluntad, aunque viva tiempos de prosperidad material, tiene los días contados. Tarde o temprano desaparecerá.

Hoy, muchas personas no creen en Dios pero Él sigue controlando los hilos de la historia y a final juzgará al mundo con justicia.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Zoé - Ébano negro