El cielo y su mensaje

Durante el gobierno de Pilato solo ocurrió una eclipse lunar visible desde Jerusalén coincidiendo con la fiesta de la Pascua: el 3 de abril del año 33.

03 DE ABRIL DE 2019 · 09:12

Eclipse de luna.,
Eclipse de luna.

De nuevo miraremos al cielo. Y como ya lo hicimos en la serie sobre la “estrella de Belén” en este artículo vamos a intentar explicar algunos fenómenos que pueden -desde el punto de vista de la astronomía- arrojar alguna luz sobre el tema.

Y quiero constatarlo sin ambigüedades: en mi opinión, Pedro se refiere en su sermón de pentecostés a una serie de fenómenos astronómicos. Y si es así y Pedro se refiere a unos fenómenos bien explicables como es por ejemplo una eclipse lunar, entonces tenemos un argumento muy importante para poder determinar la fecha de la crucifixión.

Antes que nada vamos a leer de nuevo el pasaje en cuestión:

“Mas esto es lo dicho por el profeta Joel … Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto.”

(Hechos 2:16.19.20).

De las tinieblas vamos a hablar más adelante. Hoy nos concentramos en el tema de la “luna en sangre”, como nos cuenta Pedro. Es un hecho fuera de duda que la expresión se refiere tanto en la literatura bíblica como en la literatura extra-biblica a un eclipse lunar. Incluso en nuestros días se ha puesto muy de moda hablar en los medios de comunicación de “lunas de sangre”. En algunos casos, incluso se nos insinúa que este fenómeno es algo inusual o incluso relacionado con alguna profecía que se debe de cumplir en nuestros días. El simple hecho es que normalmente cualquier eclipse lunar hace aparecer la luna en un color rojizo. Esto lo podemos constatar simplemente poniendo las palabras “eclipse lunar” en google y ver las fotos que aparecen.

Ese color rojizo no tiene nada de misterioso porque es un fenómeno que tiene simple explicación: en una eclipse lunar la tierra se pone entre el sol y la luna y la sombre de la tierra oscurece la luna. La sombra no es total, como en el caso de un eclipse solar. Sino al pasar la luz solar por la atmósfera de la tierra adquiere un color rojizo, como lo podemos observar a veces en una salida o una puesta del sol. Esto es todo. Y la refracción de la luz solar por la atmósfera terrestre hace que la luna nunca desaparece al completo, sino que simplemente se oscurece, bañada en una luz rojiza. Y esto también es la explicación de por qué no percibimos este fenómeno en el caso de un eclipse solar: la luna no tiene atmósfera.

Desde hace ya mucho tiempo estamos en condiciones de determinar exactamente cuando una eclipse lunar ocurrió o ocurrirá en cualquier lugar del planeta.

Y de allí a investigar qué eclipses lunares eran visibles desde Jerusalén en los años 30 del primer siglo llegamos a una fecha determinada. Durante el tiempo que Poncio Pilato era gobernador de Judea (26 - 36 dC), solo ocurrió una eclipse lunar visible desde Jerusalén que coincidió con una fiesta de la Pascua. La fecha era el 3 de abril del año 331. El día de la crucifixión.

 

Eclipse parcial de la luna en los cielos de Jerusalén, el 3 de abril del año 33. El fenómeno ocurre justo a los pies de la constelación “Virgo”.

Aquel día siguió a una noche lleno de horrores tal y como fue anunciado por el profeta Isaías en en capítulo 53. En vez de poder dormir, Jesús fue interrogado toda la noche. Pero no solamente esto: fue torturado te tal manera que Isaías en 52:14 lo resume en las palabras: “Cómo se asombraron de ti muchos de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer …”.

Y finalmente le llevaron al lugar de ejecución, un sitio llamado “Golgotha”, el lugar de la calavera. Los cuatro evangelios nos cuentan los acontecimientos. Coinciden que a las 12 del mediodía empezaron unas tinieblas que duraron hasta las tres de la tarde. De esto hablaremos también en otro episodio de esta serie. Lo que nos interesa en este contexto es lo que pasó después: a las tres de la tarde Jesucristo murió. Y era justo el momento cuando de forma aún invisible para los habitantes de Jerusalén, pero visible en otras partes del mundo, la luna entra en un eclipse parcial.

Después de la muerte, el sol recuperó su brillo. Pero una de las cosas más escalofriantes iba a pasar en los cielos nocturnos de Jerusalén en este mismo día. Cuando salió la luna en el horizonte oeste de la ciudad, salió enrojecido como la sangre. Había una eclipse lunar parcial, visible perfectamente en los cielos de la ciudad. Pero el color rojo de la luna no solamente se debió a la la eclipse parcial, sino también a otro fenómeno del cual hablaremos en su momento. Era el cumplimiento de la profecía de Joel. Y los últimos días de Jerusalén habían empezado. Antes de que se acabó la generación de la crucifixión, ni una piedra del templo quedaría sobra la otra.

Pero en cuanto al cielo, esto no era todo. Cuando salió la luna enrojecida como por sangre, salió precisamente en una constelación que ya había jugado un papel importante en el momento del nacimiento del Mesías: la constelación de Virgo, la virgen. Y allí se encontraba la luna, bañada en sangre, a los pies de la Virgen.

 

Reconstrucción del eclipse lunar parcial del 3 de abril 33.

Pero allí no terminó este baile espectacular de los cielos que de nuevo puso en el firmamento un mensaje memorable.

Vamos a imaginarnos por un momento que podríamos haber hecho un viaje a la luna, a esa luna enrojecida en aquel 3 de abril del año 33. Y vamos a suponer que desde la luna nuestras miradas se dirigen justamente a la tierra, esta tierra por cuyos habitantes murió el Jesús en una cruz. Podríamos haber observado este bello planeta azul, bañado por la luz del sol justo detrás. Y de esta manera se convirtió simplemente en un disco oscuro. Pero en el fondo de terciopelo negro del universo, podríamos haber visto el planeta tierra justo en medio de una constelación que más que ninguna esta relacionada con lo que acaba de pasar en la tierra: se encontró la tierra en medio de la constelación de Aries. Aries simboliza el macho cabrío. Aquel que el 3 de abril del año 33 a las 3 de la tarde murió.2

Un cuadro magistral para toda la eternidad.

 

La tierra, cubriendo el sol, a las 3 de la tarde, el día 3 de abril del año 33. Se encuentra justo a los pies de la constelación de Aries (el macho cabrío).

 

Notas

1#Colin J. Humphreys and W. G. Waddington, Dating the Crucifixion,” Nature Magazine, Volume 306, 22/29de diciembre de1983

2#Las ilustraciones de este artículo fueron conseguidas con el programa “Starry Night Pro Plus, Versión 7.6.4.1714 (2019). La licencia correspondiente fue adquirida legalmente por el autor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Teología - El cielo y su mensaje