Católicos y evangélicos, ¿con el mismo problema?

Es tiempo que las iglesias evangélicas confesemos que tenemos secretos y que los necesitamos confrontar.

23 DE FEBRERO DE 2019 · 21:30

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En estos últimos días varias iglesias han tenido que confrontar el mismo problema, el abuso sexual por sus líderes religiosos. Las Iglesias Bautistas del Sur de EEUU tuvieron que reconocer que ha habido muchos casos claros de abuso por parte de pastores y que algunas iglesias han sido cómplices al darle empleo a personas que han sido acusados en ministerios anteriores. El Vaticano destituyó a un cardenal por su abuso sexual (algo insólito en la Iglesia Católica) y el papa ha citado a líderes católicos de todo el mundo a una reunión sobre la protección de menores (21-25 de febrero) por causa de todo el abuso perpetuado por líderes católicos.

Las acusaciones contra la Iglesia Católica ya tienen años y son bien conocidas. Así que, ha sido fácil para algunos evangélicos decir que el problema tiene que ver con la doctrina católica, particularmente el celibato. (Concuerdo con los cuestionamientos de algunas doctrinas católicas, pero eso es tema aparte.) Pero ahora se está gritando el secreto evangélico desde las azoteas. El problema de abuso sexual por líderes religiosos también existe en nuestras iglesias. Los pastores evangélicos también son propensos a abusar de su autoridad espiritual o de creer que su pecado no pesa.

Tristemente, muchas iglesias evangélicas han respondido al pecado de sus líderes de maneras muy similares a lo que intentó hacer la Iglesia Católica. 

- Negación y encubrimiento – El abuso sexual por pastores no es nuevo en las iglesias evangélicas. Se hace público cuando el pastor “se ha ido con la secretaria”. Pero ha habido muchos casos de abusos de menores, de manipulación de personas vulnerables y de la imposición de autoridad espiritual que nunca han salido a luz. Las iglesias evangélicas también han encubierto casos de este tipo y han permitido que victimarios se queden en el ministerio o que muden a una nueva iglesia sin consecuencias.

- Ataques a la víctima – Cuando se han descubierto los abusos una respuesta de defensa ha sido la de culpar a la víctima. En vez de confrontar el abusador, se le culpa a la víctima de ser la tentadora que “hizo caer al siervo del Señor”. 

- Presión a la víctima – Cuando una víctima ha tenido el valor de hablar, muchas veces se le ha presionado a callar para “proteger” el ministerio o porque no se debe “tocar” al siervo del Señor. Se le ha amenazdo a la víctima diciendo “nadie te va a creer”. También se le ha dicho que “eso fue hace mucho tiempo” y que no tiene porqué sacar a luz cosas del pasado.

Este tiempo de descubrimiento doloroso necesita ser un tiempo para tomar acción en nuestras iglesias. Dios nos está llamando a confrontar el hecho de que el pecado está dentro de nuestra casa. Nos invita a confesar, de nuevo, de que la iglesia es una comunidad de pecadores, justificados y santificados por el poder del Espíritu Santo, pero propensos al pecado. El ministerio es obra de Dios y no vamos a “proteger” su obra tratando de encubrir nuestros pecados. El Señor nos llama a la confesión y a la transparencia.

Es tiempo que las iglesias evangélicas confesemos que tenemos secretos y que los necesitamos confrontar. Es tiempo de pedirle perdón a las víctimas por el daño que han sufrido. Tenemos que confesar que hemos sido cómplices al encubrir lo que pasó. Es indispensable no esperar hasta que “nuestros secretos” sean hechos públicos por las víctimas o por personas que desean lastimar a la iglesia.

En este momento hay víctimas que siguen viviendo con el daño y con los secretos. Hay personas en nuestras iglesias que están luchando con la contradicción ética de estar encubriendo el pecado de un líder por “proteger” el ministerio. Y hay pastores y líderes que están viviendo la mentira de que todo está bien. Es tiempo de que confrontemos la verdad y que comencemos el ministerio de ayudar a los que han sufrido, que desarrollemos sistemos para proteger a otros de pasar por este dolor y que confrontemos y ayudemos a los pastores que han pecado de este manera.

Los católicos y los bautistas del sur están lidiando con el hecho de que sus “secretos” se están proclamando en público. Mañana la denuncia le tocará a otros. Que el Señor nos ayude a entender que el camino a la sanidad y la santidad tiene que pasar por el arrepentimiento y la confesión y que no se puede llegar allí por la vía de la negación y el encubrimiento.

Señor, ten misericordia de nosotros.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Católicos y evangélicos, ¿con el mismo problema?