Espero tu mano

Son tus palabras envueltas en pausas las que han de barnizar este corazón tan presto a la huida.

13 DE DICIEMBRE DE 2018 · 17:00

,

El camino no es fácil, el sendero por el cual transito está lleno de vicisitudes, es por ello que caminar tan cargada me resulta imposible.

Voy a ti. Tú sabes que hacer conmigo, tú sabes cómo tratarme. Quiero poner todas estas cargas a tus pies para que seas tú, una vez más, quien me enseñes que hacer con ellas.

Me detengo con la confianza puesta en ti, en el único que conoce bien mi vida. Hago un alto en el camino subordinando el desorden de mi cabeza, sometiendo al olvido aquello que me impide ser libre.

Es necesario detenerse en el sendero, interrumpir el ritmo frenético que la vida nos marca y aprender a escuchar lo que el bullicio silencia. 

Son tus palabras envueltas en pausas las que han de barnizar este corazón tan presto a la huida. Frases que no sólo alientan mi alma, sino que con destreza moldean mi carácter para hacer de mí una mujer más presta a la humildad.

Necesito una pausa. Quedarme quieta y dejar que en ese reposado estado tú me hables. No demando palabras amigas, ni ambiciono que viertan sobre mí elocuentes frase revestidas de retórica, requiero silencio y a ti.

Este espacio desierto en el que voluntariamente me he instalado refleja lo que hay en mí. Una historia que necesita pausas oxigenadas para fluir con intensidad.

Soy como una barca hastiada de ser llevada por la olas y que hoy simplemente anhela detenerse en medio de un plácido lago y descansar. Intento mover esta pesada valija de sentimientos que voluntaria e involuntariamente voy almacenando en mi interior.

Lo que en un principio constituían retazos del ayer matizados de recuerdos, hoy se convierten en obstáculos que me impiden viajar libremente.

Podría liberarme de este vano equipaje haciendo caso omiso a mi memoria. Detener este desasosiego insuflando olvido en el presente, pero sé, que algún día, cuando menos lo esperara, brotaría de mi interior como primitiva semilla y un tierno tallo de reminiscencia volvería a hacerme evocar las tristezas creídamente abolidas.

A tus pies será distinto. Si aprendo a dejar mi cargado corazón junto a ti tú comenzarás la tarea de limpieza y aunque doloroso es el tratamiento que me aguarda, su fin es hacerme menos prisionera. No subestimo este dolor y el duelo por el que he de pasar, pues aunque amarga es la medicina, sólo ella curará mi alma.

Quiero detener mi mirada en ti, pausar este ajetreado día y prestar atención a todo cuanto me quieras decir. Cuando alejo los atropellados recuerdos, los retales de cada narración inconclusa, imagino cómo podría haber sido todo si hubiese sabido esperar.

Hay asuntos que quedaron sepultados y por más que quiera no pueden ser hechos nuevos. Aquieto mis pasos, entorno mis ojos, espero tu mano.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Íntimo - Espero tu mano