La plantación de iglesias, una respuesta a las incógnitas del futuro del pastorado

El llamado no lo es todo en el desarrollo de la dedicación pastoral. Cuestiones como la cultura, la economía o el reconocimiento civil de la formación teológica suponen retos y desafíos para tomar una decisión.

Jonatán Soriano

BARCELONA · 04 DE DICIEMBRE DE 2018 · 09:00

Entre septiembre de 2017 y septiembre de 2018, en España se abrieron 175 iglesias. Una parte del futuro del pastorado pasa por la plantación. / Ben White, Unsplash CC,
Entre septiembre de 2017 y septiembre de 2018, en España se abrieron 175 iglesias. Una parte del futuro del pastorado pasa por la plantación. / Ben White, Unsplash CC

Para el curso anterior, en la facultad de teología de las Asambleas de Dios (FADE) habían 38 hombres y 41 mujeres inscritas. Una parte considerable del alumnado del centro es joven, e incluso inician su formación teológica después del bachillerato. “Desde 2011, con el reconocimiento civil del título que impartimos, se ha notado un repunte del alumnado más joven que emprende sus estudios teológicos como si fuese cualquier otra disciplina o carrera universitaria. Esto tiene una repercusión relevante, ya que un egresado con veintitrés años todavía es demasiado joven para desarrollar un proyecto ministerial autónomo”, explica el rector del centro, Jesús Caramés, que también añade que han registrado un aumento de las solicitudes de estudiantes casados para cursar su programa.

 

Cantidad de alumnos por curso y sexo de la facultad de Asambleas De Dios en el año 2017-2018. / FADE

Una característica que comparten con la Escuela Evangélica de Teología de Fieide, donde más del 70% de los alumnos están casados. La principal diferencia, sin embargo, es que de los 53 alumnos inscritos en este primer trimestre del curso, tan sólo uno no tiene ningún ministerio activo. “Este involucramiento en el ministerio es una de las razones probables del hecho que en los primeros diez años de funcionamiento de nuestro programa online, desde 2004, la mayoría de los estudiantes fuese de 40 años o más”, señala  Andrés Reid, director del centro. 

 

Dedicación ministerial de los 53 alumnos que estudian actualmente en la Escuela Evangélica de Teología. / Fieide

Pero la edad, el estado civil o los ministerios con los que se trabaja no son los únicos factores a tener en cuenta en los estudiantes que forman parte de las escuelas y facultades teológicas en España y, por tanto, una futura parte del cuerpo pastoral en el país. 

 

¿ES IMPORTANTE EL ORIGEN DEL ALUMNADO?

El origen de los alumnos no se percibe como un problema en los centros de formación teológica, en general. Sin embargo, hay quienes sí observan con preocupación el posible impacto cultural que puede acarrear un modelo pastoral importado de otro contexto. “La descontextualización trae otras formas de gobierno, de pastoral y de eclesiología que distan de las ‘tradiciones’ que hemos desarrollado en nuestras iglesias en las últimas décadas. Es cierto que traen vitalidad y un cierto ‘movimiento renovado’ a las iglesias en España, pero lo cierto es que estos modelos importados producen ciertas inquietudes, cuando no fricciones, en el seno de las iglesias, al menos dentro de nuestro ámbito”, asegura el presidente del Colegio de pastores de UEBE, Modesto Palop, que apunta a que hay un alto porcentaje de alumnado latinoamericano “que quiere estudiar teología de manera externa”. Los mayores peligros que afrontan, dice Palop, son el surgimiento de figuras pastorales con un exceso de autoridad o incluso “dogmáticas”, y la “manipulación emocional” que, considera, “tan extendida en el seno de muchas iglesias”. 

Una línea similar, aunque menos alarmante, conciben desde la Escuela Evangélica de Teología, donde dicen que en los últimos tres años, el alumnado nacido en países latinoamericanos, por ejemplo, ha aumentado un diez por ciento, representando ahora el 28%. “Esto se ha visto correspondido con un descenso de los nacidos en España, pasando del 78% al 68%”, explica Reid, que cree que la tendencia no tiene porqué seguir y quita peso al choque cultural defendiendo que hay muchas personas que no han nacido en España pero que llevan años viviendo en este contexto. 

 

Origen de los 53 alumnos que estudian en la escuela de Fieide este curso. / Fieide

“Si se siguiera incrementando año tras año el porcentaje de los que buscan formación que proceden de Latinoamérica, quizás se podría llegar a una situación donde faltarían candidatos para ministerios pastorales que reflejasen la composición de las congregaciones. Pero en nuestro caso, la proporción de estudiantes tal vez no sea mucho más elevada a la que ya existe en las iglesias. Además, estos estudiantes ya residen en España, por lo que no es una situación que actualmente nos preocupe. Nuestra gran preocupación es estar siempre pidiendo a Dios que levante nuevos obreros, hayan nacido en España o fuera”, dice. 

En FADE aseguran tener desde “siempre” un equilibrio entre estudiantes autóctonos y extranjeros. “No se han detectado influencias culturales significativas, pues la mayoría de estudiantes, aún siendo de nacionalidades distintas, llevan muchos años en nuestro país y están adaptados. Tan sólo recibimos una minoría de alumnos que vienen de otros países, como Brasil o Guinea Ecuatorial, pero son un grupo reducido y el periodo de adaptación funciona con normalidad”, matiza Caramés. 

 

LA VISIÓN DEL PASTORADO, CLAVE EN SU FUTURO 

Factores como el cultural se convierten en secundarios cuando se habla de la visión del pastorado. El elemento clave para discutir acerca del futuro desarrollo que se espera. Por ejemplo, para Ronaldo Anderson, coordinador del ministerio de plantación de iglesias La plaza, “la vocación del pastorado va a menguar ya que todas las iglesias van a entender que todos somos parte del real sacerdocio”. “Pienso que las facultades residenciales, tal como las hemos contemplado en el pasado van a tener que cambiar gradualmente. La tendencia es que la formación se está realizando mucho más por Internet teniendo un carácter cada vez menos profesional y menos exclusivo. Para un cristiano se están derrumbando cada vez más las diferencias marcadas entre lo secular y lo sagrado y se habla mucho más de que el cristiano tiene una vocación y varias ocupaciones”, dice. 

En una parte importante, el futuro del pastorado está ligado también al desarrollo de la plantación de iglesias. Según Evangelismo a Fondo, entre septiembre de 2017 y el mismo mes en 2018, se abrieron 175 nuevas iglesias en España. Sin embargo, según datos de la misma organización, siguen habiendo más de 500 núcleos urbanos que superan los 5.000 habitantes y que no tienen una iglesia. 

“Creemos que la falta de plantación de iglesias en España ha sido, en parte, consecuencia de pensar que era necesario un pastor formado teológicamente para llevar adelante la nueva plantación. Poco a poco se está cambiando la idea de que los dones y habilidades de un plantador suelen ser distintos de los requeridos en un pastor. Antes las iglesias en España solían ver cuántos alumnos tenían los seminarios e institutos Bíblicos para determinar cuántos profesionales estaban en preparación. De este número reducido de estudiantes teológicos, sólo una parte se declaraban con vocación pastoral. Muchos se veían en la enseñanza o bien en otro puesto en la iglesia. El problema más grande seguía siendo que la iglesia tuviese dinero suficiente para contratarlos. Al separar los conceptos de plantador y pastor, esto ha dado un empujón grande a la disponibilidad de plantadores”, afirma Anderson. 

Desde la escuela de Fieide, confirman este modelo de formación de personas que ya ejercen diferentes ministerios en la iglesia. “No acuden a los seminarios únicamente aquellos que sienten vocación pastoral, y es bueno que se formen todos”, señala Reid. “Constatamos la continuada dificultad para que las iglesias asuman el sostenimiento económico de sus pastores. Sin duda, esta es una de las razones que incentivan la búsqueda de modelos más económicos y flexibles de formación”, añade el director del centro. 

El problema, según UEBE, es que “la mediación de conflictos cada vez ocupa más tiempo en la pastoral”. “Se requiere mucha madurez espiritual, equilibrio emocional y un trabajo en equipo que nos ayude a mantenernos en un perfil bajo, un aprendizaje constante y un rendir cuentas unos a otros”, remarca Palop. 

Sin embargo, desde el ministerio de La plaza entienden las garantías futuras de vida de la iglesia, el pastorado y la obra nueva como una relación de dependencia entre los tres elementos. “Las nuevas iglesias son la cantera que suele tener un porcentaje más alto de personas que se dedican al ministerio de forma más completa. Las nuevas iglesias necesitan la ayuda de los centros de formación para formarles, pero los centros de formación tendrían pocas personas para formar si no fuese por la movilización de las nuevas obras”, destaca Anderson. 

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