“En Estados Unidos no hay un sentimiento antilatino, sino contrario a la inmigración ilegal”

El pastor Samuel Rodríguez, director de la NHCLC, da su punto de vista sobre la caravana migratoria que avanza hacia la frontera estadounidense.

Redacción PD , Javier Bolaños

Alianza Global de Noticias, Evangélico Digital · SAN JOSÉ · 13 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 12:51

Samuel Rodríguez, durante la entrevista. / Alianza Global de Noticias,
Samuel Rodríguez, durante la entrevista. / Alianza Global de Noticias

Es uno de los pastores hispanos más conocidos de Estados Unidos. Samuel Rodríguez, director de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC por sus siglas en inglés), ha querido dar su opinión sobre la caravana de migrantes que ha recorrido las últimas semanas Centroamérica y se acerca a la frontera de Estados Unidos.

Samuel Rodríguez fue uno de los pastores invitados a orar en la toma de posesión del presidente actual de Estados Unidos, Donald Trump.

Escritor y conferenciante, Rodríguez ha sido un firme defensor de una reforma migratoria que regule la situación de los indocumentados y establezca mejores parámetros para la entrada legal a los Estados Unidos.

Pregunta. ¿Cuál debe ser la respuesta de las iglesias de México y de Estados Unidos ante la caravana de migrantes?

Respuesta. Diferente. Y me explico. Es obvio que debemos de cumplir nuestro deber como cristianos, ordenado en Mateo 25, de dar alimento, de dar de beber, de dar ropa, de cuidar. Somos cristianos antes que mexicanos, cristianos antes que estadounidenses. Nuestro compromiso cristocéntrico siempre debe dirigirnos.

A la vez, México y Estados Unidos tienen el compromiso de proteger sus fronteras respectivamente. Sabemos que el 70% de quienes vienen en esta caravana son hombres jóvenes, de menos de 40 años de edad. Tienen la habilidad de poder trabajar y si no hay trabajo, México ha dicho que va a proveer y dar oportunidades de trabajar. El compromiso de la iglesia en México es tratar de asistir, extender la mano de compasión. Explicar que la administración presente en Estados Unidos no va a ayudar, que están enviando al ejército a la frontera. Por lo tanto, la iglesia en México puede dar el mensaje de ayudarles a encontrar trabajo, integrarles en la sociedad mexicana. 

En la iglesia en los Estados Unidos tenemos que estar orando, intercediendo, abogando que si alguna de estas personas logra entrar deben ser tratados con el respeto que se merece, sin afirmar la entrada ilegal a este país.

 

P. ¿Por qué hay tanto temor a los inmigrantes latinos en Estados Unidos?

R. No sé si hay una colectividad de temor con respecto a los inmigrantes. He estado involucrado en este debate durante  20 años. El temor no es contra el latino o contra el inmigrante, sino contra la entrada ilegal. Estados Unidos es un país soberano, con el derecho de proteger la soberanía como cualquier otro país. Hemos visto la elevación de políticos latinos muy conocidos, como por ejemplo Marco Rubio, que la gente ama y aprecia. Así que no creo que haya un sentimiento anti-latino, sino más bien anti-ilegal.

 

P. ¿Crees que las iglesias en los países centroamericanos están aliviando los problemas que impulsaron esta caravana?

R. Tenemos las mejores iglesias en Latinoamérica, iglesias hermosas, llenas de gente comprometida con el evangelio de Jesucristo. Hay muchas que están trabajando no solo en dar asistencia, sino también en dar preparación, habilidades de empleo, para que las personas puedan sacar adelante a sus familias. Hay iglesias en México que están alcanzando lo horizontal de la cruz, ayudando a las personas a mejorar aquí en la Tierra. Necesitamos hacer un mejor trabajo en las iglesias evangélicas latinas a nivel mundial. Yo quiero ver las iglesias ser el punto número uno en adiestrar nuestras familias educacionalmente y en habilidades de trabajo, para que ninguna persona tenga que participar en una caravana para tratar de entrar ilegalmente en Estados Unidos. Si nosotros desarrollamos el compromiso de Juan 10.10, de tener vida y vida en abundancia, creo que lo podemos hacer. Hay recursos, hay ánimo, y sobre todo está el Espíritu de Dios.

 

P. ¿Cómo debemos ver a los migrantes?

R. Debemos verlos como a cada ser humano, como una persona que lleva la imagen de Dios. Se debe tratar con dignidad, con respeto y con amor. Tenemos que cuidar al inmigrante y ayudarle a la vez. Pero tenemos que hacer una distinción entre las personas que tienen el compromiso de violar una ley, y aquellos que legítimamente están buscando un nuevo día. Así que como Jesús, tenemos que dar de comer y beber, ayudar en la necesidad, pero a la vez respetar lo que nos dice Pablo en Romanos 13, que es respetar las leyes del gobierno. Podemos hacer ambas cosas como cristianos.

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