Una historia mejor, de Glynn Harrison

El colectivo LGBT promete una vida más libre, más justa y más auténtica. Las evidencias muestran una distancia abismal entre sus promesas y sus resultados.

31 DE OCTUBRE DE 2018 · 21:00

Detalle de la portada del libro Una historia mejor, de Glynn Harrison.,
Detalle de la portada del libro Una historia mejor, de Glynn Harrison.

Un fragmento de “Una historia mejor. Dios, el sexo y el florecer humano”, de Glynn Harrison (Andamio editorial, 2018). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

Prólogo de Pablo Martínez Vila

“El sexo es vida” nos repite la publicidad a cada momento. Pero, ¿qué sexo es vida? Y, ¿qué vida es realmente vida? De hecho, hay mucho sexo que en realidad es muerte, ya sea en su sentido figurado o literal. La revolución sexual iniciada en los años 60 y culminada hoy con la ideología LGBT ha traído mucho sexo, pero muy poca vida. Ni en su “primera ola” -simbolizada por iconos como la revista Playboy o slogans célebres como “Sexo, drogas y rock and roll”-, ni en la “segunda ola” actual, ha conseguido la revolución sexual cumplir sus ideales de libertad y felicidad. Lejos de ello, la realidad del siglo XXI nos muestra que la ideología detrás de la nueva ética sexual ha abonado el terreno para una epidemia de relaciones rotas, vínculos efímeros, desesperanza y un alarmante incremento de los suicidios. La época de la pansexualidad (el sexo presente en todo y en todos) es también la época de la soledad y la frustración. En países como Estados Unidos se habla hoy de una “epidemia de la desesperación”.

¿Cómo se explica entonces la fuerza con que ha irrumpido la ideología LGBT en esta atmósfera de decepción y de crisis personales? En palabras de Glynn Harrison, se entiende porque “su narrativa es simple y gana el corazón de la gente; apela a las emociones por encima de la razón”. Dejando de lado sus censurables aires de superioridad (rayando muchas veces en el totalitarismo ideológico y hasta el despotismo), el colectivo LGBT promete una vida más libre, más justa y más auténtica. Este es el meollo de su mensaje. Desde luego, las evidencias muestran una distancia abismal entre sus promesas y sus resultados, pero esto importa poco en una sociedad donde casi todo gira alrededor de sentimientos y sensaciones inmediatas, donde el envoltorio de los mensajes -la apariencia- importa mucho más que su contenido -la realidad o la verdad de este mensaje-.

En medio de este tsunami moral, los cristianos hemos quedado descocados y, cual viajero extraviado, estamos buscando puntos de orientación. En este contexto, el libro del Dr. Glynn Harrison es como agua en el desierto, nos refresca para seguir andando y nos da, además, claras indicaciones del camino a seguir. En este sentido Una historia mejor viene a ser una contribución profética para la iglesia en un momento de acuciante necesidad.

En las dos primeras partes del libro, Harrison nos proporciona “Una comprensión mejor” y “Una crítica mejor” de la revolución sexual. Con profundidad y claridad va desgranando las raíces históricas, sociales y culturales de la nueva ética sexual. Su enfoque nos demuestra la importancia de conocer bien “la forma de ser de este siglo” si queremos ofrecer respuestas relevantes. Y, como Jesús con Zaqueo o el apóstol Pablo en el Areópago de Atenas, Harrison busca -y nos recomienda- “entrar en la historia en la que está nadando nuestra sociedad para encontrar puntos de conexión” que nos permitan un diálogo que va mucho más allá de los argumentos.

Como iglesia necesitamos comprender bien la naturaleza del conflicto: no estamos solo ante una batalla de ideas donde gana el que tiene los mejores argumentos. Las ideas y los datos son importantes, pero no son suficientes porque estamos ante un asunto que va más allá de lo racional para entrar en lo relacional. En un tema tan íntimo y vivencial como es la sexualidad humana, la prioridad no es una victoria argumental, “ganar la mente”, sino llegar al corazón. Por ello, la solidez del razonamiento debe ir acompañada de la calidez de la relación. No gana el que tiene los mejores argumentos, sino el que ofrece una narrativa más atractiva, una historia mejor.

Con este propósito, en la tercera parte del libro se nos abre una perspectiva distinta y distintiva, un planteamiento que no busca dar argumentos poderosos, sino compartir vida, florecer como seres humanos. Ahí radica la singularidad y el gran valor de la obra que el lector tiene en sus manos, perfectamente plasmada en su título, Una historia mejor.

En esta última parte, Glynn Harrison nos explica cuál es esta narrativa mejor y por qué. La historia que los cristianos podemos ofrecer es mejor porque su centro y fundamento no es el yo humano -frágil y engañoso- sino el Tú divino, el Hombre por excelencia, Jesucristo. La historia de la revolución sexual, que cincuenta años después llega a su punto álgido con las ideologías LGBT, es, según Harrison, “una narrativa que ofrece como medio de salvación al ‘yo’”, en contraste con la antropología del evangelio cuya salvación está fuera de nosotros, en Dios mismo.

Muchas de las personas que “adoran” la nueva ética sexual tienen una gran necesidad de afecto y cariño, buscan relaciones cálidas y significativas. Pero estas necesidades difícilmente pueden ser satisfechas por una ideología que se nutre de un individualismo radical y aspira a la plena autonomía del yo. Por ello, nuestra tarea prioritaria es explicar con pasión y convicción la historia mejor del Evangelio, historia que se resume en la frase de Jesús: “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn. 10:10). Es una historia que nos hace florecer como seres humanos porque su autor nos da verdadera libertad, autenticidad y justicia, las tres grandes promesas de la revolución sexual. Además, Jesús es un consumado especialista en reconstruir ruinas -vidas arruinadas- y en llenar vidas vacías. Lo ha demostrado con millones de personas.

El autor desarrolla el tema combinando un pensamiento profundo con una cálida empatía. Muy pedagógico en la forma, cada capítulo termina con un resumen de las ideas principales. Todo ello favorece una lectura ágil y amena de un asunto complejo y lleno de recodos.

No puedo concluir sin una breve referencia personal. Conocí al autor hace casi cuarenta años en Bristol, Inglaterra, cuando nos presentó nuestro común maestro, el psiquiatra Dr. Monty Barker. Después he tenido el privilegio de trabajar estrechamente con Glynn Harrison en el marco del European Leadership Forum. Puedo afirmar que Glynn encarna con su vida y su obra la historia mejor de la que escribe. Damos gracias a Dios por hombres y mujeres como él que, desde la primera línea de batalla en la arena pública, proclaman con valentía “no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16).

Recomiendo cálidamente la presente obra como una contribución muy importante a un tema difícil desde una perspectiva positiva y edificante. Estoy seguro de que la iglesia en España y en el mundo hispano se beneficiará grandemente de Una historia mejor.

Pablo Martínez Vila, psiquiatra, escritor y profesor bíblico.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Fragmentos - Una historia mejor, de Glynn Harrison