¿Nos silencian porque nos temen?

Votamos en conciencia, una conciencia cautiva a la luz de la Palabra de Dios, como dijo Martín Lutero hace 501 años.

Redacción PD

30 DE OCTUBRE DE 2018 · 20:00

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Ricardo Mancía / Unsplash

En “Las mañanas de la SER”, esta puntera Cadena nacional de radio en España hizo una entrevista a un “experto” en política en Brasil, preguntándole sobre las razones del triunfo de Bolsonaro en las elecciones presidenciales en aquel país.

Ni una sola pregunta sobre los evangélicos. Tampoco en las respuestas los mencionó el experto, que sí abordó cuestiones como el porcentaje de hombres y mujeres que votaron a Bolsonaro, su apoyo mayoritario en zonas de voto de nivel económico alto, en barrios pobres, en zonas rurales y urbanas.

Y así durante media hora. Repito, ninguna mención al voto evangélico, que ha sido sin duda decisivo en estas elecciones.

No vamos a sufrir por este ninguneo, uno más del Grupo Prisa (al que pertenece la Cadena Ser) que da voz en El País a la seudohistoriadora Elvira Roca en su reconstrucción de una leyenda rosa de la “santa Inquisición”, y ataque histérico a la Reforma pero que se negó a publicar un artículo de la (esta sí historiadora de rango) Eva Sierra respondiéndole. Y es sólo un botón de muestra.

Pero el sol no se tapa con un dedo. Muchos medios, la mayoría, han reconocido el peso y al fuerza del voto evangélico en Brasil. Sin embargo no la Cadena Ser, por lo que este hecho es más que llamativo en un medio que se considera de una alta profesionalidad.

Traemos este tema no porque nos duela especialmente, asuste o preocupe. Al revés, es tan notoria la evidencia de querer obviar el elefante en el salón, que justo la impresión que causa es la contraria: empiezan a temer la realidad evangélica. Quizás nosotros no somos conscientes de ello, pero desde fuera sí, temen que se repita en España lo que está pasando en Latinoamérica.

¿Saben por qué? Porque no somos un lobby de intereses, ni que votemos a un partido concreto que nos tenga cautivos con cargos o subvenciones (siempre habrá excepciones, pero son eso, excepciones).

Votamos en conciencia, una conciencia cautiva a la luz de la Palabra de Dios, como dijo Martín Lutero hace 501 años.

La Inquisición no pudo con nosotros. Tampoco Franco, ni ahora la ideología de género. Porque más allá de valores morales, convicciones religiosas o pragmatismos de conveniencia, nos mueve un espíritu ante el que el mundo entero nada puede hacer.

Sólo puede frenarnos una cosa: la cobardía. Por eso, quizás, dice la Palabra que los cobardes no entrarán en el Reino de los cielos. Ni en ninguna parte.

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