“La palabra con gracia y sazonada con sal”: los medios de comunicación como misión

Una palabra sazonada con gracia y con sal es una palabra sana, y una palabra sana hace una prensa sanadora.

27 DE OCTUBRE DE 2018 · 10:04

Foto: Bogomil Mihaylov en Unsplash (CC0),
Foto: Bogomil Mihaylov en Unsplash (CC0)

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal” (Col. 4:6) 

La celebración del XV Aniversario de Protestante Digital nos da pie a reflexionar sobre el valor de las palabras en la información y lo que significa hacer un periodismo responsable desde una perspectiva cristiana.  

La prensa es un púlpito. La prensa secular es un formidable púlpito donde cada día se predican sermones laicos, un poderoso medio de influencia y de formación. Los periodistas son creadores de opinión, en especial con sus artículos de fondo, pero también en todo el proceso de selección y redacción de las noticias.

Por esta razón, los medios de comunicación cristianos están llamados a ser también un púlpito, púlpito que informa y que forma con valentía y con fidelidad. En un mundo que anda a tientas en la oscuridad e inmerso en la corrupción, el periodismo cristiano tiene una misión profética y misionera, está llamado a ser sal y luz, la luz que alumbra y la sal que impide la corrupción. 

La visión, la misión y el objetivo de PD están bien explicados en el folleto conmemorativo de este aniversario y se resumen con el lema “Un puente entre la fe evangélica y la sociedad”. 

En este acto deseo aportar una reflexión bíblica sobre estos objetivos basada en el texto de Colosenses 4: 2-14, un auténtico manual de vida sabia.

 

1-¿Qué es la  palabra “con gracia y sazonada con sal?”

La palabra del cristiano y, por tanto, de los medios de comunicación cristianos, tiene dos características distintivas: es “con gracia” y está “sazonada con sal”. 

¿Cómo se manifiestan estas dos virtudes en la práctica? Veamos primero lo que no es. Hay escritos (escritores) sin gracia y sin sal. En su sentido más literal diríamos que son  “desgraciados y desaboridos”. Destacamos, entre otros, dos tipos:

- Los escritores milicianos: la pluma como dardo. Su meta es atacar y su característica la agresividad. Disparan mientras escriben. El resultado es un texto -una prensa- destructivo, que no aporta ninguna sugerencia positiva.

- Los escritores lamentadores: la pluma como desahogo. Su meta es vaciarse, una descarga de emociones y sentimientos, de tal manera que ¡sus escritos con frecuencia parecen un libro de lamentaciones! Ciertamente hay un elemento legítimo de desahogo en la literatura, pero uno no puede usar los medios de comunicación cristianos como una forma de catarsis personal.

La característica de este tipo de periodismo es el pesimismo: apenas hay una palabra constructiva, los ojos siempre están puestos en lo negativo. Al leer sus escritos, uno tiene la sensación de estar ante una versión inversa de Filipenses 4:8: “todo lo negativo, todo lo triste, todo lo malo, … en esto pensad y sobre esto escribid”.

 

- Los escritores edificadores: “con gracia y con sal”. Su meta es construir. Se caracterizan por su espíritu constructivo.   Se dice del gran predicador inglés Campbell Morgan que el lema de su vida era: “Construir, siempre construir”. No es de sorprender que, al morir, dejó el legado de “un ministerio completamente constructivo” (palabras del propio C. Morgan).

Pablo nos recuerda en el texto de Colosenses que la palabra constructiva requiere dos requisitos: la gracia y la sal

- La gracia porque es el rasgo más distintivo de la fe cristiana y del carácter de Cristo. “El mundo puede hacer cualquier cosa igual o mejor que la Iglesia, excepto una: ofrecer gracia” (Gordon Mac Donald). 

- La sal porque es el antídoto por excelencia contra la corrupción y el escritor (periodista) cristiano está llamado a ser sal y luz. 

De mi padre, escritor y predicador, aprendí que la pluma del escritor creyente ha de ser, ante todo, un instrumento de edificación. Uno de los consejos más valiosos que recibí de él fue: antes de decir o escribir algo, debes hacerte tres preguntas:

                       -¿Es verdad?     

                        -¿Es necesario?     

                        -¿Edifica? 

Los medios de comunicación del mundo con frecuencia nos “enardecen” como Pablo en Atenas (Hc.17:16), nos enojan y deprimen. Podríamos decir que nos hacen segregar adrenalina, Por el contrario, los medios de comunicación cristianos deberían ayudarnos a segregar oxitocina (la hormona del abrazo), destilando esta gracia y este amor que siempre caracterizaron el ministerio público de Jesús, nuestro modelo. 

Una palabra sazonada con gracia y con sal es una palabra  sana, y una palabra sana hace una prensa sanadora.

 

Pablo Martínez Vila, durante la conferencia. / Jordi Torrents

2- ¿Cómo se llega a escribir “con gracia y con sal”? 

¿Cómo conseguir esta palabra sana y sanadora?  El contexto del pasaje (Colosenses 1:5,7-14) nos da la clave. Hay tres requisitos:

- Oración: un espíritu de dependencia de Dios: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (v.2) 

Protestante Digital no es una empresa humana, es divina; no es natural, es sobrenatural. Por ello necesitamos, ante todo, el recurso sobrenatural por excelencia, la oración. Ahí tenemos  el secreto, la base de todo. Sin oración no hay bendición. 

El texto, además,  nos recuerda que la oración es una actitud de dependencia de Dios que implica perseverancia, diligencia (“velando”) y  gratitud (“con acción de gracias”).

- Sabiduría: un testimonio coherente hacia el mundo“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” (v.5)

Es importante tener una prensa cristiana inteligente, pero aún más importante es tener una prensa sabia. La sabiduría según Dios es más que inteligencia y se expresa en un estilo de vida -“andad sabiamente”. Ser sabio es vivir conforme a la ética de Dios. Esta  coherencia entre nuestras palabras y nuestras obras tendrá un impacto poderoso “para con los de afuera”. Es una parte inseparable de la misión porque avala nuestro testimonio. 

- Colaboración: un equipo inmejorable e infatigable“Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor” (v.7)

A la oración y la sabiduría Pablo añade una clave muy importante: un formidable grupo de colaboradores.  Había un equipo de personas detrás, trabajando en y para el ministerio del apóstol en tareas poco visibles y reconocidas, pero imprescindibles. Desde un punto de vista humano, Pablo nunca habría podido hacer lo que hizo sin estos hombres y mujeres “que supieron santificar las cosas pequeñas…en cuyas vidas puede el mundo leer el mensaje del Evangelio” (J.M. Martínez, Cristo, el incomparable, p.75 y 77). 

Así ha ocurrido con Protestante Digital en estos quince años. La lista de nombres que han sido “fieles ministradores de las necesidades  de este ministerio” (Fil. 2: 25 ) es muy larga (sin olvidar a los cónyuges que de forma desinteresada y sacrificial han apoyado de muchas formas el trabajo de sus esposos/as). Este equipo de colaboradores ha hecho posible que las diversas secciones de “Areópago Protestante”  hayan llegado hasta el día de hoy –el XV aniversario- con excelente salud e ilusión ante el futuro. 

Gratitud y esperanza son las dos palabras con las que concluimos. Gratitud a Dios y a las personas que Él está usando; esperanza para cumplir el reto tan bien definido por uno de los gigantes del periodismo cristiano del siglo XX, Carl F. Henry, durante muchos años director de “Christianity Today”: hemos de confrontar al mundo ahora con una ética que le haga temblar y con una dinámica (un poder) que le dé esperanza”.

 

Pablo Martínez Vila, octubre, 2018. Discurso compartido en la celebración del 15º Aniversario de Protestante Digital, el 5 de octubre en Librería Abba, Barcelona.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Mente y corazón - “La palabra con gracia y sazonada con sal”: los medios de comunicación como misión