¿Cuál es tu Betsabé?

Cuando no sabes a donde huir…. ¡Corre hacia Dios!

30 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 07:40

Foto: Unsplash.,
Foto: Unsplash.

La fragilidad del cristal no indica debilidad sino calidad” Jena Malone - Carine McCandles

Hace un tiempo que escuché una espléndida predicación de Ana Giménez, Presidenta nacional de AGLOW España; me hizo tanto bien, que hace días que tengo en mente escribir sobre esa predicación con el permiso de Ana, no es un plagio o algo parecido, serán mis propias aplicaciones y demás. ¡Gracias Ana por tu permiso!

Era un sábado por la mañana en el que yo, por atoramiento de fechas, me confundí, y terminé disfrutando de una buena reunión en la mañana, y tomando las riendas de una preciosa reunión de mujeres en mi iglesia en la tarde.

Lo que nos sucede en ocasiones, me acosté un viernes tarde y tuve que madrugar mucho en la mañana para todo lo que me esperaba; pero doy gracias y bendigo a mi Señor por todo.

Todos orábamos por un día de sol, y el Señor nos lo regaló con creces. Me encantó encontrar en aquella reunión a tantas hermanas y saludar, compartir, abrazar; pero lo cierto es que pensando en mi tarde, ni llevé nada para tomar notas o algo por el estilo; así que si digo algo a mi modo, espero que me podaís perdonar, pero aquella predicación me resultó fascinante y me habló al corazón.

Supongo que David es uno de los personajes bíblicos favoritos para todos… Su vida, sus salmos maravillosos, su gran error con Betsabé, su gran victoria sobre Goliat…..

Lo cierto es que es una vida fascinante y de la que podemos aprender mucho, por encima de todo, como un hombre conforme al corazón de Dios. Un Dios que sabe cuanto le ama y que no lo deja de Su mano, lo ayuda, lo bendice, lo cuida y lo restaura.

En muchas ocasiones se utiliza el mayor error de la vida de David, Betsabe, para decir unas cuantas barbaridades sobre el corazón y machacarlo, literalmente. Es cierto, pero podíamos haber sido tú o yo.

Todo pecado trae sus consecuencias, y aquel que fue muy fuerte, trajo consigo dolor y muerte; pero me maravilla la restauración de todo esto por parte del Señor, el que Salomón fuera precisamente hijo de Betsabe, en quien confluían dos sangres en la linea de Cristo.

En aquella mañana, Ana se pasaba mucho tiempo preguntando, ¿Cual es tu Betsabé? Y no se estaba refiriendo al tema de Betsabé literal, si no al tema de cual es nuestra mayor debilidad, o nuestro tendón de Aquiles, ahí fue que me prendió.

En ocasiones somos tan injustos y tan legalistas… La voz de Ana sonaba suave, tal y como es ella. Pero el mensaje no terminó ahí; ella comenzó a analizar diferentes flancos de David, y de que modo los habría enfrentado y superado.

Evidentemente el tema de Betsabé es muy fuerte y tuvo sus consecuencias, Dios no puede pasar por alto el pecado, pero cada vez que pienso en esto, pienso en el corazón de David, un corazón que le traicionó; pero un corazón humilde, un corazón que supo entender, pedir perdón y aceptar las consecuencias, todo esto me parece encantador, por parte del Señor. En primer lugar, y por parte de David, que se equivocó más que mucho, pero que supo volver a Dios.

Hubo una frase repetida en aquel mensaje que me encantó:

“Cuando no sabes a donde huir…. ¡Corre hacia Dios!”

Pero vamos a analizar someramente otros personajes más en la vida de David, que le causaron dolor, sus flaquezas, sus pruebas y el modo en el que las superó.

En primer lugar me acuerdo de Mefi – Boset. ¿Recordáis la amistad aún más allá de la muerte de Jonathan y David, y la promesa de cuidar y mirar siempre por los descendientes del uno hacia el otro?

Conocemos la historia y como David encontró al lisiado de Mefi – Boset y como era puesto a la mesa del rey cada día tratándolo como hijo de rey y con todo el amor del mundo.

En una ocasión, David, con ese gran corazón que tenía, fue a casa de Mefi, le llevaba muchas cosas, y se encontró la casa vacía; su criado le contó que Mefi había ido a Jerusalem a ver si podía recoger la herencia como nieto de Saúl, y no estaba cuando llegó la provisión de Dios.

Esto me emociona y me duele… Cuantas veces hemos cavado para nosotros mismos, cisternas rotas en nuestras propias vidas, cisternas que no pueden retener el agua y que no sirven para nada, y desaprovechamos la provisión de Dios, el mamá de cada día.. De cada día….

Supongo que David se entristeció mucho al vivir aquella escena, pero calló con comprensión y amor, y el regalo que era para Mefi, lo recogió su criado.

¿Os acordáis de Simei?.. No podía ser menos, descendiente de Saúl, en una ocasión se puso a profecitar, y a apedrear a David, buen sucesor de Balaam. David, simplemente le dijo, repites la historia de Balaam, y la promesa del Señor sigue vigente.. El Señor salvó a David.

¿Y quién no recuerda la tristísima historia de Absalom? Un hijo, y todos sabemos lo que puede llegar a doler un hijo. Con su preciosa cabellera, intentando usurpar el trono de su propio padre con bajeza, vileza y traspasado por la envidia.

¿Podeís situaros en el lugar de David? ¡Cuánto dolor! Pero no levantó su mano contra él, Dios mismo de encargó.

Podríamos seguir con muchas cosas más, Goliat, la cueva de Adulam…

Cuando analizo la vida de David, el gran cantor de Israel, de hermoso parecer, el que fue despreciado por sus hermanos, perseguido por Saúl.

David sabía que estaba ungido, pero supo esperar el momento de Dios no tocó el manto de Saúl cuando podría matarlo, solamente cortó un trozo para poder demostrar; esto me habla profundamente al corazón.

Cuando miramos a alguien, sobre todo a alguien tan destacado como David, nos olvidamos de todo lo bueno, su capacidad de obediencia, espera, perdón… El modo en el que aceptó no poder construir su sueño, el Templo, el modo de delegar y ayudar a Salomón…

Siempre vamos derechitos a todo el tema de Betsabé. Todo eso son profundidades mayores en las que no quiero meterme en estos momentos; es cierto que lo hizo muy mal, pero también es cierto que su tierno corazón le traicionó, y del mismo modo que logró superar todos los otros temas, este también logró superarlo, no pasando por alto el castigo pertinente, pero sabiendo humillarse, sabiendo pedir perdón y lograr ver la preciosa restauración de aquella vida, por parte de un Dios que le amaba lleno de misericordia, y un hombre escogido, ungido y conforme al precioso corazón de Dios.

Vuelvo a preguntar algo que me taladra… ¿Cual es tu Betsabé? ¿Dónde está tu punto débil, tú debilidad? Entonces, inexorablemente tengo que ir a las palabras del Nuevo Testamento y al Apóstol Pablo:

“… Porque cuando soy débil, es entonce cuando soy fuerte, porque se manifiesta en mi el poder de Cristo...”

No sé que os han parecido estás consideraciones, yo las he escuchado, y las he puesto con mucho de “mi cosecha”

Cuando descubras tu debilidad, simplemente… ¡CORRE HACIA DIOS!

Quiero dejaros, para terminar, algo inmortal, uno de esos himnos que simplemente el recordarlo, estremece mi corazón por mil motivos….. Cuando estés cansado y abatido… Si te sientes débil confundido…. ¡Mira, dile… Fía en Cristo el Señor!! ¡¡Corre hacia Dios!!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Follas novas - ¿Cuál es tu Betsabé?