Un cántico de Simeón, de T. S. Eliot, en versión de Vicente Echerri

‘Estancia de los sentidos’ ha aparecido este 2018 en Madrid bajo el sello de la editorial Biblioteca Nueva.

16 DE AGOSTO DE 2018 · 16:18

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Estos días de estío me llegó un paquete. Dentro contenía la obra poética reunida del cubano Vicente Echerri (Trinidad, Cuba, 1948). Se titula ‘Estancia de los sentidos’ y ha aparecido este 2018 en Madrid bajo el sello de la editorial Biblioteca Nueva. Además de sus poemas propios, tiene una sección final donde se albergan los poemas que ha traducido, entre ellos está “Un cántico de Simeón”, del notable poeta norteamericano T.S. Eliot, que ahora dejo conocer.

Echerri ha publicado, en poesía, los poemarios  (Luz en la piedra, 1986; Casi de memorias, 2008); ensayos (La señal de los tiempos, 1993) y relatos (Historias de la otra revolución, 1998, y Doble nueve, 2008). Ha ejercido el periodismo de opinión durante más de treinta años y ha traducido numerosos libros del inglés al español. Reside en Estados Unidos desde 1980.

 

T.S. Elliot.

 

UN CÁNTICO DE SIMEÓN

T.S. Eliot (1888-1965)

 

Señor: los jacintos romanos florecen en los vasos

y el sol de invierno trepa las nevadas colinas;

la tenaz estación se hace sentir.

Mi vida es leve, y espera por el viento de la muerte

como una pluma que en el dorso de la mano se posa.

El polvo a pleno día y el recuerdo en oscuros rincones

esperan por el viento que sopla helado hacia la tierra yerta.

 

 Concédenos tu paz.

He deambulado por esta ciudad durante muchos años,

he guardado la fe y observado el ayuno, he mantenido al pobre,

he dado y recibido el honor y el alivio.

A nadie nunca arrojé de mi puerta.

¿Quiénes recordarán mi casa, donde habrán de vivir los hijos de mis hijos,

cuando sobrevenga el tiempo de la pena?

Tomarán ellos la senda de las cabras y habitarán en el cubil del zorro

para escapar de rostros y espadas extranjeros.

 

 Antes del tiempo de las cuerdas y las flagelaciones y el lamento

concédenos tu paz.

Antes de las estaciones de la montaña de la desolación,

antes de la hora cierta de la aflicción materna,

ahora en este tiempo naciente de difuntos,

permite que el Infante, la Palabra aún inexpresiva y muda

le conceda el consuelo de Israel

a quien ya tiene ochenta años y ningún porvenir.

 

 Conforme a tu palabra,

te alabarán y sufrirán en todas las generaciones

con gloria y con escarnio,

Luz sobre luz, ascendiendo la escala de los santos.

No para mí el martirio, el éxtasis de la meditación y la plegaria,

no para mí la contemplación definitiva.

Concédeme tu paz.

(Y una espada traspasará tu corazón,

también el Tuyo).

Estoy cansado de mi propia vida y de las vidas de los que han de venir después de mí.

Agonizo en mi propia muerte y en las muertes de los que han de sucederme.

Despide ahora a tu siervo,

después de haber visto tu salvación.

(De  Estancia en los sentidos)

 

El poeta cubano Vicente Echerri.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - Un cántico de Simeón, de T. S. Eliot, en versión de Vicente Echerri