La retórica nociva de los niños detenidos

Agradezco a los cristianos que apoyan a Trump que han tenido el valor de denunciar esta práctica injusta.

25 DE JUNIO DE 2018 · 16:55

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Durante los últimos días hemos vivido el dolor de ver a niños separados de sus padres y puestos en jaulas, en nombre de la seguridad nacional. Aunque el Presidente Trump declaró ayer (21 de junio) que iba a parar esta práctica, todavía no se sabe si esta decisión será favorable para los 2500 niños que ya fueron separados de sus padres.

La práctica viene de lo que el presidente ha llamado “cero tolerancia”. En la práctica esto significa que cualquier persona que llegue a frontera sin documentación, aunque sea para pedir asilo y cualquier persona que cruce la frontera sin papeles será tratada como criminal. Anteriormente a estas personas se les acusaba de un delito menor, pero siendo que ahora se les acusa de una felonía, esto “justifica” el separarlos de sus niños, siendo que uno no puede encarcelar a un niño con un criminal adulto. Así que, la política de “cero tolerancia” dio inicio a la práctica de separar a los niños de sus padres, algo que ninguna administración anterior había hecho, aunque las leyes migratorias siguen siendo las mismas.

Esta práctica ha sido justificada por el fiscal general de la nación, Jeff Sessions, por medio de una lectura demasiado dudosa de Romanos 13. Interpreta el pasaje de la manera que en el pasado hicieron los que querían justificar la esclavitud y persuadir a los esclavos que iban en contra de la voluntad divina si trataban de liberarse o cambiar las leyes. También optó por obviar todos los pasajes bíblicos que llaman a respetar los derechos del extranjero y el llamado bíblico de obedecer a Dios antes que a los humanos.

La lógica de “cero tolerancia” tiene como base la interpretación del Presidente Trump que llama a los indocumentados una “infestación” en los Estados Unidos. Este tipo de retórica fue utilizada por los nazis en su campaña para extirpar a los judíos de Alemania y de toda parte de Europa que ellos controlaron. Pero si los indocumentados son una “infestación” entonces toda acción para “controlar” la “infestación” es justificable. Y cuando le preguntaron a uno de los jefes de la campaña presidencial de Donald Trump, Corey Lewandowski, sobre la separación de una niña con Down de su mamá, él respondió con el término “womp, womp” el sonido que se usa en algunos juegos de televisión cuando una persona pierde.

La lógica bíblica siempre está a favor de los pequeños y los marginados. Son muchos los pasajes bíblicos que llaman a proteger los derechos del huérfano, la viuda y el extranjero. La política actual va claramente en contra de este mandato divino. Doy gracias a Dios por las iglesias que han confrontado esta lectura y abuso de la Biblia. Particularmente agradezco a los cristianos que apoyan a Trump que han tenido el valor de denunciar esta práctica injusta.

Pero la retórica que se ha utilizado para justificar esta práctica tiene como resultado la deshumanización de los inmigrantes. Si se mata a una mujer guatemalteca desarmada o se separa a los niños de sus padres, no se considera de gran consecuencia. “Ellos” infringieron la ley y estas son las consecuencias. Al fin y al cabo perdieron (“womp, womp”).

Esta retórica también crea otra realidades. Crea indiferencia entre algunos hacia los indocumentados y justifica cualquier acción que se tome para que no entren, aunque vaya en contra de la dignidad humana de toda persona creada por Dios. También sirve como justificativo para personas que actúan con espíritu racista.

Urge una reforma migratoria que responda a la situación actual en EEUU y traiga orden a los movimientos migratorios. Pero la respuesta no se va a encontrar en separar familias, en matar a personas en la frontera o en construir un muro más alto que el que ya está. Tampoco se dará en esfuerzos por limitar la migración a personas blancas o personas con mucha educación o dinero. Por eso urge una retórica de justicia y misericordia, no una de deshumanización.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - La retórica nociva de los niños detenidos