La Biblia como herramienta para justificar barbaridades

Una lectura prejuiciada y hermenéutica endeble puede hacer decir cualquier cosa a la Biblia. Sin embargo, la Biblia no dice cualquier cosa.

23 DE JUNIO DE 2018 · 21:55

Foto: Aaron Burden (Unsplash).,
Foto: Aaron Burden (Unsplash).

Hago un paréntesis en la serie que inicié hace un par de semanas. El asunto de los infantes separados de sus familiares que les llevaban consigo al ingresar sin documentos a Estados Unidos hizo explosión, y levantó unánimes protestas en todo el orbe.

Fue de tal magnitud la ola de indignación, que la administración del presidente Donald Trump debió dar marcha atrás a la política de retener a niños y niñas como si fuesen delincuentes.

Sobre la justificación dada por personeros de Trump para separar a los infantes escribí en el periódico mexicano La Jornada. En el diario debí restringirme al máximo de cinco mil caracteres (contando espacios) que marca el coordinador de opinión del periódico. A continuación presento una versión ampliada.

Es una atrocidad que defienden sin sonrojarse. Incluso funcionarios del gobierno estadunidense han justificado con textos bíblicos la decisión tomada por Donald Trump que separa a las familias capaturadas al cruzar ilegalmente hacia territorio de los Estados Unidos.

Al conocerse que infantes eran enviados a centros en los cuales son enjaulados, organizaciones defensoras de los derechos humanos, prensa crítica y algunos políticos con sensibilidad, exigieron explicaciones del gobierno.

El fiscal general del Departamento de Justicia, Jeff Sessions, salió a dar la cara con el fin de hacer una defensa a ultranza de la tolerancia cero para quienes entran a los Estados Unidos sin visa.

Respondió a la pregunta de un periodista, quien le cuestionó sobre la política de separar a las familias: “Te citaría al apóstol Pablo y su claro y sabio mandamiento en Romanos 13 de obedecer las leyes del gobierno, porque Dios ha ordenado el gobierno para sus propósitos. Los procesos ordenados y legales son buenos en sí mismos. La aplicación consistente y justa de la ley es una cosa buena y moral que protege a los débiles y protege lo lícito. Nuestras políticas, que pueden resultar en separación de familias en el corto plazo, no son inusuales o injustificadas”.

Por el mismo rumbo se fue la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, quien atajó a un reportero que la increpaba por la brutalidad de aislar a niños y niñas de sus familiares: “Es muy bíblico aplicar la ley, esto se repite muchas veces a lo largo de la Biblia”. Sessions y Sanders forman parte de improvisados hermeneutas que a lo largo de la historia han justificado los excesos del poder en una lectura opresiva de la Biblia.

El esquematismo bíblico de los funcionarios que han tratado de vestir de sacralidad la insensatez y crueldad perpetrada contra los infantes, es confrontada en EU desde varios frentes.

El domingo pasado, tras recorrer en McAllen, Texas, uno de los centros donde están recluidos niños y niñas, el senador demócrata por Oregón, Jeff Merkley, afirmó que la política tolerancia cero de Trump para con los inmigrantes indocumentados se singulariza por su cero humanidad.  

La Conferencia de obispos de los Estados Unidos ha sido tajante al considerar que la política de inmigración reforzada por Donald Trump es inmoral.

Algunos sectores protestantes/evangélicos están levantando la voz para desmarcarse del reduccionismo bíblico de los funcionarios gubernamentales que hemos mencionado y del evangelicalismo conservador que apoya los despropósitos presidenciales.

Por ejemplo, Brandi Miller, que desarrolla labores en una organización estudiantil evangélica que tiene presencia en casi setecientas universidades estadunidenses, desafió la lectura bíblica opresara al escribir: “El gobierno de los Estados Unidos históricamente ha usado la Biblia como arma, citándola como herramienta para deshumanizar a los otros o para justificar atrocidades perpetradas en el nombre de Dios, el país y la moralidad […] La instrumentalización de la Biblia siempre ha beneficiado a los poderosos, cuando en realidad toda la narrativa de las Escrituras es de liberación de los oprimidos”.

Brandi, teóloga afroamericana, es heredera de una tradición que ha tenido la Biblia como base de luchas por la justicia. El más conocido de los activistas sociales estadunidenses de raigambre bíblica ha sido Martin Luther King. Un buen estudio sobre la Biblia como centro de la resistencia de los afroamericanos a la opresión es el de Allen Dwigth Callahan, The Talking Book; African Americans and the Bible (Yale University Press, 2008).

El secretario general de las Iglesias Bautistas Americanas, Lee B. Spitzer, escribió al fiscal general una misiva a nombre de las 5 mil congregaciones por él representadas.

Entre otras cuestiones expresó: “Estamos totalmente en desacuerdo con su apropiación errónea del Nuevo Testamento (en particular Romanos capítulo 13) para justificar acciones gubernamentales inhumanas e injustas. Ningún teólogo(a) cristiano(a) responsable aseveraría que Romanos 13, o cualquier otro pasaje de la Biblia, apoya la espantosa separación de niños y niñas de su padre o madre como lo estamos presenciando en este momento. De hecho, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento llaman a los que creen en Dios para acoger a los refugiados e inmigrantes con los brazos abiertos y la amistad, con cariño y preocupación, y con la voluntad de ayudar a otros a disfrutar las perspectivas de un futuro basado en la esperanza y oportunidad”.

En la reunión anual de la Convención de los Bautistas del Sur se redactó una declaración, que incluye el siguiente párrafo: “Seguimos alentando a las iglesias y familias Bautistas del Sur a acoger y adoptar refugiados en sus iglesias y hogares como un medio para demostrar a las naciones que nuestro Dios anhela que cada tribu, lengua y nación sean bienvenidas en su trono”.

Su postura es interesante porque históricamente los bautistas sureños, tal vez la mayoría de ellos, han tomado partido por políticas anti libertarias. Este fue el caso, por ejemplo, de su defensa de la esclavitud en el siglo XIX, mientras que los bautistas del norte se significaron por ser anti esclavistas.

El fiscal general, Jeff Session, que recurrió a Romanos 13 como aval para separar a las familias de indocumentados, es integrante de la Iglesia Metodista Unida (IMU). Más de 600 clérigos y laicos de la misma denominación hicieron pública una carta en la que señalan a Sessions de transgredir el Libro de Disciplina de la Iglesia Metodista Unida, en sus apartados sobre abuso infantil, inmoralidad, discriminación racial y por la cita que hizo de Romanos 13 para defender la separación de los infantes de sus padres y mostraron desacuerdo por la diseminación que hizo Sessions de doctrinas contrarias a las sostenidas por la IMU.

Señalaron que Session tiene gran poder social y político, que como maestro de Escuela Dominical y por los efectos que conllevan sus acciones en lo referente a defender la separación de la niñez, debe ser llamado a cuentas por las autoridades eclesiásticas de la IMU.

Una lectura prejuiciada y hermenéutica endeble puede hacer decir cualquier cosa a la Biblia. Sin embargo, la Biblia no dice cualquier cosa. Las lecturas descontextualizadas, desconocedoras del mundo socio cultural bíblico, que aíslan pasajes del flujo general de una Revelación que es progresiva y alcanza su culminación en el Verbo encarnado, incurren en algo que podemos llamar neo fariseísmo que privilegia un acercamiento literalista a la Palabra.

Con el regreso de los integrismos religiosos/políticos se hace necesario contender en el propio terreno de quienes basan ideas y acciones en sus textos sagrados. ¿En realidad derivan las conductas que acorralan, excluyen, a los demás de un concienzudo estudio, en el caso que nos ocupa, de la Biblia?

O más bien, ¿leen los textos bíblicos con lentes de supremacismo y racismo, hallando por aquí y por allá retazos que interpretan sin contextualizarlos y trasladan mecánicamente a situaciones actuales? ¿Será cierto que la Biblia respalda la inmisericorde política defendida por el fiscal general, encargado de procurar justicia, y la vocera de la Casa Blanca?

En Mateo 18:1-6, Jesús responde a una pregunta de sus discípulos. Puso como ejemplo a la niñez, y afirma que a quien le hiciera daño “más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar”.

Lo anterior hay que entenderlo, por supuesto, en forma figurada. Jesús recurrió a una expresión hiperbólica para dejar claro el asunto a quienes le hicieron la pregunta.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - La Biblia como herramienta para justificar barbaridades