No hay justo ni aún uno... y aún esos lo son menos

Nos hemos sentido -y con razón- la diana de la criminalización de un colectivo; pero esto ocurre cada día delante de nuestras narices.

21 DE JUNIO DE 2018 · 17:05

Los presentadores del informativo de Telecinco del mediodía. / Telecinco,
Los presentadores del informativo de Telecinco del mediodía. / Telecinco

Cuándo el periodismo se dedica a vender churros, cómo mínimo estos deberían ser de calidad. Informativos Telecinco ha vendido malos churros, grasientos y blandengues; extremadamente indigestos. En uno de esos churros, los intrépidos periodistas se pusieron delante de la Iglesia Bautista de Benidorm, escogida al buen tuntún, y le preguntaron a los transeúntes que qué les parecía que el pastor de dicha comunidad fuera un pedófilo. Y aquí paz y después gloria, entregamos nuestro video, y seguimos con la churrera a todo trapo. Una mala praxis periodística, rectificada a duras penas, a regañadientes y tarde. Insuficiente. 

Sin embargo, no podemos olvidarnos de que todo el embrollo nace porque el departamento de prensa de la Policía Nacional considera que uno de los datos imprescindibles para entender cómo ha sido la redada para desmantelar una red de pornografía infantil que se extendía por varios puntos de España es comentar que uno de los detenidos es un “pastor evangélico”. De hecho, lo consideran tan relevante que lo ponen destacado, como subtítulo y en negrita. Dato del mayor interés y que permite comprender la cuestión en toda su profundidad. “¿Seré yo?¿Seré yo?” se han ido preguntando los pastores de la comunidad levantina, a la vez que los creyentes han mirado a sus pastores y se han preguntado en sus adentros  “¿será él? ¿será él?”. 

Si no fuera por la gravedad de los hechos, resultaría hasta divertido que The Huffington Post informase que entre los 24 detenidos “se encuentran un pastor evangelista de Alicante y un ex Latin King”; demostrando que esos datos son irrelevantes en tanto que ambas ocupaciones se parecen como un huevo a una castaña. ¿O quizá el autor intuye alguna conspiración entre los Latin King y los pastores evangélicos en la distribución de material pornográfico? 

 

MARCANDO A LOS DEMÁS

Sin embargo, como de todo despropósito también de aquí se puede sacar algo bueno. Es hora de que nos examinemos y revisemos la manera en cómo nos comunicamos. Es un examen abierto a todo el mundo, en sentido amplio, no sólo aquellos que nos dedicamos a esto; y también hemos de estar atentos a cómo consumimos esa información. Esto es sumamente necesario porque ahora nos hemos sentido -y con razón- la diana de la criminalización de un colectivo; pero esto ocurre cada día delante de nuestras narices. Ya sea en informativos de televisión y de radio, ya sea en periódicos de papel y digitales, también en las redes sociales; y por supuesto en nuestras conversaciones.

¿Cuántas bandas de rumanos, ecuatorianos o albanokosovares hemos desmantelado en los últimos años? ¿Cuántos ajustes de cuentas entre personas de etnia gitana? ¿Cuántas células islamistas en lugar de terroristas? ¿Nos hemos planteado si la nacionalidad da alguna información que ayude a entender la noticia o se usa meramente para estereotipar un colectivo? Podríamos argumentar que hay noticias que sí requieren dar datos como nacionalidad o la profesión para poder comprenderlas mejor. Una agresión racista, por ejemplo. Pero ¿estamos hablando de eso?

“Anciano muerto en un robo con violencia en su hogar a manos de un ladrón de origen serbio” y nuestro pensamiento salta como resorte y nos consuela: “Es serbio, con la guerra que pasaron, ya se sabe, están todos tarados”. Pero ahora hagamos un pequeño ejercicio: “Anciano muerto en un robo con violencia en su hogar a manos de un ladrón de origen catalán”. También puedes intercambiar “de origen catalán” por “homosexual” o “católico”. ¿Tiene algún sentido? En absoluto, es ridículo y ofensivo. Deberíamos preguntarnos por qué nos interesa tanto saber qué es aquello que nos diferencia de los criminales. Buscamos crear una pantalla psicológica que nos separe de la maldad y sentirnos blanqueados: “yo no soy como ellos, yo soy buena gente”. 

 

CONSUME CON CRITERIO

Hay muchos casos de personas marcadas por noticias poco contrastadas y cuyo honor nunca se llega a restituir por completo, como el caso del pastor bautista falsamente acusado por el informativo de telecínico. Según Google, Samuel Crespo es un narcotraficante. ¿qué pasa si algún churrerista decide ponerle mi foto a la noticia? Por todo ello, es necesario que seamos cautos a la hora de dar datos que puedan criminalizar a un colectivo o a una persona y debemos ser críticos, de igual manera, cuándo consumimos información y más cuándo es así de sensible. 

Somos llamados a ser sal en nuestras conversaciones, en nuestros textos, en nuestras lecturas, como consumidores de información. Debemos ser críticos, exigentes con la verdad y tener sed de justicia. A eso estamos llamados. Seamos razonables, como cristianos deberíamos asumir que la maldad no viene dada por nuestro pasaporte.

No hay justo ni aún uno, ¿pero ellos aún lo son menos?

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