Deja de atormentarte

Jesús no sólo es absolutamente competente para transformar nuestra existencia, sino que nos regala una vida que jamás se termina.

18 DE JUNIO DE 2018 · 08:00

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Siempre se dice eso de que “la realidad supera a la ficción”, y creo que es cien por cien cierto en la historia que sucedió recientemente en una carretera de la provincia de Ourense. Un coche fúnebre chocó contra otro vehículo, y de una manera fortuita, el conductor del segundo vehículo y el muerto que iba en el coche fúnebre terminaron en la carretera. Por una de esas circunstancias de la vida, uno de los primeros coches que llegó al lugar del accidente era una ambulancia, así que entre el conductor y varias personas que habían parado sus vehículos ayudaron a poner el cuerpo del muerto en el ataúd y el del herido en la ambulancia… Antes de salir hacia el hospital, el conductor tomó el pulso al herido y se dio cuenta de que ¡estaba muerto!  Casi al mismo tiempo el que había sido colocado en el ataúd comenzó a moverse ¡Se habían equivocado al colocar los cuerpos! Menos mal que pudieron rectificar a tiempo. El herido confesó más tarde que pensó que su vida se terminaba… pero no era cierto, simplemente fue una confusión. Se sintió como si volviera a nacer.

No hace falta pasar una situación así para vivir esa sensación de que todo es nuevo. La Biblia dice que Dios puede transformarlo todo: cuando confiamos en Él, todo lo que ha sucedido en el pasado deja de amargarnos, no sólo somos perdonados, sino que aprendemos a no mirar hacia atrás, porque nuestra vida es nueva cada día. No importan los años que tengamos ahora o los días que nos queden por delante, la mejor decisión que podemos tomar en nuestra vida es colocarla en las manos de Dios. Con Él, el pasado no sólo es perdonado, sino que ¡deja de atormentarnos!

Esa decisión de dejar que Dios controle nuestra vida, es una decisión valiente ¡Jamás debemos tener miedo de tomarla! Igual que cuando estamos viviendo con un problema de salud grave, o hemos sufrido varios infartos y sólo una operación a corazón abierto puede salvarnos, nos entregamos en manos de un cirujano para que haga su trabajo, porque sabemos que es la única salida que tenemos; nuestro “cirujano” espiritual, el Señor Jesús, no sólo es absolutamente competente para transformar nuestra existencia, sino que nos regala una vida que jamás se termina. La eternidad está en sus manos así que, cuando confiamos en Él, nada debe preocuparnos.

No te desesperes nunca, pase lo que pase. Incuso algunas circunstancias que puedan parecer malas aparentemente, están controladas por el amor y el poder de Dios. Recuerda las palabras del profeta: “¡Cómo me alegro en el Señor! Me lleno de gozo en mi Dios, porque me ha brindado su salvación ¡me ha cubierto de victoria!“ (Isaías 61:10 ) Déjalo todo en sus manos; pasado, presente y futuro y… no te olvides de disfrutar cada día que Él te regala.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Deja de atormentarte