En el principio ya existía la Palabra

Algunas palabras, las buenas, no deberían ocultarse nunca, sino proclamar a todas horas que Aquel que es la Palabra se hizo Hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad.

15 DE JUNIO DE 2018 · 08:00

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En el principio ya existía la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios...Aquel que es la Palabra se hizo Hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad. Juan 1:1, 14

 

Algunas palabras, las buenas, deberían tener textura, ya sea de lino, seda, algodón, o lana, para vestir con ellas nuestro cuerpo; para que nos adornen visiblemente; para que duren un poco más del tiempo que lleva pronunciarlas.

Algunas palabras, las buenas, deberían tener sabor a fruta fresca: melocotón, manzana, melón, o fresa. Deberían permanecer en nuestra boca el tiempo suficiente para saborearlas de principio a fin.

Algunas palabras, las buenas, deberían desprender fragancia de flores; un perfume que empapara nuestro ser perpetuamente y alegrasen el instinto al triste.

Algunas palabras, las buenas, deberían ser llaves que abriesen el balcón de entrada al corazón y encendiesen luces cerebrales.

Algunas palabras, las buenas, deberían servir de ayuda al que escucha en soledad para hacerle sentir que está en compañía, para calmar sus tormentas y consolarle.

Algunas palabras, las buenas, deberían apresurarse a despejar las sombras de amenaza; amansar las fieras de turbación, temor, o pena; tener colores que alegrasen la visión del amigo que sufre.

Algunas palabras, las buenas, deberían anidar serenamente en los labios, parir crías aladas y risueñas que provocaran alegría en el alma donde se posasen.

Algunas palabras, las buenas, deberían pronunciarse llenas de salud, lozanía, esbeltez, justicia y fuerza para vencer el mal que poseen los reinos de la avaricia, la soberbia, el odio, el desprecio.

Algunas palabras, las buenas, no deberían ocultarse nunca, sino proclamar a todas horas que Aquel que es la Palabra se hizo Hombre y vivió entre nosotros lleno de amor y de verdad, y recordarnos que estamos vivos, quién nos engendró y cuál es el motivo de nuestra existencia.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - En el principio ya existía la Palabra