Viviendo y ministrando desde la periferia

La presencia latina en EEUU no es casualidad, sino una de las maneras que Dios quiere utilizar para traer avivamiento.

12 DE MAYO DE 2018 · 19:00

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La situación insegura que están viviendo muchos inmigrantes latinos en EEUU, me ha recordado, de nuevo, de la realidad periférica que habitan muchas de nuestras iglesias latinas. En Caminando entre el pueblo (p. 54, 55) lo describí de la siguiente manera:

Muchas de las iglesias latinas están en las periferias sociales. Están en los barrios pobres y en las pequeñas comunidades campesinas. Son muy pocas las iglesias que están en áreas de influencia social o económica. Y aun estas pocas muchas veces cuentan con una base financiera algo precaria. Por otro lado muchos de los latinos inmigrantes están en una situación legal precaria.

La realidad de pobreza y la situación legal insegura de muchos en la comunidad latina significa tener que buscar maneras creativas de ministrar con pocos recursos. Ministrar desde la periferia implica abrirle espacios y esperanza a personas que muchas veces están luchando con sobrevivir. Demanda liderazgo que entiende las realidades latinas y que puede responder a dichas situaciones. También demanda un compromiso a ministrar en medio de la pobreza y la dificultad.

Sin embargo, la misma realidad tentativa de muchas latinas y latinos parece abrir espacios y oportunidades de misión. Existe un número creciente de personas migrantes que están llevando su fe a cada lugar donde se establecen. No son misioneros en algún sentido formal o tradicional. Pero sí son personas con un claro sentido de misión. Dondequiera que van se ven a sí mismas como personas que Dios puede utilizar para compartir las buenas nuevas del evangelio. Siendo que no vienen de posiciones y países de poder no son vistos como una amenaza; hacen misión desde abajo. Su movimiento presenta una oportunidad única de ministerio que todavía está por aprovecharse plenamente.

En este momento Dios llama a nuestras iglesias periféricas a participar en la misión divina para este país. Nos invita a reconocer que la presencia latina en EEUU no es casualidad, sino una de las maneras que Dios quiere utilizar para traer avivamiento. Los latinos necesitamos clamar por este país y por sus líderes. Necesitamos reconocer que Dios ha traído a la comunidad inmigrante al país para participar en su misión. Los que no somos inmigrantes necesitamos abogar a favor de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que son hechos chivos expiatorios de una situación económica y política sobre la cual no tienen control. También necesitamos acompañar y ayudar a nuestros hermanos de la cultura mayoritaria que, por causa de temor, están dispuestos a imponer leyes y prácticas que están perjudicando a sus hermanos y hermanas en Cristo.

La mayoría de las iglesias latinas estamos en la periferia, pero es desde allí que Dios nos está invitando a su misión. Dios obra los grandes cambios y avivamientos desde los márgenes. Nos está invitando a ser sus agentes en este país que no muy bien nos da la bienvenida. Manos a la obra que el llamado es del Señor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Caminando con el pueblo - Viviendo y ministrando desde la periferia