La ‘evanxélica memoria’ de Manuel Molares dice adiós con 101 años

Falleció Manuel Molares, con 101 años. Toda una institución de los evangélicos en Galicia, y en especial de las Asambleas de Hermanos, denominación de la que siempre formó parte.

Manuel Molares Porto (1916-2018) nació en Salvaterra do Miño. Además de pastor evangélico fue entre otros muchos oficios y trabajos telegrafista, inventor, empresario, juez, y periodista.

Partió con el Señor este 1 de mayo, en Pontedeume, A Coruña. Su familia le está velando en el Tanatorio San José de Campolongo,.

La despedida en recuerdo de Manuel Molares será el miércoles, día 2 de mayo. A las 16.00h se realizará un acto in memoriam en el tanatorio San José de Campolongo (Pontedeume), estando previsto a las 16,30 el traslado al cementerio evangélico de Ares para proceder en el mismo al entierro sobre las 17,00 horas.

Sobre su biografía se escribió una trilogía novelada por Xavier Alcalá: “Evangélica Memoria” (Ed. Galaxia, versionada en castellano para Ed. Ézaro), que cuenta las peripecias de este hombre antes y durante la guerra civil, su conversión, los peores años de la posguerra, la historia de tantos cristianos evangélicos que huyeron a Argentina, y muchos más avatares de este auténtico aventurero.

BIOGRAFÍA

Comenzó a trabajar en la adolescencia, en la posada cercana a la estación de ferrocarril de Salvaterra. Gracias a un colportor evangélico que se detuvo en la posada, conoció la Biblia de forma viva y personal.

Hijo de un guardavías, estudió en la escuela de ferrocarriles MZOV como telegrafista. En esta situación le sorprendió la guerra civil.

Con grandes dificultades salvó su vida pese (o gracias) a mantener su fe evangélica (llegó a estar ante un pelotón de fusilamiento). También sobrevivió a una terrible peripecia que vivió desde Ávila hasta Port Bou, donde al negarse a disparar armas de fuego tuvo que convertirse en un enlace, y milagrosamente sobrevivió a las "trincheras sin retorno" (primera línea de fuego) en varios frentes, especialmente el del Ebro.

Cuando se vio sin recursos, abrió su primer negocio: una farmacia, con perfumería. Tuvo éxito en especial gracias a los productos diseñados para combatir la plaga que devastó Galicia: el escarabajo de la patata.

Hombre de profunda fe cristiana, en su trabajo como pastor evangélico fue atacado tanto por los comunistas de la guerrilla del Eume como por los partidarios del nacional-catolicismo. Vivió en constante riesgo de muerte hasta que entró en los años 50.

En aquella época de mayor rigor en la posguerra, cuando vio cómo se explotaba a los migrantes, trabajó como agente de viajes a América, resolviendo todo tipo de necesidades de los viajeros.

Dada su amistad con Isaac Díaz Pardo, hizo de sus establecimientos en la zona turística un escaparate pionero de Sargadelos y O Castro

Participó en la creación de la cooperativa de electrodomésticos Las Rías. Amante de las tradiciones populares, y convencido de las virtudes del oficio, promovió las ferias y la fiesta de Pontedeume.

Tuvo también una enorme acción como defensor de la justicia, terminando con el abuso de los préstamos de la deuda de una manera ingeniosa para su tiempo. Detectó los bancos donde los usureros tenían una cuenta corriente y apareció en ellos con un notario para que se registraran las entregas hechas por los deudores.

Casado con una mujer que lo animó en tantas de las aventuras de su vida, a la que amó profuindamente y que falleció joven, fue padre de cinco hijos. Todos ellos siguieron su curiosidad intelectual e hicieron carrera en múltiples aspectos de su vida: química, economía e incluso periodismo.

El mismo hizo la labor de periodista, corresponsal del Faro de Vigo en las tierras de Eume.