No estamos llamados a sobrevivir

Hay personas que mueren cada día, que no encuentran ilusión en nada, que viven sólo para “cubrir el expediente”.

30 DE ABRIL DE 2018 · 15:00

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Una de las películas más conocidas de la famosa serie de James Bond protagonizada por Sean Connery fue la titulada: “Sólo se vive dos veces”. Como casi todas las de la serie, el guión fue tomado de las novelas de Ian Fleming, y en esta en particular el título tiene que ver con una frase que aparece en mitad del film, “Sólo se vive dos veces, una cuando naces, y la otra cuando miras a la cara de la muerte”.

Casi todos recordamos los atentados terroristas en Nueva York el 11 de Septiembre del 2001. Miles de personas fueron asesinadas, pero muchos miles más se encontraban en los lugares donde se estrellaron los diferente aviones. Ante el nerviosismo y la falta de noticias de las primeras horas, se habilitó una página web, supervivientes.com, para que la gente que estaba viva pudiese escribir su nombre, aunque tuviese algún tipo de heridas. Era una manera en la que todos los familiares y amigos pudiesen saber rápidamente quién no había fallecido, aunque hubiesen estado a las mismas puertas de la muerte.

Por las entrevistas que vimos con ellos en los siguientes meses en los medios de comunicación, nos dimos cuenta que todos los que pasaron por esa experiencia aprendieron lo que significaba mirarle a la cara a la muerte. Eran verdaderos supervivientes, gente que había recibido una nueva oportunidad en la vida, personas dispuestas a disfrutar de cada minuto que tienen por delante, te lo aseguro.

Déjame que te hable de otros tipos de personas. Tienen mucho que ver con la lista de supervivientes.com. Tiene mucho que ver con la lista de supervivientes.com; son los que viven como si no estuviesen vivos. Creo que ya me entiendes: personas que mueren cada día, que no encuentran ilusión en nada, que viven sólo para “cubrir el expediente”. Los puedes encontrar por todas partes, los ves caminar con sus ojos perdidos en no se sabe cual lugar. Casi nunca miran de frente, suelen caminar cabizbajos, y las arrugas de la tristeza surcan su rostro. Es como si cada día muriesen un poco más, como si supieran que cada momento los acerca más a su propia tumba. No son capaces de disfrutar de las cosas que Dios nos regala. No son capaces de beber la vida a cada instante. No viven, son sólo supervivientes.

Quizás sería bueno recordar en este momento las palabras del premio Nobel Albert Schweitzer: “Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma”. Es mucho mejor vivir cada día entusiasmado, que ser un simple superviviente.

Y mucho mejor decidirlo antes de que tengamos que mirarle a la cara a la muerte.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - No estamos llamados a sobrevivir