Juan Blake y la valentía de los pioneros

El amor al Señor, el legado y el honor en la vida, no se olvidan nunca. El mundo se ennoblece, en cierta manera, con vidas como las de Juan.

31 DE MARZO DE 2018 · 12:00

Juan Blake,Juan Blake
Juan Blake

Conozco a Juan Blake desde hace más de 35 años… Debido a que su amor al Señor y su amabilidad van a ser reseñados por muchos (¡y de una manera más que merecida!), sólo quiero mencionar un par de detalles que puedan ayudarnos a seguir adelante en el servicio al Señor, porque creo que ese es el mayor legado que Juan nos dejó.

Creo que, después de que el Señor le recibió en su presencia con los honores de un héroe de la fe, lo primero que nuestro querido Juan habrá hecho al comenzar a recorrer la eternidad es contarle a cualquier ángel que se haya puesto en su camino, el número de pueblos que faltan en España por evangelizar.

El próximo mes, si Dios quiere, saldrá mi libro “Héroes desconocidos” en el que uno de los capítulos está dedicado a Juan Blake, el pionero, porque él fue el mejor ejemplo para hablar de ese tema. Aunque sabía que iba a mencionarlo, el Señor se lo llevó ahora y no tuvo la oportunidad de tener el libro en sus manos… en cierta manera no importa mucho porque la única recompensa que Juan buscó siempre fue vivir cerca del Señor, y eso lo consiguió aquí, mientras estuvo con nosotros, y ahora de una manera absolutamente radiante y total. Creo que lo importante en este momento no es lo que podamos escribir o decir de un gran amigo y un hermano entrañable al máximo, sino el legado que deja entre nosotros y el honor con el que siempre vivió y nos enseñó a vivir.

El amor al Señor, el legado y el honor en la vida, no se olvidan nunca. Dios dice que el mundo no es digno de personas así… pero el mundo también se ennoblece, en cierta manera, con vidas como las de Juan.

 

LA SUBLIME VALENTÍA DE LOS PIONEROS

Hay un tipo de personas a las que admiro, y creo que puedo decir, comprendiendo lo que la Biblia nos enseña, que Dios también lo hace; son los pioneros. Mujeres y hombres capaces de renunciar a todo para adentrarse en lo desconocido, lo incontrolable y lo radicalmente improbable… en nombre de Dios.

Si, porque de eso se trata el ser pionero: hacer aquello a lo que nadie se atrevió antes. Ir a dónde nadie quiere ir; dar los pasos necesarios para llegar al lugar de dónde todos huyeron. Eso lo hacen los misioneros que llegan a un país nuevo cuando olvidan voluntariamente a toda su familia, sus amistades y su cultura para comenzar de la nada un trabajo para el Señor del que no saben prácticamente nada ¡Ni siquiera si va a dar resultado o no!

Juan Blake es uno de los mejores amigos de nuestra familia: nacido en los Estados Unidos, se vino a España hace más de cincuenta años, en un momento en el que a nuestro país se le llamaba el “cementerio de los misioneros”. Desde entonces ha estado evangelizando y llevando el nombre del Señor por todas las provincias del Estado; defendiendo y apoyando además, a todos los que trabajamos para el Señor sea donde sea. Siempre recuerdo un día cuando alguien, con muy poca sensibilidad, mencionaba algunos problemas que les habían creado ciertos misioneros (De todo hay en la viña del Señor, como dice el refrán), y Juan, en lugar de enfadarse, (aunque la discusión no iba con él) simplemente dijo: “No sé quién quiere más a España, si vosotros que nacisteis aquí y no tuvisteis ninguna posibilidad de escoger, o yo, que nací en otro lugar pero decidí venirme aquí porque amo este país”. Una argumentación genial.

La mayor virtud de un pionero es, sin ninguna duda, la valentía. Si no tienes coraje, no puedes dar los pasos que a otros les dan miedo. Juan Blake es una de esas personas, confiando siempre en el Señor y sin miedo a nada, lo demostró una y mil veces cuando en España a duras penas se podía hablar del Señor públicamente. Y por su trabajo como pionero, hoy muchos pueden disfrutar de los derechos y los frutos conseguidos.

Como decía, los pioneros son las personas a las que Dios admira, aunque no aparezcan en la Wikipedia ni tengan miles de seguidores en las redes sociales. Puede que incluso nadie los mencione en los informes históricos de las misiones más importantes, pero tienen el privilegio de que todos los reconozcamos con un honor inquebrantable e imposible de borrar en sus vidas ¡La valentía de amar el lugar al que Dios nos ha enviado vale mucho más que la fama!                 

Decidirse, obedecer antes que nadie. Dar los primeros pasos cuando todos miran al frente con miedo en sus ojos; atreverse cuando nadie es capaz de hacer absolutamente nada. Jugarse la vida en obediencia a Dios, sin preocuparse de lo que pueda pasar en los minutos siguientes. Hace falta amar mucho al Señor para vivir de esa manera. Esa es la lección que tenemos que aprender hoy en nuestra vida.

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