Tópicos

Seguramente tenemos una clara identidad reconocible, y por lo tanto somos típicos, pero nunca tópicos.

Redacción PD

Wikipedia · 08 DE MARZO DE 2018 · 19:00

Jon Moore / Unsplash,candados, reja
Jon Moore / Unsplash

"El tópico o lugar común es una palabra, frase o idea considerada como un vicio del lenguaje por ser demasiado sabido o por su uso excesivo o gastado.

Presenta una o varias de las siguientes características: Demuestra poca imaginación de quien la expresa. Sustituye la búsqueda de ideas originales o creativas por otras ya gastadas. Evidencia ser una copia de una idea de otro. Frecuentemente usado en el discurso político como herramienta de la demagogia para engañar o maquillar la verdad" (Wikipedia).

Es muy frecuente en redes sociales, donde a menudo se comenta sin siquiera leer el contenido de lo que se está criticando, y sin diferenciar la opinión de un autor de la información de una noticia.

Pero en este Editorial queremos focalizar esta idea en dos hechos que se repiten en relación a la información que vivimos, dentro y fuera de la fe cristiana.

La primera, el tópico “fundamentalista”, "retrógrado" y “ultraconservador” para hablar de evangélicos (políticos, líderes, medios) simplemente por no abrazar en su totalidad esa otra idea tópica que supone la “progresía” o el “progresismo”.

En particular se aplican estos tópicos a quienes no están de acuerdo con la ideología de género simplemente porque se tiene otra ideología diferente.

Y parece que una vez dicho, colgada la etiqueta, ya está juzgada y condenada la persona o entidad.

La segunda es el tópico de la “difamación”, “calumnia” o “desinformación” como respuesta victimista (sin ningún argumento o justificación), como tópica respuesta a noticias que en el fondo lo que se querría es que no se conociesen.

Responde a esa condición humana de “correr un tupido velo” para que -aunque el rey esté desnudo- toda la cohorte pueda seguir alabando la belleza de su vestido.

Un medio serio -y lo somos, sin estar libre de errores- está vinculado a la verdad y a la claridad. No a los tópicos.

Por eso pensamos (y trabajamos) lo que decimos, y decimos lo que pensamos. Por eso tenemos canales abiertos a los lectores, y a cualquier persona o entidad que quiera matizar o rectificar un contenido.

Seguramente tenemos una clara identidad reconocible, y en ese sentido somos típicos, pero nunca tópicos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - Tópicos