Prudencia ante los resultados electorales de los evangélicos en Italia

La prudencia caracteriza el análisis de los evangélicos ante los escenarios que se puedan formar (cabe recordar que se está hablando de política) en el nuevo marco resultante de las elecciones generales de este 4 de marzo. Al optimismo por la derrota de los partidos convencionales se le une el temor ante el riesgo de que ‘la nueva política’ se olvide de las minorías y de la libertad religiosa. Dos elementos que no han aparecido en las agendas de campaña.

Por un lado reconocen, en la victoria del Movimiento 5 Estrellas y en el auge de la Liga, un incremento de la tensión respecto a la Unión Europea, aunque por el otro valoran positivamente la rotura de la hegemonía de las formaciones que tradicionalmente se han disputado el poder en el país. Algo que, dicen, puede ser favorable para cambiar la visión de la política. “Se ha roto el establishment político y ahora es cierto que se tiene una cierta inestabilidad y que ha crecido el euroescepticismo, pero sí hubiese gobernado uno de los partidos convencionales seguramente se hubiese repetido ese sistema de clientelismo que ya parece incluso natural. Ahora, en cambio, podría disminuir”, explica el vicepresidente de la Alianza Evangélica Italiana, Leonardo de Chirico.

A LA ESPERA DE QUE SE DEFINA EL ESCENARIO

Las posibilidades de gobernabilidad que han quedado en Italia son bastante complejas. Ninguna formación ha obtenido el 40% de los votos, mínimo requerido para formar gobierno. Hay quien ya ha tirado la toalla ante este rompecabezas, como el ex-primer ministro y candidato por el Partido Demócrata, Matteo Renzi, que ha presentado su dimisión de la dirección de la formación socialdemócrata, tras obtener tan sólo un 24% del escrutinio.

“No creo que haya unas nuevas elecciones porque con esta ley electoral el riesgo es reproducir los mismos resultados”, señala de Chirico. “Ahora mismo hay dos polos principales. Por un lado los populistas del Movimiento 5 Estrellas y por el otro el centro-derecha, encabezado por los ultranacionalistas de la Liga. Ninguno de los dos ha ganado realmente y ninguno parece tener el suficiente consenso para gobernar”, asegura.

En este sentido, des de la Alianza defienden la necesidad de “maniobrar”. Algo que ninguna formación ha contemplado en su programa electoral, como es habitual en época de campaña. Otras voces del ámbito evangélico conceden a los antisistema la potestad de crear un ejecutivo alternativo a la derecha nacionalista y xenófoba. “La posibilidad de formar un nuevo gobierno dependerá del Movimiento 5 Estrellas”, defiende Samuel Magnin, pastor de la iglesia ‘Un nuovo giorno’ en Monza, Lombardía.

“LOS RESULTADOS NO SON BUENOS PARA LA IGLESIA”

La prudencia a la hora de analizar los resultados desaparece cuando se habla de lo que estos representan para las iglesias evangélicas. Aquí, las valoraciones y puntos de vista coinciden en que se afronta un nuevo periodo de ignorancia y olvido por parte de la Administración pública. “Los resultados no son buenos para la iglesia”, manifiesta Magnin. “La Liga es un partido racista y no quiere a los evangélicos”.

Un punto de vista en el que coincide la Alianza Evangélica Italiana, que afirma que “tanto el Movimiento 5 Estrellas como especialmente la Liga han mostrado muy poca preocupación por la libertad religiosa y las minorías”. De Chirico, su vicepresidente, tampoco ignora que “los puntos de referencia habituales para los evangélicos ya no existen” y que, dice, tienen la responsabilidad de construir nuevos puentes. “Como de costumbre, los desafíos pueden convertirse en oportunidades”, remarca.