Sé tú

“Procura ser entera y valiente. No te retires nunca sin lucha, cuando la lucha merece la pena”.

02 DE MARZO DE 2018 · 18:30

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A veces nos resulta difícil expresar lo que queremos, sobre todo cuando de un tema concreto ya se ha dicho demasiado y se ha dicho bien. Este ocho de Marzo celebramos, una vez más, el Día Internacional de la Mujer. Ojalá llegue pronto el futuro deseado y no nos haga falta seguir recordándole al mundo que permanecemos aquí, que no somos invisibles y que, mujeres y hombres, somos iguales. Pero mientras tanto, mientras todo camine con tanta lentitud, continuaremos reivindicando con justicia el reconocimiento que merecemos.

Para esta aniversario de 2018, he encontrado un hermoso texto que nos aconseja con sencillez. Se encuentra en el libro "Consejos para las señoras de cierta edad", Larfe Ediciones, S.A., escrito por Concha Suárez del Otero y publicado en 1972. Se hallaba protegido entre otras muchas joyas en la alacena-biblioteca de la iglesia a la que asisto. Su título, en principio, me hizo mucha gracia ya que me hallo metida de lleno en él, eso de "cierta edad" tiene su guasa. Antes de abrirlo y curiosear entre sus páginas me convencí de que encontraría otra guía más, antigua y ñoña, de esas que se escribieron tiempo atrás con el único fin de proseguir metiendo a las mujeres en vereda, haciéndoles perder, aún más si cabe, la poca libertad que disfrutaban con aquello de "ponte guapa para él", "prepárale su plato preferido", "no le contradigas", "sé cariñosa", "limpia bien la casa", "no le recrimines que venga tarde a casa", "no le hables demasiado para no cansarle aún más" y "procura que los niños no hagan ruido", entre otras muchas perlas ya conocidas. ¡Cuánto me equivoqué! Concha Suárez del Otero, mujer genial, me cautivó con sus consejos. Las líneas que siguen viene perfectas para esta conmemoración.

 

Sé tú. Procura ser entera y valiente.

No te retires nunca sin lucha, cuando la lucha merece la pena.

Sobre todo cuando cumples un deber luchando.

Pero no muevas un músculo, ni un dedo, no te inmutes en absoluto cuando son los que te rodean, deseando encizañarte, los que quieren lanzarte a un combate que les interesa a ellos. Pasa sobre esas maniobras sin querer advertirlas. No muevas la cabeza, ni siquiera la mirada, hacia ellas. Y perdona siempre al malévolo o mezquino. Piensa que bastante desgracia tienen, él o ella, con ser así. Tú puedes alejarte de ellos, pero ellos no pueden separarse de sí mismos y han de vivir siempre con ese fardo de vilezas, o de pequeñeces, encima.

No pongas tu dignidad donde los demás intentan hacértela poner. Recuerda que muchos de ellos te parecen a ti, muy a menudo, indignos. No te preocupe su opinión.

Lee, estudia, piensa, elabora, observa el mundo que te rodea. Pero míralo con tus ojos, analízalo con tu mente. Sé tú.

No dejes que nadie influya hasta el punto de borrar tu propia personalidad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Sé tú