La rosa del azafrán

En la Biblia, el azafrán sólo se menciona en el Cantar de los Cantares, en relación con las principales especias aromáticas y con el fin de resaltar la belleza de la esposa amada.

01 DE MARZO DE 2018 · 20:20

Rosa de Azafrán. / Pxhere (CC0) ,
Rosa de Azafrán. / Pxhere (CC0)

Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; (…) nardo y azafrán, caña aromática y canela. (Cnt. 4:12, 14).

El término “azafrán” tiene su origen etimológico en el hebreo karkom. En arameo es kurkama, en árabe kurkum, en griego krokos, de donde procede el nombre científico del género al que pertenece esta planta (Crocus).

Mientras que el de la especie (sativus) hace referencia al color amarillo anaranjado de los estambres y pistilo. De este género se conocen más de 80 especies que se distribuyen por el norte de África, Europa y Asia.

El azafrán oriental (Crocus sativus) es la única flor que los griegos y romanos aclimataron en época histórica.[1] Se trata de una pequeña planta, conocida y cultivada en Oriente desde tiempos muy antiguos, que nace de un bulbo del tamaño de una avellana gorda.

Este bulbo está recubierto por una tela fibrosa de color tierra llamada espartillo. La flor surge del bulbo y forma un largo tubo que se abre en forma de copa de color lila o morado.

Es la famosa rosa del azafrán, constituida por seis piezas elípticas que encierran en su interior tres largos estambres amarillos, en ocasiones tirando a anaranjado o incluso rojizo. Dentro del tubo está el estilo, que es un largo filamento cuyo ápice amarillento se divide en tres hebras rojas, las briznas o los clavos del azafrán.

Estos pelillos rojizos son los que le dan su valor comercial a la planta ya que se usan como condimento alimentario, colorante, así como en perfumería y medicina.

Debido a lo exiguo del producto y a lo poco que rinde cada planta, el azafrán siempre se ha vendido a un precio elevado ya que para obtener un kilo de esta especia se requieren más de 182.000 flores.

En las regiones mediterráneas de Judea y Samaria es abundante un azafrán silvestre de flores blancas y amarillas, conocido como azafrán de invierno (Crocus hyemalis). Sus fragantes flores aparecen después de las primeras lluvias durante los meses de diciembre y enero. Mientras que las hojas le salen después y son fácilmente reconocibles porque presentan una tira blanca estrecha a lo largo del nervio central.

Entre las propiedades tradicionales del azafrán, conocidas ya desde la época del Dioscórides (famoso médico y botánico de la antigua Grecia que murió en el año 90 d. C.) está la de provocar el aborto si es consumido en bastante cantidad.

Según escribe el Dr. Font Quer: “La criatura nace teñida de color de azafrán, lo mismo que las aguas amnióticas y la placenta. Y la madre sufre consecuencias tan graves, que pueden llevarla a la muerte”.[2]

A pesar de esto, el azafrán tomado en pequeñas dosis posee virtudes estomacales como mover el apetito, facilitar la digestión, eliminar el dolor en las encías de los niños, etc.

En la Biblia, el azafrán sólo se menciona en el Cantar de los Cantares (4:14) en relación con las principales especias aromáticas y con el fin de resaltar la belleza de la esposa amada.

 

[1] Segura, S. y Torres, J., 2009, Historia de las Plantas en el mundo antiguo, CSIC, Universidad de Deusto, Bilbao-Madrid, p. 324.

[2] Font Quer, P., 1976, Plantas medicinales, el Dioscórides renovado, Labor, Barcelona, p. 915.

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