Pararse un poco

Necesitamos volver a lo importante. Recordar lo que merece la pena: hay que pararse y buscar los caminos que nos dan la vida y volver a andar en ellos.

19 DE FEBRERO DE 2018 · 17:23

,

Tuve la oportunidad de ayudar como capellán en diferentes Juegos Olímpicos. El último fue en Sídney durante el año 2000. Uno de los momentos más bonitos para mí fue cuando estaba paseando por la villa olímpica y de repente vi a un atleta sentado, esperando uno de los autobuses. Me acerqué para saludarle y comenzamos a char- lar. Me preguntó qué estaba haciendo y le comenté que mi trabajo era que las personas conocieran al Señor. Rápidamente me dijo que ellos no tenían capellán en su equipo, y me preguntó si podía orar y leer la Biblia con ellos. Le dije que sí mientras agradecía a Dios en mi corazón por una oportunidad así. Era Ray Allen, uno de los jugadores más queridos en la NBA, y él me abrió la puerta para hablar del Señor a otros componentes del equipo como Allan Houston, Alonzo Mourning...

Ellos reconocían que lo que realmente transforma nuestra vida es conocer a Dios. No importa lo que uno tenga, o dónde esté; Dios es el único que puede llenar nuestra vida, y eso lo viven exactamente igual personas de todos los países y todas las culturas. ¿Recuerdas lo que hemos hablado en varias ocasiones? ¿Por qué entonces mucha gente sigue pensando que lo que realmente importa es enriquecerse y engordar y se olvidan de Dios? ¿Dónde está el problema? ¿Qué debemos hacer? Jeremías nos da la clave: «Así dice el Señor: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vues- tras almas. Pero dijeron: “No andaremos en él”» (Jeremías 6:16).

Necesitamos parar por un momento. No importa hacia dónde se vaya dirigiendo nuestra vida, es absolutamente imprescindible pararse y mirar. Porque perder nuestro rumbo es dejar que nos envuelva todo lo que es secundario. Olvidar el valor que tenemos como personas es poner nuestro corazón en situaciones y artilugios que no necesitamos. ¡Algunas personas incluso llegan a sentirse bien cuando están tristes saliendo a comprar algo! Evadirse parece ser la solución para muchos, pero es solo un engaño.

Algunos llegan a tener en su casa un montón de cachivaches que solo les recuerdan frustraciones y momentos en los que lo han pasado mal. En cierta manera, me recuerda a los maridos (¡y mujeres!) que le compran un regalo costoso a su cónyuge cada vez que han hecho algo malo y necesitan perdón. Puede que en ese momento quedes muy bien, pero en ese regalo estará permanentemente escrito el enfado y el engaño.

Necesitamos volver a lo importante. Recordar lo que merece la pena: hay que pararse y buscar los caminos que nos dan la vida y volver a andar en ellos. Ora y pídele a Dios sabiduría para darle tiempo a lo que realmente es importante para ti (familia, sueños, amigos, servicio, etc.), y dedica tu tiempo a lo que te regala vida, y no tanto a lo que simplemente te da satisfacción inmediata.

Y sobre todas las cosas, jamás le digas «no» a Dios. Escúchale y anda con él. Él es la fuente de la vida. 

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Pararse un poco