Recordar a mi hija

Cada evento de mi quehacer cotidiano me trae un recuerdo tuyo.

México · 08 DE FEBRERO DE 2018 · 18:24

Foto de Sara Rivas,
Foto de Sara Rivas

Remitente: Lilia Cisneros Luján, México D.F.

Destinatario: Yvette Cruz Cisneros, El Cielo

 

5 de febrero de 2018

      Mi hermosa hija,

      A cuatro años de tu partida te extraño cada día con mayor intensidad que aquel en que tu espíritu se presentó ante nuestro Dios.

      Cada evento de mi quehacer cotidiano me trae un recuerdo tuyo; la semana pasada por ejemplo, te vi abrazándome con admiración y felicitándome por la construcción y operación del hospital para los niños quemados (qué bueno que no tienes que ver lo que los delincuentes han hecho con ese esfuerzo). También te recordé apoyando lo mismo en el reordenamiento de los archivos, en la procuración de fondos o en la organización de las reuniones de patronato.

      Después de ti, mi reina, varios patronos han corrido a alcanzarte, cada uno me ha dejado un hueco, pero ninguno como el que se empezó a abrir desde el 2014 en que exhalaste tu último suspiro. Como te lo platiqué el año pasado, las cosas en el mundo no están bien, las malas noticias se amplifican día a día, los valores se extinguen, la salud -al igual que toda actividad humana- se circunscribe a negocio, las conductas honestas escasean, prevalece la simulación, el rencor y el afán de aprovechamiento de unos para con otros.

      La Navidad pasada fui muy feliz por veinte días: tu hijos vinieron a vivir a casa. Cuando recién llegaron se miraban tensos, pero al tercer día cada uno en su estilo me hizo reír, recordar muchos otros momentos contigo y, sobre todo, darme la claridad de que si Dios decidió dejarme en este plantea es porque aún me queda un buen trecho para terminar mi tarea.

      Ya caminé la mitad de mis sesenta y once. Dios me esta devolviendo a muchos de los niños que, contigo a mi lado, asistieron a los clubes infantiles de buenas noticias. Hoy son hombres y mujeres frisando los 50, canosos, con diversas actividades; pero todos seres humanos de bien, lo cual me da la satisfacción de corroborar que la buena semilla siempre germina.

      Sigo chillona, pero menos triste. El mejor antídoto, mi amor, es tu recuerdo. Hoy reservaré las flores y mi oración al espacio de casa (es puente, Yvi querida, te fuiste en el aniversario de la Constitución de 1917). Pondré un florero en lo que fue tu recámara y que hoy es de tu hija; y uno más donde jugabas con tus bebés, que hoy es el espacio de tu hijo, quien muy amablemente me dijo “te acompaño a la iglesia si eso te hace feliz”.

      Me sigue sosteniendo la certeza de que Dios cumple sus promesas, como esa de que creyendo en la redención de Cristo tenemos certeza en la salvación.

      Te mando con el alma un beso, mi Yvi; y luego de mirar miles de imágenes, escogí unas del año 2000, cuando coordinaste la firma de un convenio con la Secretaría de Salud, así quiero que todos te recordemos.

      Mamá

 

Lilia Ana Cisneros – Abogada – México D.F.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - LILIA ANA CISNEROS LUJÁN - Recordar a mi hija