Literatura y espiritualidad

La bibliografía en torno a la obra de Gabriela Mistral es abultada. Los críticos han elevado a esta mujer mestiza hasta el areópago de la literatura.

21 DE DICIEMBRE DE 2017 · 17:00

Detalle de la portada.,
Detalle de la portada.

Un fragmento de “Literatura y espiritualidad”, de Juan Antonio Monroy (Clie, 2017). Puede saber más sobre el libro aquí.

Con LITERATURA Y ESPIRITUALIDAD cierro la trilogía que inicié sobre el pensamiento religioso de destacados novelistas, ensayistas y poetas. La literatura que nos parece más bella es la que ejerce en nosotros el dulce atractivo que le presta la espiritualidad. Nunca debe confundirse espiritualidad con religiosidad. Escritores como el norteamericano John Steinbeck, el inglés Aldous Huxley, la francesa Simone Weil, el mismo Ernest Hemingway y otros muchos cuya enumeración sería inacabable, tuvieron éxito internacional porque aun viviendo ajenos a toda religión nos dijeron que sólo lo trascendente, es decir, el Espíritu, puede salvar al mundo.

El primero de los tres libros mencionados lo publiqué en 2007 con el título EL SUEÑO DE LA RAZÓN. Aquí dediqué largos capítulos a Gabriel García Márquez, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gerardo Diego y capítulos más cortos a otros 24 escritores españoles y extranjeros.

El segundo volumen, LOS INTELECTUALES Y LA RELIGIÓN, vio la luz en 2012. Los capítulos breves, que iban desde Blasco Ibáñez a Milán Kundera, fueron 22. El mayor volumen de páginas estuvo dedicado a otros ocho autores: Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, Rubén Darío, Amado Nervo, Juan de Dios Peza y William Shakespeare. Además se incluía un amplio estudio sobre el tema de Dios en la poesía española contemporánea, donde se analizaban las creencias y vivencias de poetas que pertenecieron a cinco generaciones: 1868, 1898, 1927, 1936 y 1950.

En este tercer volumen que hoy entrego al público lector, LITERATURA Y ESPIRITUALIDAD, prescindo de los análisis breves y destino todas las páginas a nueve autores: Gabriela Mistral, Enriqueta Ochoa, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Zorrilla y su Don Juan Tenorio, Giovanni Papini, Dante y la Divina Comedia, Alberto Camus y el escritor y político cubano José Martí.

Lo que persigo con esta trilogía es presentar un cuadro de la literatura visto a una luz cristiana. Analizar las ideas religiosas y el mensaje espiritual que aportaron algunos de los grandes escritores de ayer y de hoy. Cada autor es estudiado según su propia perspectiva vital, sus creencias o increencias, su acercamiento a Dios o su alejamiento de Él, su aceptación de los principios cristianos o su negación de los mismos. Con ayuda de las obras literarias pretendo encarnar las grandes verdades del Cristianismo de Cristo, tan eternas que, según sus propias palabras, el cielo y la tierra pasarán, pero esas verdades permanecerán.

 

Gabriela Mistral. Poetisa de América

Inicio este trabajo con una pregunta: ¿cómo hemos de llamar a Gabriela Mistral, poeta o poetisa? Las opiniones de quienes escriben sobre poesía están divididas. Modernamente se está llamando a la mujer que compone versos simplemente poeta, conservando el sustantivo masculino. Otros dicen que las dos voces son igualmente valederas. Sin embargo, una mayoría de críticos literarios prefiere utilizar el sustantivo femenino y emplear el término poetisa. Así consta en las mejores enciclopedias. Las prestigiosas Espasa y Larousse ofrecen definiciones escuetas y directas: “Poetisa, mujer que compone poesía”. En consecuencia, siempre que me refiera a esta figura indiscutible de las letras hispanas la llamaré poetisa.

Gabriela Mistral fue conocida en su tiempo como “la poetisa de América”, “la voz más pura y auténtica del espíritu americano”.

 

Perfil biográfico

Nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña, una población del valle de Elqui, en el norte de Chile. Su nombre real era Lucila Godoy. El nombre de Gabriela Mistral se ha considerado como un tributo hacia dos de sus autores más venerados, el intelectual y político italiano Gabriel D´Annunzio y el poeta francés Federico Mistral, al igual que la chilena, Premio Nobel de Literatura.

De niña tuvo una vida difícil en uno de los parajes más desolados de Chile.

 

Portada del libro.

A los quince años publicó sus primeros versos en la prensa local y empezó a estudiar para maestra, título que obtuvo en 1910.

Cuatro años más tarde irrumpe en el panorama literario. La Sociedad de Artistas y Escritores de Chile promociona unos Juegos Florales. Gabriela Mistral se presenta a la convocatoria y obtiene el primer premio con un libro de poesía titulado SONETOS DE MUERTE. Consagrada ya a la literatura, escribe y publica en verso y en prosa. Sus libros más destacados son DESOLACIÓN, LECTURAS PARA MUJERES, TERNURA, TALA, LAGAR, POEMAS DE LAS MADRES, entre otros. Después de su muerte se publicaron EPISTOLARIO Y RECADOS CONTANDO A CHILE, este último compuesto de artículos periodísticos en prosa recogidos en varias publicaciones desde 1925. Cedomil Goig, uno de los participantes en la ANTOLOGÍA publicada por la Real Academia Española en el 2010 afirma que existen sin catalogar “múltiples manuscritos, variantes, modificaciones de poemas, versos, palabras y grafías. Gabriela Mistral –añade- dejó en su legado un número gigantesco de poemas dispersos e inéditos en borrador, con múltiples versiones sin forma final de un mismo proyecto”.

La intensa labor educativa y humanística en la que tenía volcada el alma motivó que el político e intelectual mexicano José Vasconcelos, por entonces secretario de Educación Pública, la llamara a México para colaborar en la reorganización de la enseñanza.

Dotada para las difíciles labores diplomáticas, el Gobierno de Chile le encomendó diversas misiones. Fue Cónsul de su país en Lisboa, Madrid, Nápoles, Petrópolis (Brasil) y Los Ángeles. También ejerció cargos representativos en la Sociedad de Naciones y en las Naciones Unidas. En Los Ángeles estaba en 1945 cuando recibió la noticia de que la Academia sueca le había concedido el Premio Nobel de Literatura. Años después, en 1951, Chile la distinguió con el Premio Nacional de Literatura.

 

Juan Antonio Monroy.

La poesía de Gabriela Mistral ha sido traducida al inglés, italiano, francés, alemán y sueco. Su obra influyó en escritores de Hispanoamérica tales como el chileno Pablo Neruda y el mexicano Octavio Paz.

 

Juicios sobre su obra

La bibliografía en torno a la obra de Gabriela Mistral es abultada. Los críticos han elevado a esta mujer mestiza, mitad española mitad india, hasta el areópago de la literatura. Su obra poética surge del modernismo, más concretamente del mexicano Amado Nervo. En sus libros se aprecia la influencia del francés Federico Mistral y mucho de la Biblia. De Rubén Darío tomó la ausencia de retórica y el gusto por el lenguaje coloquial. Su prosa, menos conocida, tiene momentos de brillantez insuperable, como lo demuestran sus artículos periodísticos, el libro ORACIÓN DE LA MAESTRA y sus RECADOS, verdaderos ensayos sobre personalidades literarias de su tiempo. Dice Domingo Ródenas en 100 ESCRITORES DEL SIGLO XX que el estilo de Gabriela Mistral “se sitúa en la estirpe de José Martí, al que profesaba una explícita admiración”. La poetisa chilena enlaza, “en una síntesis desconcertante, la materia y el espíritu, la palabra y el silencio, la hosquedad y la ternura, la desesperación y la esperanza”. Ella, que no tuvo hijos propios, volcó en sus versos el amor por los niños.

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