El actual universo neopagano

Quienes rechazan la fe en el Dios único y verdadero caen en el artificio de creencias enigmáticas, impenetrables.

06 DE DICIEMBRE DE 2017 · 10:00

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Señor Director:

El pasado siete de septiembre inicié para “Protestante Digital” una serie sobre neopaganismo. Con el artículo de hoy, el V, la concluyo. Espero que mis escritos hayan iluminado a sus lectores sobre un tema que está muy presente en la sociedad occidental, también en la española.

Considero importante repetir a usted que esos no han sido artículos periodísticos. Antes de que otros puedan presentar alguna queja, lo reconozco yo. Son ensayos, con sus correspondientes notas bibliográficas. Le aconsejo que una vez publicada la serie la conserve usted archivada. Me ha costado tiempo reunir esa documentación sin recurrir para nada a internet, sólo utilizando los libros que cito, que tengo en mi biblioteca particular.

Voy con el último artículo:

El actual universo neopagano.

En agosto de 1993 compré en una librería pagana situada en el 1641 Norte del Boulevard Cahuenga, en Hollywood, California, la última guía sobre organizaciones paganas en Estados Unidos y en algunos otros países. Está editada en inglés. Va por la octava edición. La que yo poseo es  de 1992. Lleva como título “Circle Guide to Pagan Groups” (Guía Circular a Grupos Paganos). Consta de 80 páginas, tamaño 35x23. Leyendo esta guía viene a la memoria la frase del célebre matemático, teólogo y filósofo francés Blaise Pascal: “El incrédulo es el que más cree”. Quienes rechazan la fe en el Dios único y verdadero caen en el artificio de creencias enigmáticas, impenetrables, se aferran a ellas con pasión de enamoradas vírgenes y las propagan con el ardor del héroe.

Esto ocurre con el neopaganismo. De reciente implantación en Estados Unidos y en algunos países de Europa, los nuevos paganos presentan ya una hoja de servicios impresionante.

Según la guía citada, el neopaganismo cuenta con 176 grupos establecidos en 38 de los estados de la Unión Norteamericana, y 17 grupos en Canadá. Estos grupos se componen de pequeños núcleos de personas que se reúnen habitualmente para celebrar ritos paganos. En el lenguaje evangélico llamaríamos a estos grupos “puntos de misión”, para diferenciarlos de iglesias organizadas.

Iglesias paganas, reconocidas y legalizadas por las autoridades estatales, la guía da nombres y direcciones de 26 en 17 estados y 2 en Canadá.

En 15 estados norteamericanos los nuevos paganos han establecido 23 centros de contacto. Estos centros, dirigidos por individuos o por grupos, ofrecen información sobre todo cuanto pueda interesar a un extraño del neopaganismo. Tienen, además, centros similares en Canadá, Grecia, Dinamarca, Australia, Irlanda y Alemania, uno en cada país, perfectamente localizables, con direcciones exactas y números de teléfono incluidos.

La guía no explica el número total ni aproximado de neopaganos en Estados Unidos, que otras fuentes han calculado en dos millones. Desde luego, deben ser muchos, porque además de todo lo expuesto, el neopaganismo celebra de enero a diciembre un total de 54 encuentros y conferencias regionales y nacionales en Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Canadá. En estos encuentros, cuyo número de asistentes varía de un lugar a otro, se celebran ritos especiales, se intercambia información, se establecen programas nuevos, “se enriquece la vida espiritual de los asistentes y se estimula a desarrollar sus conocimientos de la cultura pagana”, según consta en la guía.

Los neopaganos saben que la página impresa es la palanca que Aquiles pedía para mover el mundo; saben que la radio concentra en sí misma todas las ventajas de un medio informativo actual; saben que la televisión es un auténtico medio de masas que conjuga las técnicas de la prensa escrita y de la radio; son lo suficientemente listos como para saber que los medios de comunicación son en nuestros días esenciales para la expansión de las ideas y de las creencias. De ahí que hayan concedido tanta importancia a estos medios. El neopaganismo americano cuenta con 59 emisoras de radio y televisión en 26 estados, 2 en Alemania y una en cada uno de estos países: Francia, Escocia, Irlanda, Austria, Inglaterra y Guatemala. El centro emisor de “La Televisión Pagana” en Boston, Massachusetts, es el más importante de todos. Creado en 1990, dispone de tecnología sofisticada. Está dedicado a la emisión de programas por radio, televisión y producción de vídeos sobre temas paganos. La prensa escrita no ha escapado a los esfuerzos paganizadores de este renovado culto. En 26 estados americanos se imprimen 96 periódicos y revistas, que circulan por todo el enorme país. Además de los existentes en los Estados Unidos, se publican otras 12 revistas en Gran Bretaña, 6 en Canadá, 2 en Grecia y 1 en Alemania, Italia, Finlandia y Holanda.

Los neopaganos tienen conciencia de que mediante el papel, la tinta y las ideas, pueden llegar a millones de personas. De ahí que además de la prensa escrita dediquen atención especial al libro, como hacen los llamados Testigos de Jehová. El movimiento neopagano cuenta con 52 librerías en 18 estados americanos, 6 en Canadá y una en Dinamarca. Estas librerías, además de la venta de sus productos, sirven como centros de encuentro entre personas de la fe pagana y lugares de captación de nuevos adeptos.

Una mujer, Selena Fox, Gran Sacerdotisa del paganismo, quien en 1974 fundó una importante y pujante organización neopagana en Mt. Horeb, Wisconsin, es la paganizadora más activa que tiene el movimiento en Estados Undidos. En una amplia exposición de sus creencias, Selena Fox dice: “Soy pagana. Con ayuda de la Luna hago magia para ayudar y sanar a los demás,  a mí misma y al Planeta. La Diosa Triple de la Luna me guía. En el Cuarto Creciente activo los principios, durante la Luna Llena incremento las manifestaciones de energía. Disuelvo los obstáculos con la Luna Menguante y oscura. Participo en los rituales de la Luna Llena y Nueva y sé que mis círculos forman parte de una gran cantidad de círculos que se unen en este momento a lo largo del Planeta Tierra”. En otro lugar de su escrito, Selena Fox pide a los paganos de Estados Unidos que “financien y desarrollen el trabajo de las organizaciones paganas para que puedan beneficiar al paganismo y al Planeta Tierra” (1).

 

Pozos vivos y cisternas agrietadas.

Autores paganos, filosofando sobre el auge de sus ritos en las sociedades occidentales, citan argumentos que pueden ser asumidos por los cristianos sin hacer claudicación de la conciencia. Todas las razones que dan coinciden en un punto: la gente acude a estos y a otros cultos porque las formas de Cristianismo que se les ha predicado ya no les dicen nada. El español Luis Antonio de Villena es rotundo en su argumentación, incluso injusto cuando escribe estas palabras: “La moral pagana, los valores del helenismo como visión del hombre –si no como visión del mundo- me parecen a mí actuantes y necesarios. Desde esa perspectiva me declaro rotundamente anticristiano y expreso mi contundente oposición, mi feroz enemistad contra la moral judeo-cristiana, origen de tantísimos de nuestros males” (2).

Olvida este poeta los muchísimos bienes que la moral cristiana ha aportado a la humanidad. Las negaciones radicales, como las radicales afirmaciones, atentan siempre contra el principio de la relatividad. Las mismas razones, pero expuestas de diferente manera, alude la Gran Sacerdotisa del paganismo tantas veces citada en este trabajo, Vivianne Crowley. Según ella, el resurgir del neopaganismo se debe a que la gente se ha dirigido a otros sistemas para buscar un sentido a sus vidas… Si bien en los últimos siglos la práctica de una religión organizada a gran escala ha ido decayendo en Occidente, han ido floreciendo al mismo tiempo otras fes y otros caminos espirituales (3).

Curioso. Con esta apreciación de Vivianne Crowley coinciden sociólogos y grandes líderes de las distintas ramas del Cristianismo. Pero ¿es realmente así? ¿Estamos asistiendo al regreso de los antiguos dioses, como pretende el brillante escritor portugués Fernando Pessoa, o esos dioses, más o menos activos, han estado siempre entre nosotros? (4).

Si seguimos la historia bíblica desde el Génesis al Apocalipsis, el abandono de las creencias religiosas tradicionales para buscar nuevas formas de adoración ha sido una constante del espíritu humano. Nada hay nuevo bajo el sol. Uno de los textos más claros y firmes que tenemos al respecto es el de Jeremías 2:13, que se lee así: “Dos males ha hecho mi pueblo; me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”.

El pecado que los judíos cometieron hace unos tres mil años contra Jehová es el mismo que los cristianos están cometiendo ahora contra Cristo. Abandonan a Dios y buscan otros dioses que no pueden ayudarlos. Dejan las fuentes de agua viva, es decir, el pozo manantial que siempre se renueva cristalino, para recoger el agua de lluvia almacenada en cisternas agrietadas. Mal negocio es cambiar la gloria de Dios por la miseria de los ídolos. Pero así es el ser humano. Así ha sido desde el ejemplo dado por Adán y Eva y lo será en tanto que la humanidad no ofrezca alguna perspectiva de cambio religioso. ¿Hay remedio para el hombre? No, no lo hay. Rectifico: lo hay pero no lo quiere.

 

NOTAS

1.Selena Fox, “Circle Guide to pagan groups”, Monte Horeb, Wisconsin 1992, páginas 68 y 71.

2.Luis Antonio de Villena, “Un paganismo nuevo”, Editorial Olifante, Zaragoza 1981, página 19.

3.Vivianne Crowley, obra citada, página 309.

4.Fernando Pessoa, “El regreso de los dioses”, Seix Barral, Barcelona 1986. 

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