La Iglesia luterana sueca evita a ‘Dios Padre’

El propósito es “una fe más inclusiva”, sin asociar a Dios solo con el sexo masculino. El nuevo libro de liturgia sustituye las referencias a ‘Él’ para designar a Dios, que es “Padre y Madre”.

26 DE NOVIEMBRE DE 2017 · 16:00

Bandera de la Iglesia luterana de Suecia.,Luteranos suecos, bandera luterana
Bandera de la Iglesia luterana de Suecia.

La corrección política, en su tendencia expansiva, también ha invadido a las iglesias luteranas, que atraviesan una situación de crisis de notable gravedad.

Ejemplo de ésta es la más reciente decisión adoptada por la Iglesia de Suecia, que ha sustituido los términos ‘Él’ y ‘Señor’ como forma de designar a Dios. El propósito de esta medida es construir una fe más inclusiva; no asociar a Dios con el sexo masculino.

De esta manera, y a pesar de las críticas internas y de organizaciones como la Academia Real Sueca y de muchos de sus pastores, la Iglesia sueca ha alterado su manual, un libro en el que se establece cómo se deben conducir los servicios, bautismos, funerales y comuniones en lo que a lengua, liturgia y teología se refiere.

 

DIOS “MADRE Y PADRE”, JESÚS “HERMANO Y HERMANA”

En cualquier caso, la reforma no se reduce a la eliminación de los términos ‘Él’ y ‘Señor’. A partir de ahora, en las celebraciones litúrgicas y en las oraciones, los creyentes deberán referirse a Dios como ‘Madre’ además de como ‘Padre’. Con afán de ilustrar el alcance de estos cambios, mencionamos esta plegaria: “Dios, la Santísima Trinidad, Padre y Madre, Hijo -Hermano y Hermana- y Espíritu, Salvavidas e Inspirador, guíanos a la profundidad de tu riqueza, sabiduría y conocimiento”.

Sofia Canmerin, cabeza de la Iglesia Ecuménica de Suecia, ha defendido tanto el ‘lenguaje inclusivo’ como la medida adoptada, que, según ella, “está basada en la conciencia de diferentes tipos de discriminación y desigualdad”. En esta línea, arguye que designar a Dios con el sustantivo ‘Señor’ es opresivo para la mujer: “Referirse a Dios como Señor consolida las jerarquías de género y la subordinación de la mujer en un contexto occidental, blanco y feminista”.

En defensa del cambio también se ha expresado Sofija Pedersen Videke, del comité que ha aprobado los nuevos usos en las liturgias. “No es cierto que se haya prohibido usar Él o Señor”, ha dicho Pedersen. “El manual de liturgia antiguo es de 1986 y la nueva edición está mucho más en línea con la traducción de la Biblia sueca realizada en el año 2000”, dijo Pedersen Videke a The Local. “Dios está más allá de ‘ella’ y ‘él’, Dios es mucho más”.

“Queremos variantes cuando se trata de cómo te expresas, como en la Biblia”, añadió Pedersen.

 

CRÍTICAS A LA DECISIÓN

Lejos de haber suscitado un consenso unánime, esta decisión ha sembrado cierta división en la propia Iglesia de Suecia.

Así, algunos de sus líderes, hombres y mujeres, han expresado públicamente su rechazo a la eliminación de los términos ‘Señor’ y ‘Él’ como forma de designar a Dios. Es el caso de la pastora Helena Edlund, quien ha acusado a la Iglesia de exhibir “una total falta de voluntad de escuchar las críticas”.

En este sentido, Edlund ha advertido del riesgo de ir introduciendo pequeños cambios en realidades concretas: “El peligro es que no consigamos percatarnos de los pequeños cambios y, después de un tiempo, nos encontremos a nosotros mismos en medio de cambios drásticos que nunca habríamos aceptado si se nos hubiesen impuesto de forma inmediata”.

Con afán de explicar mejor su reflexión, Edlund ha puesto un ejemplo: “Era inverosímil pensar, hace cinco años, que en el futuro oraríamos ‘Nuestra madre, que está en el cielo…’ en las iglesias. Hace unos años, esto era tildado de ‘imposible’, pero el nuevo manual lo torna posible”.

 

UNA IGLESIA NACIONAL QUE HA PERDIDO INFLUENCIA

La Iglesia Luterana cuenta con una membresía de 6,1 millones de personas bautizadas, en un país de 10 millones de habitantes.

Sin embargo, las estadísticas oficiales confirman que no más de un 5% de la población se congrega de forma regular.

En 2014, solo uno de cada tres matrimonios se formalizó en esta iglesia.

Además, una encuesta de WIN/Gallup International mostró que 8 de cada 10 suecos se define como “no religioso” o “ateo convencido”.

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