Libros poéticos y sapienciales del Antiguo Testamento, de Samuel Pagán

La literatura sapiencial en la Biblia juega un papel de gran importancia teológica y pedagógica.

19 DE OCTUBRE DE 2017 · 21:55

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Un fragmento de “Libros poéticos y sapienciales del Antiguo Testamento”, de Samuel Pagán (Clie, 2017). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

Portada del libro.

Capítulo 1 – Los libros poéticos, sapienciales y apócrifos

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!

SALMO 1.1-3 (NVI)

Introducción

Con el primer salmo bíblico como trasfondo, que destaca la importancia de la ley divina para descubrir y disfrutar la felicidad en la vida, comenzamos esta obra. El propósito básico es presentar y analizar los libros poéticos, sapienciales y apócrifos del Antiguo Testamento.

Gran parte de esta literatura se incluye en la tercera sección de la Biblia hebrea, en donde se identifican como los Escritos, que se ubican luego de la Torá y los Profetas.

En nuestro estudio vamos a analizar específicamente los siguientes libros del Antiguo Testamento: Salmos, Job, Proverbios, Cantar de los cantares, Eclesiastés y Lamentaciones.

 

Samuel  Pagan.

Además, hemos incluido una presentación breve de los libros apócrifos, o deuterocanónicos, para explorar los temas que articulan y evaluar sus contribuciones a la experiencia religiosa del antiguo pueblo judío.

El orden de los libros del Antiguo Testamento no es muy antiguo, pues posiblemente proviene del s. XII. Respecto a este tema, es importante recordar que algunos grupos de manuscritos y ediciones antiguas de las Escrituras presentan secuencias alternativas.

Esto se debe a que los creyentes judíos antiguos y las sinagogas no establecieron un orden definido en la disposición de estas obras. La comunidad judía reconoció la tercera sección de la Biblia hebrea, o Tanak, con respeto litúrgico y autoridad religiosa, entre los años 300 y 100 a. C.

Diversos géneros literarios se pueden identificar con precisión entre estos libros. La lectura cuidadosa de estas obras distingue y valora los géneros poéticos, sapienciales y apocalípticos.

En efecto, la teología que se pone claramente de relieve en estas obras se articula en géneros literarios variados que propician la comunicación de la Palabra divina y revelan los diversos estilos y las diferentes metodologías de comunicación, y presentan, además, las prioridades temáticas de sus autores.

 

La poesía

Entre las obras poéticas que se incluyen en esta sección de la Biblia se deben destacar los libros de los Salmos, Cantar de los cantares y Lamentaciones, que presentan sus mensajes en expresiones líricas bien definidas y articuladas.

Estos poemas están escritos en versos claramente definibles, y se caracterizan muy bien por la polimetría, la polisemia, la musicalidad, la articulación y transmisión de sentimientos profundos y lenguaje figurado, y por diversas formas de paralelismo de temas, ideas y palabras, que constituyen una de las características más importantes y determinantes de la poesía bíblica.

Respecto a la poesía en la Biblia hebrea, es importante indicar que una gran parte de las formas de comunicación en las Escrituras se relaciona con estos tipos de articulaciones literarias.

La literatura poética se incluye con mucha frecuencia en los libros proféticos y en los sapienciales, e inclusive se incorpora en las narraciones históricas, y hasta en textos legales.

En efecto, la poesía constituye un género primario de comunicación bíblica, pues, entre otros factores, facilita la memorización y la asimilación de las enseñanzas en una sociedad no literaria en la cual la memoria jugaba un papel protagónico en las dinámicas sociales y en los procesos educativos.

Aunque posteriormente, en la presentación del salterio, analizaremos con profundidad las diversas características y los variados estilos poéticos, debemos señalar en esta sección que los elementos y las expresiones que distinguen este singular género literario son muchos, entre los que podemos identificar los siguientes: los detalles estructurales como el verso, la rima, la estrofa, el ritmo, la métrica y el paralelismo; las particularidades léxicas y sintácticas, con sus múltiples posibilidades de vocabulario y sus variadas alternativas retóricas.

En efecto, en la poesía la literatura bíblica llega a un punto de esplendor que ha facilitado no solo los procesos educativos, sino que ha contribuido significativamente a poner en evidencia las grandes virtudes éticas y morales del mensaje escritural.

El estudio sobrio de estos poemas revela los diversos temas y asuntos que exploran, entre los que se encuentran los siguientes: himnos en honor a Dios o en reconocimiento de Sión, la ciudad santa, oraciones de gratitud o de petición, celebraciones del rey y, entre otros, cantos de peregrinación. Además, la poesía bíblica explora con intensidad el tema del amor, que se afirma no solo en la dimensión humana, sino también en la divina.

En efecto, los poetas bíblicos reflexionan en torno al importante y existencial tema del amor, y lo llevan a niveles extraordinarios de belleza, donde se funden los horizontes divinos y humanos para articular el sentimiento que afirma que Dios es primordial y esencialmente amor.

 

Literatura sapiencial

La literatura sapiencial en la Biblia juega un papel de gran importancia teológica y pedagógica. Esas contribuciones éticas, morales, espirituales y educativas mayormente se incluyen, entre otros libros, en Proverbios, Job, Eclesiastés y algunos salmos.

El corazón de estas enseñanzas y la esencia de esta literatura es presentar el arte y las formas de vivir en rectitud, justicia y prudencia. El objetivo básico de los maestros de la sabiduría en el pueblo de Israel era articular un cuerpo de instrucciones y recomendaciones que fomentara y propiciara el vivir haciendo el bien, a la vez que se evitaba el mal. […]

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