“Los alumbrados”: luteranos diez años antes de Lutero

Los 500 años de Reforma nos obligan a salir de los complejos de inferioridad.

20 DE OCTUBRE DE 2017 · 08:19

Palacio de los duques del Infantado, Guadalajara, donde se reunía un grupo de alumbrados que estaban bajo la protección del duque. Por Pavlemadrid - Trabajo propio, CC BY-SA 2.5,
Palacio de los duques del Infantado, Guadalajara, donde se reunía un grupo de alumbrados que estaban bajo la protección del duque. Por Pavlemadrid - Trabajo propio, CC BY-SA 2.5

Aunque hasta el día de hoy no se ha podido probar documentalmente la influencia del luteranismo entre los iluminados o alumbrados, muchos de los datos apuntan a tal posibilidad y algunos autores así lo afirman. De todos modos, nosotros defendemos una espiritualidad que andaba de boca en boca, que tenía sus raíces en el Evangelio, que se leía, estudiaba y practicaba con apetencia, y, bajo la libertad erasmista y después la luterana, se interpretaba desde el “dejamiento en el amor de Dios”.

Existen muchos casos de luteranismo en años muy tempranos a las 95 tesis que cita John Longhrung. Entre ellos está el de Miguel Mezquita, un aragonés con puestos importantes en política, que en 1535 fue denunciado en Valencia con cargos de ser luterano. Según Miguel Mezquita no le importaba ser luterano “porque a los seguidores de Lutero los llamaron correctamente “evangelistas” porque predicaban el Evangelio Santo, mientras que los seguidores del Papa merecieron ser llamados “papistas”. Pero además mantenía que no había ninguna base bíblica en la tradición papal o sucesión apostólica y que Cristo había dado esa autoridad a San Pedro y a ninguno otro. Resulta muy curioso que Bataillon llame a Mezquita “erasmista” que fue relajado para ser quemado el 28 de enero de 1536 cosa que no ha podido encontrar Longhrung puesto que Mezquita fue acusado de luterano por sus comentarios favorables a Lutero y no a Erasmo.

La tesis de Ángela Selke sostiene que la España del siglo XVI, su alma, es más religiosa que civil y los alumbrados constituyen la única herejía que echó sus raíces en suelo hispano, con términos teológicos propios y con cierto emboque luterano después.  El alumbradismo para José C.  Nieto, sin embargo, cree que no llegó a tener influencias luteranas, al menos en el caso de Juan de Valdés, aunque es evidente que al principio Lutero creó inquietudes, principalmente entre los conversos, que se manifestó en el luteranismo de muchos de ellos y también, desde el punto de vista social, en la guerra de los Comuneros. Nosotros creemos que por diferentes vías llegó el impacto del evangelismo y paulinismo de los hombres de la Reforma que escudriñaban las Escrituras en Alemania, Suiza y otras partes de Europa y su influencia no sería pequeña en España.

Nieto se pregunta si los protestantes españoles eran erasmistas o luteranos o no eran nada de eso y eran algo más. Pero Nieto además sigue preguntándose un sinfín de cosas en relación con los alumbrados puesto que estos tenían inspiración y doctrina luterana. Los mismos erasmistas unas veces usan a Erasmo como máscara de manera que algunos resultaron no serlo y otros se inclinarían hacia la Reforma sin disimulos. Refiriéndose al libro de Longhurst “Luther’s Ghost in Spain”, también se pregunta cómo se puede atrapar a un fantasma, o un espectro. Nieto piensa que hasta que no tengamos más datos fidedignos sobre la influencia luterana que se presume comenzó inmediatamente después de 1517 o como mucho desde la Dieta de Worms el 18 de abril de 1521, (fecha esta que también Henry Lea mantiene en su voluminosa obra sobre la Inquisición), no podremos saber cuándo comienza la Reforma protestante en España.

Dice Bataillon que en el momento de escribir el Diálogo de Lactancio y un Arcediano, Alfonso Valdés no tenía todo un plan de reforma concreta. Es el evangelismo, el cristianismo evangélico, el alma misma de esa reforma. Menéndez y Pelayo dirá que Alfonso de Valdés no fue luterano en el sentido de que no pensaba como Lutero. Muchos reformadores españoles no pensaban como Lutero y algunos como los alumbrados se adelantaron a Lutero diez años, nada menos. Estos, aunque no llamasen a la gracia, la justificación por la fe, libre albedrío, con los mismos nombres, sus doctrinas eran las mismas. Alfonso, quizás tuvo que mantener una posición más cauta por la posición política que ocupaba, pero para el irónico Castiglione era “un nuevo reformador de las Ordenes y de las ceremonias cristianas, nuevo Licurgo, nuevo legislador, corrector de los santísimos concilios aprobados, nuevo censor de las costumbres de los hombres”.

RESUMIENDO
Se nos hace urgente reclamar una Reforma y una espiritualidad evangélica más importante que “la mística española” preocupada por divinizar el alma y sentir a Dios en el dolor y la pobreza. La espiritualidad evangélica tiene tonalidades diferentes que no encajan en el mundo religioso del siglo XVI que acude a las Escrituras, estudia las cartas paulinas y abandona el paraguas de la iglesia dominante para acudir a la fe, a valores bíblicos como el trabajo y la dignidad de la persona.

Los 500 años de Reforma nos obligan a salir de los complejos de inferioridad, cuando en España supuso el mayor movimiento religioso habido en la historia que puso en marcha la mayor y más maquiavélica maquinaria persecutoria en nombre de Dios. Necesitamos por este motivo divulgar y estudiar todos los aspectos de la Reforma, sus personajes y sus ideales. Tendremos que hacer frente a la nueva forma de interpretar la historia de manera que los revisionistas no menosprecien o ignoren todo el siglo XVI, el siglo de la Reforma. Pongamos dos ejemplos que ilustran lo que acabamos de decir. En Sevilla en el siglo XVI había diez veces más creyentes que en la Sevilla actual, con sus reuniones, sus pastores, sus enseñadores y sus actividades sociales. Normalmente se hace hincapié en los que huyeron a Ginebra o Inglaterra, que sin duda fueron hombres destacados de la Reforma española. Otro ejemplo de revisionismo tradicional católico es considerar “místico” a Fray Luis de León, cuando además de gran poeta, es uno de grandes exégetas bíblicos y traductor.

Por último, destacar que nuestra Reforma se adelanta a Lutero en diez años con el movimiento de los Alumbrados. Entre los alumbrados predomina el elemento converso de judío y moro, una sociedad en cuyo caldo de cultivo aparecen los reformadores y los que buscaban la “reformación de la verdadera cristiandad”.

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