El protestantismo en la Universidad de Alcalá (2)

La Universidad de Alcalá se convertía en el primer centro teológico de Europa y por sus aulas pasarían algunos de los protestantes españoles más ilustres de la primera mitad del S. XVI.

06 DE OCTUBRE DE 2017 · 15:26

Fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá (Comunidad de Madrid - España). Obra de Rodrigo Gil de Hontañón, construida entre 1537 y 1553. Fotografía tomada en 1891 por Hauser y Menet. (Wikimedia Commons),
Fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá (Comunidad de Madrid - España). Obra de Rodrigo Gil de Hontañón, construida entre 1537 y 1553. Fotografía tomada en 1891 por Hauser y Menet. (Wikimedia Commons)

Ahora permitidme soñar con aquellas vidas fugaces, (pues apenas llegaban a los 40 años la mayoría de las veces) pero riquísimas en ingenio, esfuerzo y devoción, que pasaron por esta Universidad. Pedro de Lerma rector de la Universidad alcalaína, que viene de un mundo escolástico que se derrumba por el impacto de la Biblia, máxima autoridad en las cosas de Dios. Sus sobrinos estudiantes en sus aulas Francisco, Diego, Juan y Jaime de Encinas, que han encontrado más libertad que en Lovaina y tienen profesores que aman la Biblia. Pedro de Lerma sería uno de los profesores de Juan de Valdés. ¿Sería el Diálogo de doctrina christiana,(1529) de Valdés que Lerma de seguro leyó, lo que despertó su conciencia a una visión menos escolástica y más paulina de la doctrina cristiana? Francisco de Enzinas es uno de los grandes humanistas europeos, estudiante alcalaíno, después en Lovaina, en Wittemberg y cuidado por Felipe Melanchton. Cada día se descubre alguna obra suya, como El Lazarillo de Tormes investigación hecha por Roland Labarre. También se le han adjudicado a Enzinas cuatro traducciones del Antiguo Testamento además de la traducción del Nuevo Testamento: Los Proverbios. Los Salmos. Job y el Eclesiástico publicados en 1550. Sus hermanos Diego, Juan y Jaime también fueron reformadores. Por seguridad tradujeron en varias ocasiones su apellido, así se hicieron llamar Van Eick, Elao, Eichman, Du Chesne, Qaemens y Dryander.

¿Se imaginan a estas jóvenes personas en peligros constantes, trabajando día y noche, pudiendo vivir holgadamente en la casa de sus ricos padres solo por engrandecer la nación y honrar a Dios? De Juan de Valdés, con su Diálogo de la Lengua el castellano adquiere naturaleza de idioma rico, culto, que ahora se analiza en su estructura y evolución. ¿Se imaginan a Francisco de Enzinas rescatando para el recuerdo, pues desde 1539 no vivía en España, las historias del Lazarillo de Tomes? Los traductores de la Biblia al castellano desde los originales hebreo y griego moldearon la lengua, la enriquecieron, enseñaron la dulzura y los deleites de un idioma que se hacía sagrado al leer los salmos, mostraba la fuerza, el temor y temblor del Sinaí y la misericordia de Dios expresada en el Sal. 36“Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.9Porque contigo está el manantial de la vida”.

La Filología y la novela picaresca de los protestantes españoles es le lengua del siglo XVI, la lengua de Cervantes ya es del XVII. Es en este siglo también que el protestante Juan de Luna, en 1619 publica en París sus Diálogos familiares, en los cuales se contienen los discursos, modos de hablar, proverbios y palabras españolas más comunes, muy útiles y provechosas para los que quieren aprender la lengua castellana. La obra va dirigida a Luis de Borbón, sucesor del líder de los hugonotes, Condé, y consiste en doce diálogos de los cuales solamente cinco son de Luna y los siete restantes están tomados de los Diálogos apacibles de John Minsheu que no es otro que el protestante Antonio del Corro. En 1620 Luna publica en la misma ciudad, junto a su versión del Lazarillo anónimo de 1554, una continuación escrita por él, Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes. Un Lazarillo que dice Menéndez Pelayo es “príncipe y cabeza de la novela picaresca entre nosotros” y que la segunda parte atribuida a Juan de Luna, “cuenta bien: con chiste, con ligereza y con brío”

Este Lazarillo, está muy lejos de ser una simple "corrupción" de un clásico. Es un precioso documento histórico y literario que nos presenta los sentimientos de un marginado protestante del Siglo XVII, y nos ofrece muchos aspectos valiosos y dignos de ser estudiados, como puede ser el papel de la mujer en la sociedad de su época, la sexualidad imperante, el sarcasmo, la sátira, la ironía y el humor y la interpretación que hizo Luna del primer Lazarillo.

“La herejía -dice Nieto-es pues madre de la crítica textual y de la filología en las letras hispánicas castellanas. Entre Osma y Valdés, figuras fundacionales de ambas disciplinas, se entrelaza Nebrija formando el triángulo crítico, gramatical y filológico del humanismo hispánico”.

En este tema del lenguaje no quisiera olvidar otro alcalaíno, Cristobal de Villalón. Villalón (1510 Villalón de Campos- 1562 Valladolid) es un humanista protestante en el apogeo de la prosa renacentista. No es mucho lo que se conoce de la azarosa vida del autor de “El Crotalón”, “el Scholastico” y de la “Gramática castellana” publicada en Amberes en 1558 y en la que acusa a Nebrija de haber traducido una gramática latina para componer su gramática castellana. Como siempre será Menéndez Pelayo quien reconoce que el ignorado autor del Crotalón era luterano y que su obra “debe colocarse entre las mejores de los protestantes españoles” (Menéndez y Pelayo, 2007, pág. 699)

De  Alfonso de Valdés(1490-1532) casi no se sabe nada, pero es muy probable que pasase por Alcalá como alumno; fue secretario de cartas latinas del Emperador Carlos V y escribió Diálogo de las cosas acaecidas en Roma entre otras obras. Se declara discípulo de Pedro Mártir de Anglería (1459-1526), humanista italiano que publicó sus obras Opus epistolarum y De orbe novo en Alcalá (1530).

Otra máxima figura del protestantismo español fue Agustín Cazalla, "el doctor Cazalla", discípulo del arzobispo Bartolomé Carranza en San Pablo de Valladolid de donde pasó a la Universidad de Alcalá formándose en el erasmismo y graduándose Bachiller en Artes en 1531 y Licenciado en 1533 siendo el primero del Rótulo seguido por el jesuita Diego Laynez. Hacia 1536 se graduó Maestro en Artes. En 1542 el emperador Carlos le nombró su Capellán y Predicador viajando con él por Flandes y Alemania predicando contra las doctrinas protestantes. Fue consciente de su herejía desde el día de san Lucas de 1556 a la Semana Santa de 1558. Fue condenado a morir en la hoguera, en un auto de fe que se celebró en Valladolid el 21 de mayo de 1559.

Juan Díaz, también conocido con la forma latinizada de su nombre, Ioannes Diasius (Cuenca, España, 1510 - Neuburg an der Donau, Alemania, 27 de marzo de 1546), fue un humanista y hebraísta protestante manchego, asesinado por su propio hermano gemelo. Como humanista comprometido, defendió el estudio de las fuentes originales, pero su análisis de las Escrituras le llevó a criticar los dogmas de la Iglesia Romana, especialmente en lo referente a la doctrina de la gracia. Así, tras un viaje a Ginebra con Matthieu Budé (un hebraísta, tercer hijo del famoso impresor y humanista Guillaume Budé) y Jean Crespin, con el objetivo de estudiar la reforma con el mismo Jean Cauvin (Calvino), se convirtió a la fe evangélica. Estos tres amigos, Díaz, Bucero y Enzinas, representaron a los protestantes en la Dieta de Ratisbona (1546) como los grandes teólogos de Europa.

El Doctor Pedro Alejandro, llamado también el “maestro Alexandre” de Andalucía, había sido profesor de teología en Alcalá (juntamente son su discípulo Rodrigo de Cueto) y rector en 1532. Entre sus estudiantes aparecen el futuro luterano de Valladolid Agustín Cazalla y Diego Laínez el conocido jesuita. Reinaldo González Montes en sus “Artes de la Inquisición española”, siendo el primer protestante que publicó la historia de la Inquisición, también nos habla de que el protestante Doctor Egidio fue recomendado por Pedro Alejandro para predicador de la catedral de Sevilla. Francisco de Enzinas (Enzinas, 1992, pág. 86) nos dice que era carmelita del convento de Arras y predicador de la Reina María de Hungría, reina española luterana. Después de su huida sería seguidamente profesor en la Universidad de Heidelberg (1546) canónigo de Canterbury (1548) pastor de la iglesia francesa de Estrasburgo (1555) y pastor de la iglesia francesa en Londres (1560). (Enzinas, 1992, pág. 387)

Juan Gil (Egidio), que fue educado en la Universidad de Alcalá y sirvió como predicador de la Catedral de Sevilla desde 1534 hasta su muerte en 1555, corrobora la afirmación de que el protestantismo indígena está en realidad presente en este momento en España.

El doctor Vargas que explicaba Escritura en la cátedra del cabildo de Sevilla y que había estudiado en Alcalá junto con Ponce de la Fuente y Egidio, siendo profesor en Alcalá por 1539, mantendría contactos con personas que pudieran propagar el Evangelio. Dice M’Crie: “Él les impartió su conocimiento de la verdad evangélica y ellos contribuyeron a su vez, con sus conversaciones, al mejoramiento de sus dones ministeriales. Los tres amigos concertaron un plan de cooperación para el progreso de la causa común. Vargas daba conferencias a los más ilustrados en las cuales exponía la epístola a los Romanos y luego el libro de los Salmos y Constantino ayudaba ocasionalmente a Egidio en el púlpito”.

Constantino Ponce
Otro de los quemados en efigie en este auto de fe de 22 diciembre de 1560, fue el doctor Constantino, escritor, predicador del emperador y magistral de la catedral de Sevilla, que nació en San Clemente de la Mancha (Cuenca) en 1502 y residente en Sevilla desde 1533. Su formación está ligada a la Universidad de Alcalá y su origen resultó ser de ascendencia conversa.

Uno de los primeros protestantes españoles es el doctor aragonés Mateo Pascual. Erasmista, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, perseguido por la Inquisición de Toledo y exiliado dos veces. Acaso por estas sospechas de heterodoxia no aparece siquiera citado en los catálogos de prelados y canónigos de Zaragoza, ni en las listas de arcedianos de Daroca; tampoco por Latassa. Quizá porque no le constaba que hubiera escrito obra alguna, que pudo ser destruida durante su proceso. Francisco de Enzinas, autoridad única en este punto, que el Dr. Mateo Pascual, catedrático en Alcalá, gran teólogo, sabio en las tres lenguas, manifestó en una disputa pública cierta duda sobre el purgatorio, por lo cual le formó proceso la Inquisición y no logró salir de la cárcel sino con pérdida de sus bienes. Después se fue a Roma, donde acabó en paz sus días. Es un caso parecido al de Pedro de Lerma.

Felipe de la Torre, natural de Tarazona, es de los miembros aragoneses del grupo de París. Había terminado la carrera de Artes y Filosofía en la Universidad de Alcalá en junio de 1544. Él estaba ya con Juan Morillo cuando los refugiados de Sevilla llegaron a Amberes. Felipe de la Torre se iría a Lovaina y se integraría al grupo de españoles que dirigía Pedro Jiménez.

Juan Páez de Castro.
Cursó estudios en Alcalá de Henares, Salamanca y Bolonia, y acompañó a D. Hurtado de Mendoza a Roma, donde se ordenó sacerdote (1547). Viajó por Italia y los Países Bajos como consejero de Hurtado, y Carlos V le nombró cronista oficial (1555).

Páez pertenece al grupo de reformadores que se reunían en torno a Pedro Jiménez, discutiendo sobre las verdades fundamentales de la nueva teología. Estos españoles tenían más confianza en Carlos V que en el Papa para la pacificación del mundo y la reforma de la iglesia. Bernabé del Busto.

Pertenece Busto al cenáculo de Bruselas. Según (Gonzalo Sánchez- Molero, 1997, págs. 763-764) sabemos que Bernabé del Busto había acudido desde Salamanca a Alcalá de Henares para doctorarse en Teología, y que aquí, o desde antes en Salamanca, había trabado una gran amistad con Francisco de Bobadilla, antiguo estudiante en Alcalá, y ahora maestrescuela de la Universidad de Salamanca, buen amigo de Erasmo.

Seis días después de los dos autos de fe en Valladolid, se distribuyó un folleto panfletario ya había sido difundido en Alcalá de Henares cuando la visitaba el inquisidor Ramírez, pero ahora en Toledo, en el corazón de la cristiandad, suponía una cruda realidad de que el protestantismo había anidado en España. El autor era un tipógrafo de Alcalá llamado Sebastián Martínez procesado después de 1562 en Andalucía, pues también en Sevilla y en Ávila aparece relacionado con la defensa de la Reforma por medio de folletos.

Fray Francisco de Ortiz
Pedro Juan Oliver
Huarte de San Juan el más sutil entre los hombres doctos de aquel siglo, según Feijoo.
María de Cazalla entre 1522 y 1525, época en la que debía de ser estudiante de Alcalá.
Gil López de Béjar: El fraile franciscano Gil López de Béjar, era el predicador favorito de Carlos V, muy relacionado con los humanistas de la Universidad de Alcalá

EPÍLOGO
Juan Orts González en el prólogo a las “Consideraciones y pensamientos de Juan de Valdés” afirma que entre todas las tragedias que ha padecido España, ninguna tan funesta y dolorosa como la religiosa. La Reforma protestante no pudo echar raíces en tierra española en el siglo XVI, un siglo lleno de cadalsos y hogueras contra los hombres más ilustres de la nación. Los protestantes exiliados en Europa sobresalieron en muchos campos especialmente en la formación de una lengua culta que extraía la sustancia moral, social y religiosa del contraste entre dos estamentos de la España del XVI: la honra y la hipocresía. La Universidad de Alcalá se convertía en el primer centro teológico de Europa y por sus aulas pasarían algunos de los protestantes españoles más ilustres de la primera mitad del S. XVI, sin que dejaran de existir protestantes alcalaínos en otros siglos como el XVII y XVIII. Me sigue doliendo el corazón viendo tan pocos estudios realizados a nuestros protestantes, en el cuarto oscuro del olvido esperando su redención. Animamos a los universitarios a realizar sus tesis sobre la espiritualidad evangélica, o sobre la filosofía de  Sebastián Fox Morcillo, sobre las múltiples facetas científicas, filosóficas y teológicas de Miguel Servet y muchos cientos más, que esperan una mirada científica sobre su obra.

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