¡La barba!

¿Y tú? ¿No logras decidirte por Dios? Entonces es lo mismo (no decidir nada, es decir no).

21 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 21:35

Foto: Alain Auderset.,
Foto: Alain Auderset.

¿Me dejo crecer la barba o no?

¡Decido no decidir nada y, de repente, tengo una!

¿Y tú? ¿No logras decidirte por Dios? Entonces es lo mismo ( no decidir nada, es decir no).

-¡Eh! ¡Ahí viene Jesús!

Desde que tengo barba, no hago más que escuchar la misma broma. Pero tranquilos, tengo una respuesta para ellos:

-¡Ten mucho cuidado, sino te transformo en vino y te bebo de un trago!

La iglesia de los motoristas

Una enorme Harley cuyo ruido hace temblar el infierno, está aparcada delante de la puerta de la Iglesia. Una horda de supervivientes vikingos está pegada al bar que han montado en su interior (el wunderbar).

Vestidos con ropa de cuero, cabellos largos y barbas trenzadas, tuercas en vez de pendientes y tatuajes. Los feligreses de esta iglesia hablan de buena gana en inglés. Pero, lo que más me impresiona, es la mirada llena de amor con que te reciben, quienquiera que seas.

Son personas que han encontrado personalmente a Jesús y que, hoy en día, suelen ser los mejores testigos en el peligroso mundo de tan mala fama de “Hell’s Angels.” (Los Ángeles del Infierno).

Esta noche, comparto mi testimonio en el idioma suizo alemán (¡suena mucho más aterrador que el francés!), desde el púlpito, (¡Que en realidad es la parte delantera de una enorme moto!)

Tras haber reído mucho y bebido un trago en su divertida compañía, me voy a dormir en uno de los dormitorios de la iglesia (así es, porque además practican la hospitalidad).

El día siguiente por la mañana, me planto en otra iglesia de la zona que no tiene nada que ver con esta...

Con mi pañuelo en la cabeza y mi pinta de pirata aún medio dormido, los responsables, no muy tranquilos, lo primero que piensan es que están acogiendo a un perdido con sed de arrepentimiento… ¡Qué sorpresa se llevan cuando se dan cuenta de que soy quien les va a hablar!

Soy como una mancha en medio de todas estas personas delicadamente vestidas con traje de domingo, pero, cuando me toca hablar ante toda la asamblea, pueden ver más allá de mi envoltorio. 

Les cuento  sencillamente la manera en que Jesús ha sabido encontrarme en mi adolescencia y toda la iglesia está emocionada.

Ahora ya no es cuestión de estilo ni de clase social, porque Dios está aquí y toca nuestros corazones.

¡Barba barba y más barba!

Tengo yogur seco dentro de mi barba y mi tenedor se engancha en los pelos, y a veces hasta me los trago.... ¡AJ! Estoy harto, hoy mismo me la afeito...

(¡ lo siento por las flores que crecen dentro!)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - ¡La barba!