El comercio de Biblias

Lo grave es cuando se prostituye el texto bíblico, haciéndole decir lo que no dice.

20 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 09:26

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El Nuevo Testamento y los Salmos han sido mutilados en la nueva traducción de la Biblia al inglés, llamada Versión Inclusiva o Versión políticamente correcta. Fue publicada por la Oxford University Press de Nueva York a mediados de septiembre de 1995 y distribuida ampliamente en todos los países de habla inglesa. Desde el mismo día de su puesta a la venta la Versión Inclusiva ha provocado y sigue provocando una fuerte polémica tanto entre el público como por parte de los especialistas en temas bíblicos. Con ella llegó el escándalo. Para algunos líderes evangélicos de Gran Bretaña y de Estados Unidos, la nueva versión de la Biblia “casi recrea una nueva religión a favor de eliminar referencias sexistas, clasistas o racistas en el texto bíblico”.

Tuve conocimiento de esa Biblia por una breve noticia que la agencia de Prensa Reuter envió a los medios de comunicación. En aquel suelto se anticipaba la aparición de la misma, y se aseguraba que el Nuevo Testamento sufriría considerables alteraciones.

En las librerías norteamericanas, donde la Biblia continúa siendo el libro más vendido, hay más de 40 traducciones y unas 500 versiones de las Sagradas Escrituras. La más leída sigue siendo la antigua versión King James, vertida al inglés en 1611, exactamente 42 años después de la primera versión castellana de Casiodoro de Reina. Todas estas ediciones comparten un propósito divulgador, evidentemente marcado en muchos casos por intereses denominacionales.

Todo esto tiene que ver con la pérdida del espíritu cristiano y el avance de una modernidad manipulada, mal concebida, contraria al texto sagrado.

En Europa se está desarrollando un materialismo hedonista que ahoga las aspiraciones espirituales del hombre. Se vive al día, para el día. Se busca el placer como el agua milagrosa que apague la sed del cuerpo. A esto no se le puede llamar cultura, sino barbarie.

Nietzsche vio venir el trágico desamparo espiritual de esta sociedad europea que se define como postmoderna. Quizá por eso el filósofo alemán está de moda entre quienes vagan a la deriva, buscando ansiosamente algo en que creer.

La identidad cultural de Europa hay que buscarla en sus raíces cristianas. Hay que recorrer la historia en sentido retroactivo y volver a las fuentes del Cristianismo primitivo. Por primera vez en los tiempos modernos Europa está viviendo un destino común. Los países europeos deben caminar juntos al encuentro de Dios. Lo contrario, volver la espalda a Dios y abrazar a los demonios del secularismo materialista, supondrá el suicidio espiritual y definitivo de este viejo continente.

Esta versión de la Biblia que tergiversa y profana el texto bíblico en multitud de pasajes, ha hecho cundir la alarma, especialmente en los países de habla inglesa, ante el elevado número de traducciones, versiones, correcciones y adaptaciones que está sufriendo la Palabra inspirada.

El mercado de Estados Unidos, que frivoliza hasta algo tan serio como los funerales, ha encontrado un filón de oro en la venta de Biblias y, sin respetos ni escrúpulos, interesado solamente en los beneficios económicos, está rebajando la Escritura sagrada a niveles insustanciales, que cautivan y seducen a los espíritus ligeros, pero que no ofrecen toda la Palabra de Dios.

Ahora mismo, cualquier persona que desee comprar una Biblia en Estados Unidos puede elegir entre 500 versiones diferentes. Las hay para todos los gustos, de todos los colores, para todas las edades, adaptadas a todas las creencias, pensadas para cualquier situación anímica en que se encuentre el lector, dirigidas a todas las categorías sociales.

El mundo de habla hispana no se está librando de ese guirigay mayúsculo. El mercado norteamericano lo exporta todo, lo bueno, lo menos bueno, lo malo, lo más malo y hasta lo confuso y turbio. Entre nosotros proliferan ya numerosas versiones de la Biblia que no suman prestigio al texto y sí le restan credibilidad. En las librerías españolas especializadas en Sagradas Escrituras ofrecen al comprador ejemplares con estos títulos: Biblia del Ministro. Biblia del Arco Iris. Biblia del Sr. Thompson. Biblia de Estudio del Sr. Ryrie. Biblia de Estudio Mundo Hispano. Biblia con Notas del Sr. Harper. Biblia del Discípulo. Biblia Edición Promesa. Biblia Juvenil. Biblia Infantil. Biblia de Estudio Inductivo. Biblia Pentecostal. Biblia Plenitud. Biblia de las Américas. Biblia de la Novia. Biblia Nueva Vida. Biblia en Primer Año. Biblia Experiencia con Dios. Biblia Ilustrada en Cómic. Biblia Preciosos Momentos. Biblia Reina-Valera para el Mundo Hispano. “Con este planteamiento, dice José Luis Andavert, secretario de la Sociedad Bíblica en España, pronto tendremos la Biblia del Diácono, la Biblia de las Señoras, la Biblia del Portero de la Iglesia, la Biblia de la Enfermera y la Biblia del Preso”.

Entre tanta confusión de títulos y propósitos falta una: la Biblia de Dios.

¿A qué se debe tamaña proliferación? Hay tres razones principales: la primera es puramente comercial. La habilidad de sacar dinero de cualquier cosa caracteriza a los editores de libros en Norteamérica y la Biblia está asegurando la salvación a estos comerciantes sin escrúpulos.

Una segunda razón es doctrinal. Este mal hábito fue iniciado por los Testigos de Jehová con su indigna versión del Nuevo Mundo, donde traducen el texto divino de forma que concuerde con sus particulares conceptos doctrinales. Pero los Testigos de Jehová ya no son los únicos. Pentecostales radicalizados en su versión del Espíritu Santo han hecho lo propio, y también los mormones, y los milenialistas, y otros. ¿Qué pretenden las versiones con textos destacados en rojo? Algunas de ellas quieren llamar la atención del lector a pasajes entrañables de la Palabra, pero otras acentúan los puntos doctrinales enfatizados en las iglesias que promueven estas versiones.

Existe otra razón de carácter lingüístico. Traductores y editores de algunas versiones bíblicas están ceñidos al afán de que la Biblia responda a condicionamientos geográficos y de lenguaje concretos. Esto no es censurable. Es lógico y bueno que la Biblia se adapte a todas las culturas y a todos los idiomas. Al fin y al cabo la lengua de Dios es el mundo. Lo grave es cuando se prostituye el texto bíblico, haciéndole decir lo que no dice, con tal de defender una forma de hablar en países de la comunidad anglófona, en la América hispana o en otras regiones del mundo.

El prestigioso diario New York Times, de Nueva York, publicó el resultado de una encuesta realizada entre casas editoriales que se dedican a la traducción y publicación de Biblias. La encuesta pone de manifiesto que la venta de Biblias en Estados Unidos está descendiendo alarmantemente, como consecuencia de la confusión existente en el mercado. El artículo indica que la proliferación de versiones bíblicas “para los deportistas, para los jóvenes, para las madres, para las parejas, para los chicos, para las chicas, puede ser la causa de que la venta de Biblias haya descendido muchísimo”.

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