El defecto de la ilusión

Piensa en tus objetivos y trázalos de acuerdo a tu corazón, pero no te esclavices con ellos.

12 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 18:30

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Existe la costumbre de hacer “remakes” de las películas que han tenido éxito. Con el paso de los años, siempre hay un director que ve una película antigua, y le ve posibilidades para volver a rodarla con otros actores y medios más modernos. Ése es el caso de la conocida “Sabrina”, protagonizada en su última versión por Harrison Ford, quien en un momento de la trama le dice a Sabrina: “Las ilusiones son personajes peligrosos, no tienen defectos”.

Es importante tener ilusiones. Gran parte de la vida se basa en los sueños que queremos alcanzar y muchas veces seguimos adelante porque sabemos que algunas ilusiones van a cumplirse. El problema comienza cuando las ilusiones pueden ser sueños, lugares, trabajos, incluso ¡personas! a los que nunca les encontramos defectos, y que nos hacen perder la felicidad de disfrutar los sueños, lugares, trabajos y personas que sí tenemos a nuestro lado.

A veces nuestros sueños nos juegan malas pasadas. No me estoy refiriendo a si dormimos más o menos, lo que quiero decir es que aquellas cosas que deseamos con todas nuestras fuerzas pueden llegar a convertirse en nuestros dueños, si no sabemos equilibrar nuestra vida. Soñar con quien quieres ser, te lleva a veces a despreciar quien realmente eres. Puedes estar toda tu vida queriendo llegar a algún lugar, para darte cuenta más tarde de que lo más precioso era lo que tenías, que tu tesoro estaba a la vuelta de la esquina.

Alguien dijo una vez: “No puedes pedir lluvia si te vas a quejar por el barro”. Si lo que deseamos nos va a destruir, sería mucho mejor no tenerlo. Si lo más precioso en nuestra vida va a esclavizarnos, necesitamos urgentemente reorientar nuestros valores. ¿Sabes? “Lo que falta no se puede contar” (Eclesiastés 1:15) No podemos pasar nuestra vida deseando lo que no tenemos.

Sueña. Vive. Piensa en tus objetivos y trázalos de acuerdo a tu corazón, pero no te esclavices con ellos. NO pierdas de vista que lo mejor que tienes eres tú mismo/a. No “vendas tu alma al diablo” para conseguir lo que sólo va a llenarte de amargura y soledad. Puede que ahora mismo muchas cosas te parezcan increíblemente admirables, porque están lejanas o porque es difícil conseguirlas, pero recuerda que las estás viendo muy de lejos, que has aprendido a admirarlas porque no les encuentras defectos. Cuando te encuentres cara a cara con tu deseo, quizás lleves una de las mayores desilusiones de tu vida.

No te dejes engañar por lo que no puedes conseguir. El mayor tesoro que tienes puede que lo tengas enterrado en tu propia casa.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - El defecto de la ilusión