La Aventura de la FE

Perseverar es cuestión de carácter y actitud. Uno persevera por convicción, por una visión, por un propósito.

03 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 07:00

,

Para mí la vida es una aventura, siempre lo ha sido. También desde que era pequeña me ha gustado viajar y ver mundo. Coleccionar experiencias, culturas, idiomas. Entonces todo era más fácil y divertido. Para los niños es más sencillo creer, tener fe, confiar en Dios. Pero a medida que crecemos, en muchos casos, parece que nuestra fe se va apagando en medio de las rutinas, de las diferentes etapas de la vida, de las dificultades… Cuando llega la decepción o el gran bofetón de tu vida puede que esa fe se reduzca a nada, o a fe en uno mismo porque ya no confías en nada ni en nadie.

Para mí la fe es un viaje, como para la mayoría de los que estaréis leyendo, pues ya hemos pasado por muchas cosas más o menos agradables. Alegrías, decepciones, sueños, fracasos y una innumerable lista sin fin. Yo he decidido estampar mi fe en Dios a través de cada una de esas situaciones y etapas de mi vida como, por ejemplo, este último año con el cáncer. Para mí la fe no es algo teórico ni algo que simplemente suene bien decirlo porque, lo queramos o no, el hablar de fe, empodera. Cuanto más incluyas la fe en tu día a día, más crece, más real se hace.

Para mí la fe es un viaje, como decía antes. La fe es un estilo de vida, una aventura que uno decide emprender o no, porque prefiere quedarse en casa y que nada ocurra. Al empezar este viaje te expones a mil y un peligros y riesgos, pero a la vez ganas cien mil lecciones de vida y una armadura cada vez más completa, fuerte y resistente para todo lo que pueda venir y a lo que tengas que enfrentarte.

Resistir y perseverar no tiene por qué ocurrir siempre en un mismo lugar. La vida en sí es un peregrinaje, y aunque parezca que ya pasamos por el mismo sitio, nunca estamos en la misma ubicación, porque nosotros también cambiamos y podemos encontrarnos con otra perspectiva diferente encontrándonos en el mismo territorio, y por tanto no veremos las cosas de la misma manera. Tampoco tiene porque ser el mismo lugar geográfico. El viaje continúa, sino no sería un viaje.

Perseverar es cuestión de carácter y actitud. Uno persevera por convicción, por una visión, por un propósito. Perseveras porque crees aunque no veas, y caminas hacia lo que esperas.

La fe no es aferrarse a un lugar o a una situación, sino a una convicción. 

‘Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.’

Hebreos 11:1 (TLA)

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cerezas de temporada - La Aventura de la FE