Refranes chuecos

En nuestros días se da mucho crédito a la sabiduría popular de nuestro rico refranero. Sin embargo, los refranes proclaman verdades engañosas.

30 DE JULIO DE 2017 · 06:10

 Todos necesitamos aprender a reír. / Caroline Hernandez. Unsplash.,
Todos necesitamos aprender a reír. / Caroline Hernandez. Unsplash.

Ya expresé en mi anterior artículo, que por ser tiempo de Verano, descansaría de mis “Desde el Corazón” para tratar temas de sano humor en éste tomarme unas vacaciones de la seriedad, pues como “aprendiz de escribidor” cuando se me lee, me siento hombre sorprendido, y cuando se me descubre con un poco de humor, el lector encuentra que no soy fanático, pues este mismo ser inteligente podrá observar que no hay fanáticos con sentido del humor, ni nadie con sentido del humor que sea fanático.

Todos, al nacer, ya sabemos llorar, y no me voy a detener a describir la importancia de estos llantos, ni como preludio de lo que en la vida nos espera, pero todos necesitamos aprender a reír.

El sano humor no necesariamente ha de llevarnos a la risa, ni si queréis a la sonrisa, el humor cumple con su tarea “solo” con mostrarnos que pueden verse las cosas de formas muy diferentes a las acostumbradas, porque si algo consigue el humor es separarnos de lo rutinario y hacer de orientación por lugares sorprendentemente novedosos.

Personalmente pienso que donde no hay sentido del humor hay dogma, y esto lo podremos ver en estos refranes chuecos sin tener que explicar lo que son “refranes” y sí “chuecos: de dedos del pie, torcidos”, para terminar yo, diciendo, que hay refranes que son insinceros.

En nuestros días se da mucho crédito a la sabiduría popular de nuestro rico refranero. Sin embargo, los refranes proclaman verdades engañosas, como “al que madruga, Dios le ayuda” pues conozco a mucha gente que madruga más que George CLOONEY y, sin embargo, él está mucho mejor que tales madrugadores.

“La suerte de la fea la guapa la desea”. ¡Qué va! ¿quién va a decir qué feo soy, qué contento estoy, como decía el muñeco Macario de José Luis Moreno?, nadie, que yo sepa. “El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso”, que sin duda lo escribiría un feo.

Más de una vez, al usar el viejo refrán: “el buen perfume viene en frasco pequeño” me han contestado rápidamente: “y el veneno también” poniéndome a pensar, que tan rápida observación, vendría de un amargado que ha de sacar punta negativa a lo meramente ilustrativo.

“Aquí hay gato encerrado”, cuando las cosas no están claras, y qué poco claras están para algunos concejales populistas que cuando se han dado cuenta de los buenos sueldos que ganan, dejan de pagar sus cuotas al partido al que pertenecen como tenían establecido, y el Partido los expedienta por morosos.

Y es que “a cada cerdo le llega su San Martín” y tales afiliados a Partidos y Sindicatos qué mal incumplen el refrán “obras son amores y no buenas razones”, pues las buenas palabras deben ir acompañadas de hechos; y estos que no pagan sus compromisos para sostener sus sistemas, o los Consellers que al sentir su patrimonio en peligrosidad, abandonan los proyectos que en discursos sostienen, y es que “el dinero al ignorante, lo hace necio y petulante”.

Concejales, Consellers y políticos de profesión, deberían aprender de los creyentes evangélicos: ofrendan para sostener sus congregaciones, sus ministerios, sus misiones y misioneros y amplia obra social, y no se desapuntan de sus responsabilidades económicas. ¿Dónde quedarían Partidos y Sindicatos, si tuvieran que mantenerse con las aportaciones de sus afiliados? y es que solo “el dinero de los santos hace milagros”.

“Quien a los suyos se parece, honra merece”; otro refrán engañoso, en parte sí y en parte también, pues recordando ciertas familias, tramposos los padres, “de tales palos tales astillas” y así de la deshonra, se recogió deshonra. Y otra que con muchos hijos, algunos terminaron en la cárcel, y es que “el dinero mezquino anda por el mismo camino”.

Los Diez Mandamientos, tan descuidados en nuestra sociedad actual, enseña con claridad el derecho a la propiedad y el énfasis en su protección. Pero qué poco saben de esto los fastidiosos okupas, a los que había que enseñar que “honradez es trabajar, y ni mucho ni poco robar”.

Creo que todos conocemos el refrán de “a la tercera va la vencida”, pero tanto a los: Alonso, como Carlos SAIZ y en estos días Alberto CONTADOR, no les recordemos este dicho, pues les parecerá totalmente engañoso.

Y a mí mismo, me parece engañoso el dicho: “a nadie le amarga un dulce”, y mucho menos a otros diabéticos. “Segundas partes nunca fueron buenas” que se lo digan al Señor de los Anillos, y a Harry Potter, y a Bruce Willis y sus “Junglas de Cristal” y al mismo Rocky 5.

Y por no extenderme más, resalto uno de los refranes más insinceros: “el que da lo que tiene no está obligado a dar más” y el Ministro MONTORO se inventó una “Amnistía Fiscal” para los que mucho tenían –y tienen  para que al menos dieran algo de lo que habían escamoteado, y no dieron más. Y es que “ladrones roban millones, y son grandes señorones”.

Con todo lo que tienen estos refranes de sabiduría popular, sean más o menos inteligentes y algunos por sus prácticas insinceras, son de hombres, por tanto finitos, pero los Proverbios de la Biblia, sí son de sabiduría de lo Alto, contenidos teológicos de firme énfasis en la ética.

Se eleva al hombre justo como modelo y al sabio como gemelo del justo. Ser sabio es ser justo, mientras que ser insensato o necio es ser injusto o impío. La ética y la sabiduría andan de la mano. Pero de esta seriedad escribiré después del verano.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde el corazón - Refranes chuecos